Premios Carmen

El cine andaluz en la antesala de los Goya alza la voz para reivindicarse: "Nuestro cine es con AVE de ida y vuelta"

El Gran Teatro de Córdoba acoge el próximo 1 de febrero la gala del cine andaluz, un espacio para exhibir la fortaleza del sector, con títulos de producción andaluza que copan las nominaciones de los Goya

Cintas nominadas en los IV Premios Carmen al Mejor Largometraje

Cintas nominadas en los IV Premios Carmen al Mejor Largometraje / El Correo

Patricia Godino

Hace 25 años se estrenó Solas. Hubo muchos títulos andaluces antes pero la película que dirigió Benito Zambrano, el hijo de aquellos jornaleros de Lebrija que se marchó a Cuba a estudiar cine, marcó un punto de inflexión en la concepción que se tenía hasta entonces de lo que se rodaba aquí.

En Solas había un lenguaje reconocible, un retrato ajeno al tipismo y una reivindicación por no esconder lo que somos y de donde venimos. Producida por Antonio Pérez (Maestranza Films) con un presupuesto modesto para el canon de la industria (apenas 125 millones de pesetas), la película recogió cinco Goyas y puso a los académicos, a la prensa especializada y también a los espectadores de toda España a mirar al sur. Abrió un camino que hoy se continúa haciendo y cuyas baldosas -adoquines se diría para continuar el acervo andaluz- se siguen colocando, no sin esfuerzo hoy.

En el año 2000, el algecireño Alexis Morante estudiaba Derecho en Granada. Vio Solas, recuerda en conversación con El Correo de Andalucía, del mismo grupo editorial, en uno de los cines de la ciudad que el próximo sábado 8 acoge la gala de los Goya. Un año después, "para disgusto tremendo" de su madre, dejó la carrera y entró en el Instituto Néstor Almendros de Tomares, en Sevilla, para estudiar cine. Unos meses más tarde rodó Sangre española, un cortometraje que protagonizó Alejandro O'Dogherty, el actor que encabezaba el reparto de esa rareza que es El factor Pilgrim, otra película iniciática que en el año 2000 parió el talento del tándem Santi Amodeo y Alberto Rodríguez. Y se empezó a forjar ahí otro eslabón más en la cadena del cine hecho aquí.

Amodeo y Rodríguez, que luego han seguido con éxito y respeto sus carrerras en solitario, junto con el guionista (y con el tiempo también director) Rafael Cobos, el productor Gervasio Iglesias y el director de fotografía Álex Catalán empujarón la máquina con un objetivo claro: hacer cine pero con billete de ida y vuelta en el AVE. A Madrid hay que ir, pero no irse.

A ellos se suman la parte más visible de la industria, la de los actores, los rostros andaluces que copan los castings y que reclaman directores de todo tipo y género. De Antonio de la Torre a Ana Fernández, de Belén Cuesta a Jesús Carroza, de María León a Salva Reina... la lista es interminable con una cantera que se renuvea y empuja con fuerza.

Y, por último, la parte menos conocida pero fundamental, de la mano de iniciativas muy consolidadas como la Andalucía Film Commission (clave para la atracción de rodajes), el apoyo de Canal Sur, cuyo papel reconoce el sector en la complicidad establecida por el actual equipo de dirección de Juande Mellado e Isabel Cabrera, el empuje de las asociaciones profesionales del sector que estaban o que llegaron (Asecan, Ancine ...), el papel de los Festivales como escaparates y trampolines de carreras (desde Sevilla a Málaga, pasando por Almería o Huelva). Todos estos elementos han contribuido a consolidar los cimientos de la casa del cine andaluz que tantos y tantos profesionales construyen y llevan por bandera. Ejemplos hay a montones.

Veintitantos años después de aquella tarde en el cine viendo Solas y de aquel primer corto, Morante tiene la próxima gala de los Goya al actor protagonista de su última película ¿Es el enemigo?. La película de Gila, Óscar Lasarte, nominado en la categoría de Mejor Actor Revelación y es uno de los favoritos de los Premios Carmen, los premios que otorga la Academia del cine de Andalucía, que se entregan el próximo sábado 1 de febrero en Córdoba. Su carrera responde, desde aquella pequeña joya que fue el cortometraje Voltereta, a aquello tan dificil de alcanzar que es convertir lo local en universal y simboliza el talento genuinamente andaluz de nuestro cine.

