ENTREVISTA | Lucia Tavira Soprano

"A nivel emocional, me uno con Aida hasta suicidarme en la tumba"

Lucía Tavira interpretará el papel principal de ‘Aida’ de Verdi en el Gran Teatro.

Lucía Tavira interpretará el papel principal de ‘Aida’ de Verdi en el Gran Teatro. / NATALIA ROMÁN

Una voz prodigiosa puede situar a Córdoba en el foco de interés de la lírica. Así ocurre con la soprano Lucía Tavira, profeta en su tierra a base de un trabajo incansable y de su amor por Verdi, cuyo máximo exponente, Aida, protagoniza en el Gran Teatro.

¿Se siente profeta en su tierra?

Siempre me he sentido profeta en mi tierra porque durante mis primeros años de estudiante de canto, canté con la Orquesta de Córdoba. Convocaron audiciones y empecé a hacer papeles pequeños. Mi primer papel escénico fue entonces, cuando interpreté a la dama de ‘Macbeth’, de Verdi.

¿Cómo recuerda ese momento?

Fue muy emocionante porque la ciudad decidió apostar por una alumna de canto cuando el resto del elenco era muy potente, con voces verdianas muy maduras. Aprendí mucho.

Han calificado su voz como una de las más relevantes de su generación, ¿se siente identificada?

No estoy segura. He trabajado mucho y asistido a muchos concursos para ampliar el currículo y aprender a hacer una buena audición, lo que me ha dado oportunidades para seguir adelante en este mundo del canto. Estoy muy orgullosa de seguir teniendo oportunidades para progresar cada día.

Ha ganado importantes premios nacionales de Zarzuela, ¿el género le ha servido para curtirse?

La zarzuela es un género muy difícil de cantar, muy exigente a nivel vocal. A mí me gusta muchísimo. De hecho, en los últimos años me he implicado en la recuperación del patrimonio de este género, tanto en el Teatro de la Zarzuela de Madrid como aquí en Córdoba, donde está habiendo gran implicación al respecto.

El tenor Pablo García López también incide en la importancia de valorar ese patrimonio.

Claro. Como músicos jóvenes tenemos la obligación de recuperar nuestro patrimonio. El propio nombre del Conservatorio, donde hemos estudiado, indica que debemos conservar la interpretación que el compositor pensó para la obra. Ya hablo como cordobesa cuando incido en la importancia de mantener toda nuestra riqueza musical. Debemos ponerla en valor de manera práctica e instrumental y no solo desde la investigación.

¿Le ha resultado complicado abrirse paso en el canto?

Este mundo es muy complejo, requiere de muchísimo esfuerzo. Necesitas un apoyo muy importante de tu familia para soportar la trayectoria a nivel emocional, técnico, a nivel de estudios, de trabajo. Cuando me preguntan por este tema, siempre lo comparo con el esfuerzo de un deportista de élite. Nuestra carrera requiere un gran trabajo de fondo para llegar en forma a la interpretación de un personaje determinado.

¿En qué momento de su carrera se encuentra?

Siento que estoy empezando ahora a controlar mi instrumento. Un periodo en el que la voz está empezando a madurarse, centrándose en lo que, espero, llegará pronto a ser su mejor momento. Ahora vivo una época bonita porque acabo de cantar dos de los grandes papeles de Verdi como son el Réquiem y Aida. Está siendo una delicia.

¿Cuánto tiempo lleva preparándose para ‘Aida’?

Empecé a prepararme Verdi hace ocho años. Me dieron la oportunidad de hacer Aida con una compañía pequeña y me di cuenta de que podía cantarla. Este es un rol muy exigente, con muchas piezas y necesitas llegar hasta el final de la ópera, como decía la gran Renata Tebaldi. Siempre que voy a abordar un nuevo rol es como si empezase de cero. Trabajo la dicción del italiano, la prosodia musical, la resistencia, los agudos, los pianísimos y filados en las notas. Tengo a mi repertorista y a mi profesor, con los que resuelvo todo tipo de dudas técnicas. Ellos son Miguel Ángel Arqued y Juan Lomba. El cantante no se oye a sí mismo del todo cuando canta, por lo que necesita una referencia externa.

Tengo entendido que siente predilección por personajes malvados. Aida es todo lo contrario.

Me cuesta mucho mimetizarme con las mujeres a las que interpreto, a nivel racional. A nivel emocional, me uno directamente con Aida y hasta suicidarme en la tumba con ella. Siempre digo que esta historia es como un Romeo y Julieta, pero del Nilo.

¿Le supone un desgaste emocional vivir tanto tiempo con ella?

Esta ópera es increíblemente bella y yo lloro siempre en el dúo con el padre, pero más que un desgaste yo diría que se trata de un gran disfrute emocional.

¿Verdi está entre sus compositores favoritos?

Para cantar, sin lugar a dudas. Todo lo que escribía estaba pensado para darle facilidades a los intérpretes y que pudieran lucirse. También conocía muy bien mi tipología de voz. El papel de Aida tienen grandes complejidades técnicas porque comprende una gran tesitura, con las dos octavas enteras de ámbito de voz. Tiene muchísimos pianísimos, por lo que necesitas de una gran versatilidad y elasticidad en la voz.

En esta historia, el compositor muestra la fragilidad del ser humano en relación con el sistema

Efectivamente. Verdi no se encontraba muy bien en la época en la que escribió Aida. Estaba peleado con la iglesia, se acababa de morir su suegro. Sentía tristeza y lo reflejó en la escritura. La protagonista personifica esa dualidad que comentas. Ella va cambiando su personalidad a lo largo de los actos. Al principio está asustada, luego se muestra enamorada, pasa a tener gran energía y a mentir por su familia, hasta un final catastrófico.

¿Cómo vive ese proceso convulso sobre el escenario?

He hecho un trabajo de construcción del personaje. También de movimientos, para lograr precisión con el vestuario. Trato de reflejar la progresión para que el espectador pueda vivir conmigo todo lo que le ocurre a ella.

Debe ser complejo adecuarse a los compañeros de escena

Tenemos un equipo maravilloso y nos nutrimos unos de otros. Respetamos la idea del maestro Daniele Piscopo, director de escena, pero aportando además nuestra visión de equipo. Siempre hay pequeñas variaciones en cada representación.

¿De qué compañeros ha extraído ese aprendizaje?

Me gusta mucho cantar con Javier Franco, quien interpreta al padre de Aida, Amonasro. Es una persona increíblemente musical, con una voz bellísima, con el que es muy fácil trabajar. A nivel dramático, mi compañera Mª Luisa Corbacho, quien interpreta a la rival Amneris. La mala malísima. Es una mujer con tantísima fuerza dramática y tanta carga emocional en el canto que abruma. Nos queremos mucho. A veces me mira con tanto odio en el escenario, que luego tengo que abrazarla.

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