Un total de 518 cortometrajes y 21 largometrajes, frente a los 472 cortos e igual número de largometrajes de la pasada edición, asciende el número de trabajos que procedentes de toda la geografía española, han concurrido al concurso convocado por el Certamen Nacional de Creación Audiovisual de Cabra que del 16 al 24 de septiembre tendrá lugar bajo la organización del Ayuntamiento de Cabra en su 28 edición.

De aquellos, según la organización de esta anual cita, 61 tendrán opción al Premio CSRTV (Canal Sur Radio y Televisión) a la creación audiovisual andaluza al tener su procedencia en cada una de las ocho provincias andaluzas y entre los que se encuentran ocho de la provincia de Córdoba y que podrán verse el viernes 22 de septiembre en la sesión especial La Noche Cortobesa.

Del total de trabajos participantes, 397 son profesionales, 121 amateurs, 16 son de animación, 56 tienen una duración de menos de cinco minutos, 61 son andaluces y 8 cordobeses.

En el apartado de largometrajes, los 21 trabajos presentados, al ser todos andaluces, optarán al premio "Made in Andalucía", que tiene como objeto reconocer y premiar el talento de las creaciones dirigidas o producidas por andaluces o rodadas en Andalucía.

Exposiciones, performances y música en directo

Paralelamente al concurso y cuyos trabajos se proyectarán en el Cinestudio Municipal 'Antonio Espinar Arcos', el certamen como en ediciones anteriores contará entre otras actividades con la celebración de una serie de exposiciones, performances y sesiones especiales con música en directo, sesiones infantiles y la gala de clausura en el Teatro 'El Jardinito', donde tendrá lugar la entrega de premios.

El pasado año, 'El semblante' de los madrileños Carlos Moriana y Raúl Cerezo, fue elegido el mejor cortometraje en el 27 Certamen Nacional de Creación Audiovisual de Cabra. Un título que cuenta con varios premios en distintos festivales y certámenes, está interpretado por Daniel Ortiz, Carlos Santos y Lucía Díez y en el que se acerca al espectador a la tiranía y a la cara del dolor a través de una terrible silla de tortura con la que se quiere mostrar al mundo las terribles consecuencias de servir al Diablo en la España de la Santa Inquisición de finales del siglo XVII.