Unos Goya con acento andaluz

Podrían hacerse decenas de relaciones como ésta para ilustrar que nada surge por el azar, que el cine andaluz, como muchos otros ámbitos, es un terreno rico si se trabaja la tierra, si se siembra con mimo, si se afrontan inclemencias y si se protege el fruto.

La gala de los Goya que conducirán Leonor Watling y Maribel Verdú desde Granada el próximo 8 de febrero tiene, no en vano, un protagonismo nítidamente andaluz. No sólo porque ya durante semanas la ciudad de la Alhambra se esté volcando en dar la bienvenida al cine español, sino porque en la práctica totalidad de categorías hay andaluces nominados. Pero lejos de haber llegado a la meta, el sector tiene un reto por delante: "Tenemos todo el talento, toca ser más ambiciosos, ser más competitivos".

"Tenemos todo el talento, toca ser más ambiciosos, ser más competitivos".

Marta Velasco

— Productora y presidenta de la Academia de Cine de Andalucía

Quien habla es Marta Velasco, presidenta de la Academia del Cine de Andalucía, el espacio donde el sector coordina demandas, interlocuta entre sí y se radiografía, se presenta, a fin de cuentas, como un sector cohesionado y diverso que debe ser tenido en cuenta, no sólo como segmento de lucimiento en los discursos institucionales, sino, sobre todo, para que las administraciones públicas doten los presupuestos en consonancia al papel que hoy ocupa el cine en la economía. La ausencia de datos actualizados es un mal crónico del sector, pero los últimos hechos públicos por el Ministerio de Cultura, cifra que por cada euro público invertido en una película, el retorno es de cuatro.

Velasco reinvindica el papel de la Academia también para que desde el propio sector no se hagan trampas al solitario, para que no se caiga en la autocomplacencia, para que no se dé por bueno el titular de que una de cada tres nominaciones a los Goya 2025 son andaluzas "porque no es verdad". ¿Está la producción andaluza presente en esos títulos que se dan por andaluces?, ¿tributan aquí, generan riqueza, tiran del talento local?

La Academia de Cine de Andalucía echo a andar en plena pandemia y hoy reúne a más de 350 académicos

Todos estos debates están abiertos hoy en el seno de la Academia de cine de Andalucía, a decir de su directora, una de las más activas en el mapa nacional pese a su reciente creación. Tras dos intentos frustrados, un puñado de nombres con peso remaron a favor de obra en plena pandemia y se hizo el milagro: parir una academia en la tierra que ha sido fuente de inspiración, escenario y madre de las mejores películas españolas de toda la Historia. Como antesala de lo Goya, los académicos andaluces se reunirán el próximo sábado para celebrar la cuarta gala de los Premios Carmen con un puñado de películas que han marcado el año.

Solos en la noche de Guillermo Rojas, nominada en 15 categorías, encabeza esta cuarta edición, seguida de Rita en el debut en la dirección de Paz Vega (14 nominaciones), Segundo premio de Iñaki Lacuesta y Pol Rodríguez (9 nominaciones), ¿Es el enemigo? La película de Gila (8 nominaciones) y La mujer dormida (Laura Alvea) y Por donde pasa el silencio (Sandra Romero) ambas con opciones en 5 categorías. En la categoría de Mejor Largometraje Documental, la pugna está entre Atín Aya. Retrato del silencio (Hugo Cabezas y Alejandro Toro), Fandango (Remedios Malvárez), Sembrando sueños (Alfonso Sánchez) y Summers, el rebelde (Miguel Olid).

Premio de Honor para Antonio Pérez

Y una gala que además reconocerá la trayectoria del productor Antonio Pérez con el Premio Carmen de Honor, por ser uno de los primeros en colocar el andamio de lo que hoy se celebra. Su papel como productor, su ojo visionario (y su riesgo económico, por tanto) se encuentra, además de en Solas, en Habana Blues, Nadie conoce a nadie (Mateo Gil), 3 días (F. Javier Gutiérrez), La voz dormida (Benito Zambrano), Señor, dame paciencia (Álvaro Díaz Lorenzo) y El Niño (Daniel Monzón) o La Piedad (Eduardo Casanova).

