La librería La República de las Letras no cerrará pero cambiará de dueños

La librería La República de las Letras podrá seguir siendo uno de los templos del libro en Córdoba, ya que finalmente no cerrará sus puertas el 30 de junio, como anunciaron sus anteriores dueños, sino que se traspasará. No solo mantendrá el mismo nombre, sino también a parte de su personal, como ha confirmado a este diario el que será su nuevo propietario, Francisco Zamorano.

"La idea es que la librería ni siquiera llegue a cerrar, a excepción de unos días en julio que necesitamos para hacer el traslado y en los que Ana Rivas aprovechará para devolver algunos libros; pero a mediados de julio celebraremos algún acto de reinauguración, por llamarlo de alguna manera, antes de un evento más potente en septiembre, con autores de referencia", ha explicado.

"La idea es que la librería ni siquiera llegue a cerrar, a excepción de unos días en julio que necesitamos para hacer el traslado", comenta el nuevo propietario.

De profesión abogado y administrador de fincas, Francisco Zamorano ha sido siempre un "lector de toda la vida" junto con su mujer, Sonia Casado, filóloga y profesora de instituto. Ambos llevaban un tiempo pensando en adquirir un local para montar una librería, aunque "lo teníamos pensado de aquí a cinco años vista". Sin embargo, cuando se enteraron del cierre de La República de las Letras decidieron "liarnos la manta a la cabeza" y hacerse cargo del negocio. "Porque esa era nuestra librería de referencia y no podíamos permitir que cerrase", añade Zamorano.

Su intención es que el espacio, además de vender libros, se convierta en un "lugar cultural de referencia para la ciudad", con programación fija y continuada a base de presentaciones, lecturas, charlas, pequeñas actuaciones musicales combinadas con literatura, e incluso microteatro. Un objetivo que requerirá esfuerzo, aunque parte del trabajo ya está hecho pues Francisco y Sonia mantienen una relación estrecha con escritores de referencia como Mario Cuenca Sandoval o Rosario Villajos, entre otros, así como con músicos del mundo del jazz.

"Somos conscientes de que Ana Rivas es bibliotecaria y conoce mejor este mundo que nosotros, pero lo haremos lo mejor posible y con la mejor intención, aprendiendo poco a poco, con el asesoramiento de nuestros amigos escritores", incide Zamorano.