Si existiera la figura del rey del carnaval, El Selu tendría elevadas posibilidades de llevarse el título. Conocido por ser el autor de algunas de las chirigotas más célebres del certamen gaditano, José Luis García Cossío hace tiempo que alcanzó la madurez compositiva. Tras una temporada alejado del escenario de El Falla, ha conquistado teatros de toda España con el musical El Selu. Cuando asegura estar en una etapa de afluencia creativa, reivindica su ilusión por participar con su chirigota, el próximo 22 de abril, en el Festival de Primavera de Córdoba. Compartirá el escenario del Teatro de la Axerquía con la chirigota Amo Escuchá y las comparsas Los Esclavos y El Embrujo de Cádiz.
¿En qué momento creativo se encuentra?
Este parón biológico de carnavales me ha venido estupendo para tener más ganas e ilusión. Alejarte del cuadro hace que lo veas de otra manera y nunca mejor dicho, porque yo pinto y también necesitaba inspirarme en ese sentido. Así que me encuentro en un momento muy creativo.
Lleva tres años sin subir al escenario del Falla, ¿Cómo se vive el Carnaval desde fuera?
Hemos estado con el musical de El Selu, con toda la ilusión que eso supone. Aunque no recordaba cómo era vivir la fiesta desde fuera porque he estado concursando cuarenta y dos años, muy involucrado, descansando solamente en el año de la mili, en el año ochenta y dos, y cuando nació mi primer hijo, sobre los dos mil.
¿Hay alguna agrupación por la que tenga predilección?
Para mí, todas las chirigotas merecen mucho respeto. También todas las agrupaciones, en general. En realidad es una cuestión de gustos porque no se puede demostrar que unas sean mejores que otras. Nunca pongo esa cuestión sobre la mesa. El carnaval es como una feria gastronómica en la que lo mismo encuentras jamón, platos más elaborados, platos tradicionales de siempre, bombones… y todos tienen la capacidad de gustar.
¿Ha notado una evolución en esta última edición?
La he visto más o menos igual que otros años, aunque echo de menos a algunos autores. Me he quedado huérfano sin Juan Carlos Aragón, pero el concurso siempre está vivo y siempre convoca a gran cantidad de espectadores, tanto presenciales como a través de la televisión. Mientras tengamos audiencia, los carnavales seguirán adelante.
¿Ha ganado inspiración para crear personajes como Lo que diga mi mujer o Juan?
Eso nunca se sabe. Todos los años, cuando encaramos la nueva chirigota tenemos esa pretensión de quedar en lo más alto. Pero es difícil. Salir a concursar en el Carnaval de Cádiz no es como la salida de un cantante al escenario, como Alejandro Sanz, que va a triunfar sí o sí ante el público. En el Carnaval vas con todo y te das con el éxito o el fracaso en la cara. Ahí reside también su grandeza.
¿Cómo ha sido el recibimiento del musical de El Selu? ¿Tiene alguna anécdota?
La anécdota más significativa es que antes de estrenarlo en Cádiz, lo que fue un boom por lo rápido que se vendieron las entradas, iba andando por la calle y la gente me paraba por la calle para decirme: "¡Ya tengo la entrada, Selu!" y eso me metía una presión enorme porque quería estar a la altura de sus expectativas. Me tiré dos noches sin dormir antes del estreno, por la expectación que se había creído. Tenía miedo de salir y que la gente me mirase mal. Hasta que por fin debutamos y fue de los éxitos más grandes que he tenido en mi vida. Esto trajo más éxitos en cada ciudad que visitamos de España. Es una grandísima satisfacción.
¿Se siente más cómodo en este formato?
La verdad es que sí porque a mí me gusta mucho el teatro y esto me permite hacer más teatro que en el Falla, donde debes hacer un pase muy concreto de pasodobles, coplas y popurrí, cuando el musical te da más libertad.