El relevo generacional, por ejemplo, lo han tomado nombres como el de Manuela Ocón (ganadora del Goya por la dirección de producción de Modelo 77) o Marta Velasco, productora de un auténtico fenómeno de la temporada cinematográfica como es Segundo Premio y también del último hito de Disney Plus, la serie Invisible, basada en el libro de Eloy Moreno. En conversación con este medio, Velasco ensaya el discurso que dará a los académicos andaluces (unos 350). "Tenemos que sentirnos orgullosos, hemos conseguido mucho, el respeto de la industria en toda España, pero tenemos que aspirar a más y ser ambiciosos".

Cuando Velasco dice aspirar a más señala muy especialmente al apoyo que debe dar la Junta de Andalucía "con unos presupuestos prácticamente congelados desde 2008", apunta, un tiempo en el que el talento andaluz ha redoblado su presencia nacional, casi siempre en alianza con otros territorios con más presupuesto. Pero se niega a enarbolar un discurso quejumbroso ni lastimero. Piden condiciones de trabajo, no dádivas para un sector, el del audiovisual, enmarcado en el de la cultura y el entretenimiento, al alza.

El sector señala que la Junta mantiene los presupuestos congelados desde hace más de 15 años, un tiempo en el que el peso del cine en la sociedad y la economía andaluza se ha multiplicado

A Velasco le consta el "esfuerzo y el trabajo", dice, del actual equipo de la Consejería de Cultura por ampliar el presupuesto de la Junta y por engrasar el cauce del diálogo con el sector. La presencia prevista de la consejera Patricia del Pozo en los Premios Carmen y el respaldo en su fundación, en plena pandemia, en la primera etapa al frente de estas competencias, "son gestos que ilustran que hay interés real", según Velasco, en un sector que mueve millones de euros anuales y miles de puestos de trabajo, sobre todo a partir del trabajo en la atracción de rodajes que hace la Andalucía Film Commission. "Seguimos con la promoción exterior y atracción de proyectos internacionales, Obviamente, nos gustaría que el tejido audiovisual andaluz cuente con más apoyo e impulso para producir historias desde y de Andalucía", apunta su directora, Piluca Querol.

La Junta ha reservado unos 2,5 millones de euros para cine en el presupuesto de 2025, la Generalitat de Cataluña cerca de 15 millones

Para el año 2025, la Consejería de Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía ha destinado algo más de 2,5 millones de euros para el cine, entre partidas para el desarrollo de productos de obras audiovisuales (las fases previas) y la producción de estos títulos. El Ministerio tiene también sus propias líneas de financiación y apoyo, pero son los gobiernos autonómicos los que priorizan o no que el cine sea bandera de una manera real de sus políticas culturales o sólo un escaparate con el que lucirse de vez en cuando. Cataluña, por ejemplo, cuenta con su propia academia desde el año 2008, que aglutina a más de 600 académicos y el presupuesto de la Generalitat apoya tan sólo la producción con cerca de 15 millones de euros anuales. La partida se disparada si se incluye la promoción y difusión del cine catalán.

Porque el cine aparte de talento requiere condiciones -una película media cuesta entre 5 y 6 millones de euros- y Andalucía cuenta con una rémora respecto a otros territorios: no tiene los incentivos fiscales de Canarias o el País Vasco, excenciones tributarias para la producción que se suman al margen que ya otorga la Hacienda estatal para las inversiones en producciones españolas de largometrajes, cortometrajes cinematográficos o series (una deducción del 30% respecto del primer millón).

La radiografía del cine andaluz es amplia y abruma: Andalucía acogió en 2023 cerca de 1.400 rodajes con un impacto económico de más de 110 millones de euros y la generación de más de 21.000 empleos, pero también el sector es uno de los que más paro y más prejucios arrastra por parte de quienes chapotean en los discursos desfasados del cine subvencionado.

Tracking Pixel Contents