Un artista, dos épocas

Julio Romero de Torres, el Lautrec español en el arte de la cartelería

La experta en Historia del Arte y exdirectora del Museo de Bellas Artes de Córdoba analiza la en Bodegas Campos la evolución de los carteles del pintor en el 150 aniversario de su nacimiento

Julio Romero de Torres, el Lautrec español en el arte de la cartelería.

Julio Romero de Torres, el Lautrec español en el arte de la cartelería. / Manuel Murillo

Araceli R. Arjona

Araceli R. Arjona

Córdoba

Siglo y medio después del nacimiento de Julio Romero de Torres (Córdoba, 1874-1930), la obra del pintor cordobés más célebre de todos los tiempos vive un resurgir en el que su obra, empañada a menudo por los tópicos, está siendo analizada en el contexto de las corrientes artísticas de su época

La exdirectora del Museo de Bellas Artes de Córdoba y estudiosa de la obra de Romero de Torres, Fuensanta García de la Torre, ofreció ayer lunes una conferencia en la fundación Bodegas Campos, con motivo del 150 aniversario del nacimiento del autor, en la que evidenció la variedad y riqueza estética de uno de los géneros que más popularidad dio al cordobés, el diseño de carteles. «La cartelería contemporánea nació en Francia a finales del siglo XVIII con la invención de la litografía, de la mano de autores como Toulousse Lautrec, cuyas obras se han convertido en auténticos símbolos del arte francés», explica la experta, que señala como equivalente español a Ramón de las Casas y, en sus primeros carteles de ferias y fiestas, a Julio Romero de Torres. 

Cartel de la Feria de 1902.

Cartel de la Feria de 1902. / CÓRDOBA

En esa época, era muy habitual que los pintores recibieran encargos o participaran en concursos para realizar carteles de fiestas o publicitar productos, explica García de la Torre, algo que viene de la tradición francesa impulsada entre otros por Lautrec. El pintor cordobés llegó a utilizar algún óleo, con algunas variantes, para participar en concursos de cartelería. Lejos de suponer un desprestigio, «los carteles han permitido que la obra de estos autores perdure en el tiempo porque se siguen utilizando hoy en día como decoración».

Cartel de la Feria de 1916 de Julio Romero de Torres.

Cartel de la Feria de 1916 de Julio Romero de Torres. / CÓRDOBA

Según García de la Torre, existen en el pintor dos etapas claramente diferenciadas. «Una desde sus comienzos hasta que va a Italia en 1907, con escenas costumbristas y personajes con reminiscencias modernistas; y a partir de ahí, hasta su fallecimiento, otra en la que ofrece su estética pictórica más conocida en cuanto a color y composición, en los carteles de la Unión Española de Explosivos o Bodegas Cruz Conde». Los cuatro carteles de la Unión Española de Explosivos, representados con una mujer con una mecha, una escopeta, un cohete y una pistola, serán los últimos del pintor, hasta el punto que uno se publica después de su muerte. Son estos carteles, de los que se hicieron almanaques, los más populares frente a los primeros, mucho más desconocidos.

Cartel de la Unión Española de Explosivos de 1929.

Cartel de la Unión Española de Explosivos de 1929. / CÓRDOBA

«Desde los primeros carteles de la feria de ganado de 1896-1897 hasta los más conocidos de la feria de 1902-1905, el pintor mantiene una estética muy similar a lo que se hacía en los carteles de publicidad y feria en el resto de España, sobre todo, en Cataluña con la visión modernista de Ramón Casas y en Sevilla, con la más regionalista de Gonzalo Bilbao». Los carteles de la feria de 1912 a 1916 presentan ya una estética absolutamente distinta. Por medio, hay algún cartel importante como el de 1907 que realizó su hermano Enrique pero basado en una composición de Julio.

Julio Romero de Torres, el Lautrec español en el arte de la cartelería.

Julio Romero de Torres, el Lautrec español en el arte de la cartelería. / Manuel Murillo

En 1929, realizará los carteles de Bodegas Cruz Conde, también muy vinculados a los elementos característicos de su pintura. Todavía hoy, el anís de las bodegas mantienen el diseño de Romero de Torres. Fuensanta García destaca dentro de su producción de carteles otros dos muy significativos, el de Dora la Cordobesita, en el que la artista Dolores Castro aparece con un sombrero cordobés y una guitarra. «La condición de esposa de un torero permite el autor explotar las connotaciones tan ligadas a su pintura como son el mundo del toro y el flamenco», señala. El otro es de 1921, un cartel que anuncia la corrida patriótica a beneficio de las víctimas del Desastre de la Annual, de gran sobriedad, apunta. En total, Romero de Torres realizaría unos 15 carteles.

Cartel de la corrida de toros por el desastre de la Annual.

Cartel de la corrida de toros por el desastre de la Annual. / CÓRDOBA

A modo de curiosidad, la experta destacó que los carteles de toros, de grandes dimensiones, eran utilizados en la época para anunciar en sus recuadros actividades como conciertos, teatro, circo, servicios de trenes y «hasta la entrega en las ferias de pan a los menesterosos». También subrayó el carácter innovador del autor, reflejado en dos pinturas de geishas japonesas con quimono y en el baño, que comparten la estética y diseño de un cartel pese a ser pinturas. «Frente al tópico que señala que las pinturas de Romero de Torres no tienen influencias de nadie, como sus contemporáneos de principios de siglo, su obra también refleja el fuerte influjo de la fascinación por la cultura oriental del momento».

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