ENTREVISTA

El cantautor Nacho Vegas: "Entre Elvis y Bad Bunny no han cambiado tanto las cosas"

El músico asturiano presenta en Alicante su aclamado disco "Mundos inmóviles derrumbándose" este sábado 22 de abril (21 horas) en Magma Club

El cantautor Nacho Vegas.

El cantautor Nacho Vegas. / THE KIDS ARE RIGHT

Juan Fernández

Vanguardia de una corriente artísticaNacho Vegas siempre se ha erigido como una de las figuras más respetadas de la música española. Su capacidad para dotar a sus canciones de libertad y confesiones le ha llevado a ser punta de lanza de un género algo distorsionado con el paso del tiempo. Ahora no se le conoce por ser indie o hacer rock. Su nombre se ha hecho tan grande que no necesita etiquetas. Mientras sigue sacando partido en directo a su último trabajo discográfico, editado hace más de un año, interrumpe los tiempos muertos con nuevos sencillos que publica de forma periódica.

La presencia de Mundos Inmóviles derrumbándose, su último disco, sigue siendo especialmente importante más de un año después de su publicación. ¿Siente que, de esta forma, combate la hegemonía de la industria de la música rápida?

Desde que existe una industria musical existe a la vez esa tendencia; a mí me parece que entre Elvis y Bad Bunny no han cambiado tanto las cosas. Lo que podemos, y creo que debemos hacer, tanto artistas como oficinas independientes es no dejarnos absorber por este ritmo endiablado que impone el mercado y tratar de marcar también nuestras propias dinámicas.

Pasar de un disco de 26 temas como Oro, Salitre y Carbón a otro de 10 parece entrever la cesión de su creatividad artística en pos de lo comercial. ¿De qué depende el número de canciones de un disco suyo?

Hemos grabado cinco temas más que forman parte de esos mundos derrumbándose y que estamos publicando desde diciembre como singles. Pero cada etapa es como un trayecto en el que importa más el camino en sí que el número de kilómetros. Hay viajes cortos mucho más intensos que otros larguísimos.

A su vez, ha aprovechado este tiempo para lanzar un nuevo sencillo como Opulencia y amén, una envolvente canción que refleja una letra cruda y directa. ¿Qué significado le da a este tema más allá de su lectura más natural?

Ese es ya el tercero de los singles de los que te hablaba. Es una canción de amor, de romería, de abusos, de fango y de placer como resistencia activa ante un mundo bien jodido.

Siempre se ha caracterizado por ser una persona que tiende a cuestionar la realidad que le rodea. ¿Hace el mismo esfuerzo para cuestionarse a sí mismo?

Claro, cada día. La realidad que me rodea empieza por mí, es mi mirada la que la cuestiona y por ello es susceptible de ser cuestionada a su vez.

¿El Nacho Vegas de Actos Inexplicables sería amigo del actual?

Sí, seguro. El actual es más gilipollas, pero también un poco más sabio.

"El pudor es uno de los enemigos de la creación"

Haber sido parte de muchas personas en un periodo tan extenso crea, a su vez, lazos de pensamiento de los que, quizá, uno no es consciente a primera vista. ¿Cree que la opinión de un oyente se puede crear a raíz de escucharle?

La música te puede hacer ver con claridad aquello que solo lograbas vislumbrar, no hay ninguna manipulación en ello.

¿No siente pudor por ello?

No. El pudor es uno de los enemigos de la creación.

¿Entiende la imagen del músico como creador de opinión?

No, no es tan importante lo que creas como lo que transmites con ello. Y eso pueden ser mil emociones diferentes, yo no canto opiniones sino emociones verdaderas.

Pero su legión de seguidores y los medios especializados generan esa opinión. De hecho, es el propio juicio público el que engrandece de alguna forma su figura. ¿Qué opinión tiene de la percepción que se tiene de usted?

No soy muy consciente ni creo que sea tan relevante. Lo importante son las canciones y escribirlas con los pies en la tierra.

Ahora, tras una pequeña gira con conciertos en formato showcase por Portugal, retoma su gira nacional con un concierto en Alicante. ¿Qué puede esperar el público del directo que va a ofrecer?

Una preciosa incertidumbre, que es lo que son los mejores conciertos hasta el mismo minuto en el que empiezan.