MÚSICA
Paul Barham se adentra en los claroscuros de un amor de altamar con su single 'Dulcet Melody'
El 'english man' cordobés deja un momento su lado rocanrolero para contar, a base de balada folk, la perdición de un marinero por las sirenas
Unos meses después de haber llevado al directo el EP Nobody’s home, el músico inglés Paul Barham deja por un momento el lado más rocanrolero y punk que comparte con su banda, sus Varlets, sus truhanes, para rendirse a la balada folk en su single Dulcet Melody, estrenado esta semana junto a un original vídeo de collages en movimiento obra de David Paz y Carmen Corpas (Remanso Collective).
Al contrario que su último disco, Barham ha grabado este tema sin banda, al estilo de 8-Track Mind, con el que sorprendió a la escena cordobesa en 2020 después de años de rodaje con bandas como Aspidistras o The Aftersoons. Según cuenta el músico, grabó las bases con guitarra y voces de guía en su propio estudio (Bedroom/Kitchen/Garage Studios). Luego acudió al estudio El Doblao del cantautor cordobés Juan Valera, para grabar los otros instrumentos con él.
"Juan Valera transformó la canción con los arreglos de percusión y piano, además del bajo, tan chulos que él sacó", cuenta Barham. Sobre esta base melódica, además de su voz doliente, más doliente que nunca, tenía claro que quería añadir "los coros de las sirenas y la tripulación del barco" y para ello decidió contar con Ana García y María García, quienes ya habían contribuido con sus voces en el 8-Track Mind EP. Los coros masculinos también incluyen a David Donnier, Richard Ley y su inseparable teclosta, Javier Ramos. "Nos pusimos todos juntos alrededor de un micro a cantar con gusto", cuenta Paul.
El resultado fue mezclado y masterizado por Paco Prieto de Estudio Happy Place de Sevilla, quien también hizo el mismo trabajo para el disco Nobody’s Home, con the Varlets.
El lado siniestro del amor
"A primera vista es una canción de amor, pero la realidad es otra porque tiene un lado siniestro", explica Barham, a quien siempre le han gustado "los contrastes de luz y oscuridad, tanto en la música como en el arte". En este caso el protagonista de Dulcet Melody es un marinero de los viejos tiempos que escucha a la dulce canción de las sirenas, aquellas dibujadas por la mitología griega como bestias feroces que mataban y comían a sus victimas. El marinero se tira del barco atraído e hipnotizado por la melodía para, casi en el acto, morir aplastado sobre las rocas y así ofrecer por fin el festín a las sirenas, mientras el barco sigue en su camino con la tripulación cantando a su compañero ya perdido.
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