Reportaje

Un paseo sin prisas por las librerías con alma de Córdoba

Este lunes se celebra el Día de las Librerías, fecha en la que toca recordar la labor de resistencia de estos espacios de cultura y comercio local que son la herramienta perfecta para que los libros ejerzan su poder transformador

Estantes con alma

Antonio Jesús González

Araceli R. Arjona

Araceli R. Arjona

Córdoba

Cuando era una adolescente, cayó en mis manos Fahrenheit 451, de Ray Bradbury, un libro angustioso en el que los bomberos, en lugar de salvar vidas, se dedicaban a quemar libros y a perseguir a quienes los escondieran. La imagen resultaba aterradora. Desde entonces, las librerías son para mí lugares refugio, pequeños templos del saber donde es posible detener el tiempo y dejar volar la imaginación. No sé quién dijo que donde se queman libros se acaban quemando personas, pero por la misma lógica, donde se venden libros, se han de forjar grandes hombres y mujeres. Aunque desgraciadamente Córdoba tiene hoy en día muchos más bares y peluquerías que librerías, aún hay un puñado de establecimientos con alma que, lejos de amedrentarse ante los envites de las nuevas tecnologías y el desprecio creciente al papel, resisten estoicamente y cada día se colocan el traje de superhéroes para levantar la persiana y contagiar el entusiasmo por los libros.

Librería Luque

Un paseo sin prisas por esas librerías con alma podría empezar en la más antigua de la ciudad, la librería Luque, con 105 años de historia, una institución cordobesa que ha sido capaz de cambiar de local hasta siete veces y hacer el relevo de padres a hijos hasta en tres generaciones sin perder su identidad. Javier Luque es el nieto del fundador y cualquier cordobés que se precie habrá tenido la ocasión de saludarlo y comprarle un libro. A sus 60 años, sigue al pie del cañón y no tiene intención de soltar los trastos. La fuerza debió dejársela impresa en los genes su abuelo Rogelio, el fundador de la librería en los años 20 del siglo pasado, que fue fusilado en la Guerra Civil por tener libros prohibidos que ningún bombero pudo llegar a quemar porque nunca los encontraron. O quizás le viene de su abuela Pilar Sarasola, la viuda de Rogelio, una mujer culta y emprendedora que haciendo de tripas corazón, con sus hijos aún pequeños, sacó adelante el negocio hasta que su hijo, el padre de Javier, tomó el testigo. A punto de perecer en 2009, cuando el local de Cruz Conde echó el cerrojo, la librería resurgió como un ave Fénix y desde entonces sigue siendo un referente de las letras en Córdoba.

Rocío Rivas, hermana de la fundadora, trabaja en la República de las Letras, en la plaza de Chirinos.

Javier Luque, nieto del fundador de la librería Luque, en la puerta del establecimiento. / AJ González

El último traslado a la calle Fray Luis de Granada, 11 fue un acierto, aseguran los tres socios, Javier, Andrés Alonso y Esther Romero, que ahora disponen de un local más amplio para realizar los eventos y presentaciones que antes no podían organizar. «Trabajar en una librería es un lujo», asegura Esther, «cuando acabé la carrera presenté mi curriculum en la Luque y no me cogieron», recuerda, «cuando entré hace 14 años fue un sueño cumplido». Para ella y para Andrés, «aunque hay mucho trabajo de trastienda, disfrutamos cuando llegan las cajas con las novedades, con el trato con los clientes, muchos son amigos, casi familia, algunos te piden consejo y también aprendes con ellos».

Librería generalista, venden mucho ensayo, libros de historia, ciencias, filosofía y atraen a muchas familias con sus cuentacuentos. Además, ocupan un lugar especial los libros de Córdoba y de autores cordobeses como García Parody, Gutiérrez Solís, Antonio Manuel, José Carlos Ruiz o Teodoro Fernández, que esta tarde a las 19.30 horas hablará junto a Juan José Primo Jurado de Julio Romero de Torres en la librería.

Si la Luque es la decana, El Reino de Agartha es una de las más jóvenes de Córdoba. Maribel Molina cumplirá el 5 de enero dos años de la apertura en Claudio Marcelo, 7 de El Reino de Agartha y su gabinete de curiosidades, una librería que contiene el alma de su dueña en cada esquina.

José Carlos Miranda trabaja en Crash Comic, fundada por Gabriel Soriano en Duque de Fernán Núñez.

