Reina Sofía

Manuel Segade, director del Reina Sofía: “Los museos de arte del presente lograron ser parte de la agenda del ciudadano, y es una gran noticia”

“Los desafíos son cotidianos: ser más ecológicos, más inclusivos, implicarse con los problemas con los que trabajan los artistas”

Manuel Segade, director del Museo Reina Sofía de arte contemporáneo.

Manuel Segade, director del Museo Reina Sofía de arte contemporáneo. / ALEJANDRO PRIETO

Rubén D. Rodríguez

Manuel Segade es el nuevo director del museo Reina Sofía de Madrid, que está especializado en arte del siglo XX y contemporáneo. Nació hace 46 años, fue alumno de Salesianos y estudió, tras completar el primer ciclo de Periodismo, Historia del Arte en Santiago. Pasó también un año en la Universidad de Leeds. “Tuve la suerte de ser alumno allí de Griselda Pollock, una revolucionaria de los años 70 que cambió el canon de la historia del arte reivindicando el nombre de las mujeres en la historia del arte”, ensalza. Accede al cargo tras superar en primera posición un proceso de selección en el que otra coruñesa estaba entre los aspirantes, Chus Martínez, responsable de la Basel Academy of Art and Design. Segade, que este miércoles concedió una docena de entrevistas por la mañana antes de acudir al Ministerio de Cultura, concibe los museos como espacios para que la ciudadanía tenga acceso y se integre y participe de los problemas de la sociedad.

El presente lo sitúa en el Reina Sofía. ¿Se acuerda de su primer trabajo en un museo?

Si no recuerdo mal, fueron unas fichas que hice para una colección en un museo que ya no existe desgraciadamente, el Museo Unión Fenosa de A Coruña. Y después, ya como comisario, una exposición en la Fundación Luis Seoane, en el año 2002 o 2003.

¿Entonces se imaginaba que podía estar esperándole algún día un museo de la entidad del Reina Sofía?

Para nada. El mantra que nos dicen desde niños y adolescentes es que trabajando en el campo del arte o la cultura jamás vamos a llegar a vivir de esto. Me alegra demostrar que es mentira.

Y usted vive desde hace algún tiempo.

Creo que desde el año 2005, cuando hice un trabajo con Metrònom, una fundación privada de un coleccionista en Barcelona, y a partir de ahí, mejor o peor porque siempre hay momentos precarios en el sector, no he dejado de vivir del arte.

De sus experiencias previas, incluida la dirección actual del Museo Centro de Arte Dos de Mayo de Móstoles, ¿qué conceptos o ideas pueden ponerse en práctica en un gigante como el Reina Sofía?

El trabajo con el arte del presente y de pensar que es necesario que haya espacios de experimentación para el arte contemporáneo, donde no sabemos qué tipo de arte se va a hacer en el futuro y qué clase de cosas van a crear los artistas, es un proceso de innovación hoy por hoy fundamental para convertir esos museos en una especie de laboratorio. Necesitamos lugares donde los artistas tengan derecho a equivocarse. Los museos tienen desafíos cotidianos: deben ser más ecológicos, más inclusivos, que cumplan con la igualdad de género, implicados con los temas y problemas con los que trabajan los artistas, que son los problemas y preocupaciones de la sociedad actual. Sobre todo, necesitamos museos que garanticen el acceso a la cultura, con sistemas de educación para que cualquier persona pueda acceder, no solo al espacio sino a todas las actividades que organizan.

¿Es que aún no se ha aprobado plenamente esa asignatura?

Digamos que el acceso al arte y a la cultura es un derecho fundamental que proclama la Constitución española, pero sabemos que a veces, como ocurre con los museos de arte contemporáneo, tenemos el riesgo de la dificultad de llegar al público general, con el que parece que hay una brecha. El ejemplo del museo de Móstoles, en una zona depauperada del sur de Madrid con mucha población migrante, demuestra que hemos conseguido tener calado, que a la gente le interese el museo como un lugar de ocio intelectual. Con lo cual, creo que hay muchas maneras de trabajar con los públicos y lo que importa es que generemos esa situación en la que la gente se pueda encontrar con el arte y con el gran abanico de utilidades que ofrecen los museos.

Esa brecha a la que alude, ¿cómo hay que taparla?

Estando a la escucha de lo que pasa en la calle y en la sociedad, de lo que nos piden los públicos, y negociando esas necesidades con el arte contemporáneo. A través del trabajo con la gente y de la negociación se consiguen los consensos. Esto es muy básico, elemental. El museo público es un espacio democrático que debe generar posibilidades de participación de sus públicos.

¿Se ha transformado el público general de los museos, espera algo distinto, tiene nuevas demandas, y, por lo tanto, deben los museos transformarse en distinta medida?

Los museos dedicados al arte del presente están más preparados que otras instituciones culturales para adaptarse a la sociedad. Lo que nos proponen los artistas contemporáneos siempre parte de un trabajo imaginativo radical que nos permite pensar las cosas de otra manera, fuera de la forma de pensar convencional. Ahí es donde el arte contemporáneo y sus instituciones pueden aportar algo muy fuerte, no solo lo que exponen los artistas sino el uso de sus mismas metodologías. La forma de pensar radical es imprescindible, incluso aplicable, con sus leyes ya establecidas, a la administración de verdad.

¿Este tipo de museos tienen buena salud hoy?

Están en un muy buen momento. Han conseguido formar parte de la agenda del ciudadano, y esa es una gran noticia. La prueba es que el Reina Sofía es el museo más visitado de España. Su peso es muy grande, no hay más que verlo en la cantidad de gente que me ha llamado hoy [por ayer] para hacerme una entrevista [risas].

¿Qué quiere hacer al frente del Reina Sofía?

Todavía no he podido compartir proyectos ni con el propio museo ni con el Ministerio de Cultura. El Reina Sofía es uno de los museos más importantes de Occidente, muy bien mirado desde fuera de nuestras fronteras, y creo que nos hace falta un momento de consolidación. Lo más importante es saber compartir el capital simbólico tan fuerte que tiene el museo con la escena general del arte español, con el fin de conseguir que todo el arte español sea más visible en el exterior. Ese es el objetivo básico, y también es el gran reto.

Ficha personal

Manuel Segade (A Coruña, 1977) se doctoró en Historia del Arte en Santiago. Ha sido comisario jefe del Centro Galego de Arte Contemporáneo de Santiago y director del Museo Dos de Mayo de Móstoles. Al frente del Reina Sofía, sucederá a Manuel Borja-Villel, en el cargo desde 2008. La revista Forbes incluyó este año a Segade en el top 25 de personalidades más influyentes del sector artístico español