Entonces no descarta volver a elaborar otro espectáculo teatral en el futuro
No lo descarto en absoluto. De hecho, tengo intención de ir mejorando este musical e introducir elementos nuevos. Ir creciendo en este aspecto porque es muy gratificante ver que una chirigota no solo da para el concurso, sino también para llevarla al mismo nivel de los grandes musicales. En la Gran Vía de Madrid hemos estado durante tres días con un éxito absoluto y allí escuché, de palabra de un crítico, lo más bonito que podrían decirme sobre este espectáculo, "esto es un musical". Siempre tendré este aspecto como una parte ilusionante de mi profesión.
Ha confirmado que volverá al Carnaval de 2024, ¿Ya ha pensado una propuesta?
Sí, tengo algo pensado que estoy solidificando. Es algo que tenía ganas de sacar desde hace tiempo. Con esto estoy en la etapa de la ilusión, cuando comienzas y ves todas las posibilidades.
¿Le resulta más difícil hacer humor ahora que la actualidad es tan complicada?
Es muy difícil hacer humor, pero eso ha sido así de toda la vida. También gracias a estos tiempos tan malos, cuando vamos a cualquier lugar a actuar con el musical o la chirigota, la gente se parte de la risa y hay pocos motivos ahora para reírse, disfrutar o dejarse llevar por el humor. Para nosotros es muy grato servir de medicina.
"La vida está diseñada para que no pensemos en aspectos revolucionarios ni seamos capaces de juntarnos, plantarnos y ponernos en contra de las injusticias".
¿Qué temas del día a día le inquietan?
Vivimos con sueldos cada vez más precarios. Hay mucha gente necesitada de un sueldo, un techo y quien está trabajando muchas veces no tiene para sus gastos mínimos de vida, de ocio ya ni te cuento. Con todo ello, te das cuenta de que la vida está diseñada para que no pensemos en aspectos revolucionarios ni seamos capaces de juntarnos, plantarnos y ponernos en contra de las injusticias. Estamos tan ocupados con los problemas del día, que se nos hace imposible ir en contra de todo eso. También hay muchos jóvenes con carreras y estudios de posgrado sin posibilidad de acceder a trabajos. Es una realidad muy triste, pero lo peor es la normalización que se hace de ello, lo mismo que se ha normalizado la guerra o las pateras que se hunden en el mar. Es la normalización de la vida precaria y lamentable.
En su trayectoria ha defendido los derechos de varios colectivos, ¿Cómo se hace sin ofender a nadie?
Yo creo que sí se ofende. He intentado ofender desde la ironía, que es lo más ofensivo que hay. El mérito que quizá me puedo dar es no hacer una crítica directa, sino una crítica pensada desde el humor en la que quede el mensaje. Se hace más daño desde la ironía.
"He intentado ofender desde la ironía, que es lo más ofensivo que hay".
¿Qué expectativas tiene de su participación en el Festival de Primavera de Córdoba?
Voy a cantar en el teatro más bonito de España, en La Axerquía. Para mí es una maravilla estar allí y en Córdoba, con su gente. Llevo toda la vida yendo allí y es una ciudad con una gran afición en la que me siento muy querido. Mi hijo está terminando un máster y vive allí. Me unen muchos lazos a la ciudad y para mí es un gustazo volver.
¿Cómo percibe el carnaval cordobés?
Donde haya carnaval, se trata de algo envidiable. Recuerdo ir a Madrid a un Festival de flamenco y participar en una rueda de prensa con varios artistas, entre ellos José Mercé. A raíz de una pregunta de la prensa, comenté que ellos perdían una gran oportunidad de hacer un carnaval allí e instituir todas las críticas que se comentan en los bares. Córdoba tiene un gran carnaval que se mantiene a lo largo de los años. Córdoba y Cádiz estamos súper conectados por mantener el carnaval.
¿La idiosincrasia del Carnaval de Cádiz se puede trasladar a otras ciudades?
Claro que sí. De hecho, lo que deberían entender las ciudades es que se trata de un desahogo. Tienes la libertad para decir lo que quieras y poner a caldo a quien sea. Aquí el límite del humor es la ley. Nosotros hemos llegado a llenar dos días un teatro en Costa Rica. La fiesta no tiene por qué ser algo inexportable. Se trata de una oportunidad de hablar de lo que está pasando en cada ciudad y en cada pueblo.