Maribel Molina abrió hace dos años en Claudio Marcelo la librería El Reino de Agartha. / AJ González

Una dura historia personal que daría para escribir un libro, la llevó a cambiar Ávila por la tierra de sus ancestros. Atrás dejaba una vida, truncada por la muerte de su marido, para iniciar un proyecto ilusionante al que sigue enganchada. «Para nada me arrepiento de lo que hice», asegura sincera. Hiperactiva en Instagram y TikTok, creadora de su propio canal de Youtube, en solo dos años se ha convertido en una de las librerías más cañeras y divertidas de España. «Hay que especializarse y diferenciarse del resto», señala, «lo mío es la historia y la cartografía, los mapas antiguos, la literatura gótica y clásica del siglo XIX y también literatura infantil y autores cordobeses».

Un «trabajo de resistencia»

Uno de sus principales atractivos es un gran sofá amarillo que cada dos por tres le solicitan autores, editoriales y entidades variadas para sus presentaciones. «A veces es agotador», confiesa mientras señala que «una librería es un trabajo de resistencia en el que sobrevivimos porque somos unos románticos que amamos los libros». Situada justo frente al Templo Romano, recibe a muchos turistas de fin de semana que le piden consejo sobre libros de historia de Córdoba, guías de la ciudad o recuerdos singulares de los que ella atesora.

Sin salir del centro, en la plaza de Chirinos, 6, se encuentra otra de las librerías referente de Córdoba, la República de las Letras, un establecimiento que fundó una adicta a los libros como Ana Rivas y que cumplirá diez años en 2025. Según su fundadora, para abrir una librería es necesario estar un poco loco y que la lectura sea de algún modo tu obsesión. En su opinión, ese gusto, cuando es obsesivo, es innato, «una especie de sentido del ritmo del lenguaje equivalente a quien tiene oído para la música». Ana Rivas dejó la República de las Letras en 2023 y desde entonces es propiedad de un abogado y administrador de fincas, Francisco Zamorano, y una filóloga inglesa, Sonia Casado, para quienes trabaja la hermana pequeña de Ana, Rocío Rivas. En esta nueva etapa, la librería ha dado un giro y ahora recibe a una clientela más joven, asegura Rocío. «Antes era más clásica, quizás, ahora hay muchos eventos de todo tipo y está muy presente en las redes, lo que atrae a un público más diverso», señala. La peculiaridad de la República de las Letras es que además de comprar libros, se puede tomar café o echar una cañita, todo en el mismo horario, lo que le da un punto singular. «Además del bar, tenemos clubes de lectura, taller de cine, sala de exposiciones y un montón de presentaciones», comenta, mientras dos actores y un grupo de alumnos del IES Ángel de Saavedra saludan y atraviesan la estancia hasta el fondo para iniciar el rodaje de un cortometraje. Luego apostilla que, al contrario de lo que algunos piensen, «la literatura juvenil vive un boom». Esa es la buena noticia. Los jóvenes leen y les gusta pasar tiempo en las librerías.

Maribel Molina abrió hace dos años en Claudio Marcelo la librería El Reino de Agartha.

Rocío Rivas, hermana de la fundadora, trabaja en la República de las Letras, en la plaza de Chirinos. / AJ González

Ostin Macho

La diversificación se ha convertido en la clave para la supervivencia de muchas librerías. De ahí que a menudo combinen en sus estanterías los libros con otro tipo de productos. Es el caso de Ostin Macho, un lugar con encanto ubicado en la calle Duque de Fernán Núñez, que se anuncia como librería y gallery store. Es un lugar cargado de detalles que invitan a detenerte y ojear sin prisas. En ella se pueden encontrar libros, pero también ilustraciones, láminas de arte, productos de artesanía y elementos de decoración y, por supuesto, acontecimientos varios como el festival Gráficas!, que el pasado jueves pasó por allí en la celebración previa al Día de las Librerías, siendo escenario de una interesante charla de tres ilustradoras.

La Inaudita

La librería La Inaudita, que se encuentra en la calle Rodríguez Marín, 2, es otro ejemplo del nuevo concepto de librería, en la que los libros son solo una parte de lo que ocurre en el establecimiento. Los ideólogos de este proyecto cultural, José Manuel Ruiz, Juan Luis Piqueras y Elena Moreno, se inventaron este espacio movidos por su amor a los libros y a las librerías, y dieron a luz un lugar peculiar en el que además de dar una segunda vida a libros usados y donados, acogen exposiciones, presentaciones de libros, ciclos que combinan lectura y vinos y todo tipo de iniciativas, como el festival Julio es Otoño en torno a Romero de Torres que han celebrado este fin de semana.

Crash Cómics

En la calle de Ostin Macho, pero en el número 2, se encuentra otra de las grandes librerías de Córdoba, Crash Cómics, un lugar de peregrinación para muchos cordobeses. Como el resto de librerías con alma de Córdoba, lleva impreso el sello de su fundador, Gabriel Soriano, un enamorado de la ilustración y de los cómics, autodidacta y creador de juegos de rol, que abrió su primera tienda hace ya casi 20 años y que hace dos tuvo que mudarse al local contiguo porque la primera se le quedó pequeña.

Allí trabaja desde hace casi una década José Carlos Miranda, un joven que comparte afición y que asegura que para trabajar en una librería de estas características es fundamental que te guste leer cómics, jugar a juegos de rol y estar al día de las novedades. «El traslado nos permite tener más stock de todo y, sobre todo, contar con una sala para hacer eventos en condiciones», afirma, «desde presentaciones de libros clases de japonés, sesiones de juegos de rol o de juegos de mesa, casi todas las semanas hay algo». El mundo del cómic cuenta con una clientela muy fiel, señala Miranda, ya sean los más jóvenes aficionados al manga o el público de más edad que acude en busca de novela gráfica y cómics de temática variada. «Aquí tenemos todo tipo de cómic, que no es un género sino una forma de contar, y que puede servir para temas de investigación, de historia, de sociología, política...», apunta, «tenemos la suerte de que el mercado español es el que más traduce y edita cómics». La producción local también tiene presencia en Crash, donde hay publicaciones como Lache, un cómic de Ana Sabe autoeditado por la propia librería, que se desarrolla en Las Palmeras, o Uno de esos días de Andrés G. Leiva y 1236. Córdoba Gran Capitán, de Rafael Jiménez e Iván Luna, entre otros muchos.

Javier Luque, nieto del fundador de la librería Luque, en la puerta del establecimiento. | A. J. GONZÁLEZ

José Carlos Miranda trabaja en Crash Comic, fundada por Gabriel Soriano en Duque de Fernán Núñez. / AJ González

Mundo Ideas

Pero como no solo del centro vive Córdoba, las librerías también están presentes en muchos barrios de la ciudad, normalmente, compaginando la venta de libros y la papelería. Son estos comercios de proximidad los que trabajan de forma más directa con el público infantil, tratando con mimo a las familias de la zona, guiándoles entre la gran producción editorial y organizando eventos que los reúnan en torno a la lectura.

Ana Barrios tiene dos librerías infantiles con el nombre de Mundo Ideas, una en La Viñuela y otra en el Zoco. Madre de dos hijos, era aficionada a regalarles libros con cualquier excusa en El Principito, la librería de su barrio, y siempre tuvo la ilusión de regentar una. Hace once años, se lió la manta a la cabeza y decidió cumplir su sueño. «Me encantan los niños y ellos lo notan, hay dos que entran cada mañana a darme un beso cuando van al colegio; en La Viñuela, donde tenemos más espacio, hacemos cuentacuentos, manualidades y todo tipo de actividades para fomentar la lectura». Su filosofía es dejar que los niños se acerquen a los libros. «A veces sufres por si alguno sufre algún daño, pero hay que fomentar la curiosidad, yo siempre les hablo con mucho cariño y noto que aquí se sienten bien».

Ana Barrios tiene dos librerías infantiles Mundo Ideas, una en La Viñuela y otra en el Zoco.

Ana Barrios tiene dos librerías infantiles Mundo Ideas, una en La Viñuela y otra en el Zoco. / AJ González

El Laberinto

Este recorrido no puede terminar sin hacer una parada en una última librería con alma de Córdoba, El Laberinto, situada en la Ribera del Guadalquivir, en Ronda de Isasa, 4. Esta no es una librería al uso sino una librería anticuario recomendada a los coleccionistas que regenta un exbibliotecario amante de los libros, Daniel Rodríguez, y su compañera Rosa Castilla, y donde se pueden encontrar libros antiguos, rarezas y publicaciones descatalogadas.

Aunque el Día de las Librerías caiga en lunes, hay muchos días más para celebrar la lectura. Andar por Córdoba es una maravilla y mucho más en busca de buenos libros. No se corten.

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents