Música

Radiohead, 30 años siendo los raros de la clase

Se cumplen tres décadas del primer álbum de la banda británica y algo más de 'Creep', su canción más popular pero también origen de algunas de las primeras neurosis padecidas por su líder, Thom Yorke | Un artista superado por el éxito pero que siempre ha sabido remontar con más acierto todavía | Varios libros celebran el aniversario

Radiohead en sus inicios.

Radiohead en sus inicios.

Carmen López

En el año 1993, una parte importante de la juventud occidental no estaba muy animada. La música 'grunge' todavía sonaba a todo volumen en las habitaciones de adolescentes vestidos con camisas de cuadros y pelo desordenado que vivían sumidos en la angustia y la desesperanza. Toda esa energía se tradujo en una buena lista de álbumes en la que, además de clásicos como el 'In Utero' de Nirvana o el 'Siamese Dream' de Smashing Pumpkins, se encuentra el 'Pablo Honey' de Radiohead. Fue el disco con el que se dieron a conocer, y también el que, contra todo pronóstico, les llevó al estrellato hace justo treinta años gracias a un tema que todo el mundo conoce: 'Creep'.

Sin embargo, tuvo que pasar un tiempo entre su aparición en la escena y los conciertos a rebosar a lo largo del mundo. Porque ese primer disco, que poco tiene que ver con sus sucesores, no tuvo un éxito fulgurante. “Todo fue mucho más lento de lo que da la sensación”, dice Joan S. Luna, jefe de redacción de 'Mondosonoro', a El Periódico de España, del grupo Prensa Ibérica. Era su primer álbum y contenía un 'hit' pero, en aquel momento, “nadie hablaba del gran grupo que iba a cambiar la historia del pop rock del Reino Unido y todo lo que llegaría después. Fundamentalmente porque con aquel disco no iban a conseguirlo. Se les vio como una suerte de réplica británica de la fórmula Pixies/Nirvana, aderezado con un sonido más pulido a lo U2 de los primeros tiempos”, sostiene.

Thom Yorke, el líder de la banda, compuso 'Creep' a finales de los años ochenta, cuando Radiohead aún se llamaban 'On a Friday' (se habían puesto ese nombre porque solo ensayaban los viernes) y él se encontraba en una época de hastío que solía regar con alcohol. La canción no le gustaba demasiado, y en la maqueta que llegó a manos del ejecutivo de A&R que les consiguió el contrato con el sello Parlophone ni siquiera aparecía. Finalmente se incluyó en 'Pablo Honey' (el título sale de una broma que escucharon en un programa de radio) y se lanzó como single de presentación, pero las radios de Reino Unido no hicieron demasiado caso. Fue en Estados Unidos donde llegó a disco de oro, lo que hizo que los británicos le prestasen atención.

En su país tuvieron a un contrincante que les eclipsó con el que era también su álbum de debut: Suede. La obra de Brett Anderson y su banda llamó la atención de público y crítica gracias a temas como 'Animal Nitrate', que Beatriz Rodríguez Ruíz recuerda como uno de los mejores de 1993. Para ella, ambos son “dos discazos”, y cree que Thom Yorke debería hacer ahora una gira en la que se tocara íntegramente el Pablo Honey “para que nos diéramos cuenta de lo que realmente supuso ese LP hace treinta años”. La periodista musical , que firma en medios como Los 40 Principales o Cultura FNAC, considera que “así muchas personas entenderían la importancia de canciones como 'Thinking About You' o 'Anyone Can Play Guitar', y el proceso evolutivo que tuvo la banda, que no se quedó en ser un ‘One Hit Wonder’ [banda de un solo éxito]”.

La cruz del temazo

Con el tiempo –no demasiado– el tema fue desapareciendo del repertorio de los conciertos del grupo. Cuánto más la reclamaba el público, más la odiaba la banda. Joan S. Luna considera que ese rechazo es algo normal. “Esas cosas ocurren con los músicos. Y no solamente por convertirse en una canción que pueda eclipsar otros logros, sino porque en infinidad de ocasiones los artistas se llevan sorpresas –a veces agradables, a veces no– cuando una de las que consideran sus peores canciones se convierte en un gran éxito”, dice. Rodríguez Ruiz también coincide en que: “Quizás lo que detesten es que no se preste la misma atención al resto de una discografía casi impecable. También ha sucedido con temazos como 'High & Dry' o 'No Surprises', dos pruebas factibles de que, si no hubiera existido nunca 'Creep', nos habrían ofrecido igualmente temas maravillosos”.

Como explica el Urban Dictionary, en lenguaje coloquial ‘creep’ se utiliza como descalificativo para definir a una persona extraña o rara, tal y como se define el protagonista del tema, un hombre obsesionado con una mujer a la que considera inalcanzable. ¿Ha aguantado bien el paso del tiempo o se ha hecho más siniestra? “Desde mi punto de vista 'Creep' ha envejecido muy bien. Tanto la melodía –incluyendo la parte que recuerda a The Hollies– como la famosa guitarra abrupta de Jonny Greenwood tienen algo muy especial que mantiene su valía como hit atemporal”, analiza Luna.

“Teniendo en cuenta todo lo que se ha escrito en el mundo del pop rock a lo largo de los años no creo que se haya vuelto especialmente siniestra. De hecho, siguen escribiéndose canciones cuyo espíritu es bien parecido”, continúa el periodista. Una de ellas es 'Get Free' de Lana del Rey, que en 2018 fue acusada de plagiar 'Creep', aunque finalmente ambas partes llegaron a un acuerdo. El tema de The Hollies al que hace referencia Joan S. Luna es 'The Air That I Breathe', compuesta por Mike Hazlewood y Albert Hammond en 1974. La disputa se solucionó con la inclusión de los nombres de los compositores en los créditos del álbum de Radiohead y el pago de un porcentaje de las ganancias.

Rodríguez declara que “grabaron 'Creep' en una sola toma y suena como suena. Nunca le pondría un ‘pero’ a tan magna carta de presentación”, y se alegra de que ahora la vuelvan a tocar en vivo. Ella tampoco se lo pondría a su letra, que considera “dolorosa e hipnotizante, como su videoclip. Lo que sí me parece siniestro es el anterior nombre de la banda, On a Friday. Menos mal que lo cambiaron. El remix de 'Creep' de nueve minutos que publicó Yorke hace dos años también fue siniestro a mi juicio”.

Temporada Radiohead

En 1997, un mes antes de cumplir los 30 años, Thom Yorke decidió escabullirse por las bambalinas del NEC Arena en Birmingham sin decir a nadie a dónde iba. Fue justo después de terminar las pruebas de sonido del concierto que la banda iba a dar una hora después ante miles de personas. Su gran idea fue subirse a un tren que lo llevase lejos de la ansiedad que le provocaba tocar aquella noche, pero no calculó bien el alcance de su fama. Hacía apenas unos meses que Radiohead había publicado su tercer álbum, 'OK Computer', y ya era definitivamente un grupo célebre. La peculiaridad de su rostro tampoco le ayudó a pasar desapercibido, así que terminó regresando a su lugar de origen rodeado de los fans que habían cogido el tren para verle cantar.

Después del show, que incluyó seis bises, a Yorke le dió la crisis definitiva. No podía con su vida: el grupo llevaba seis meses de gira y aún le faltaban cinco más para terminar. Cuando llegó ese momento, el número de conciertos dados ascendía a más de setecientos, un número que superó al artista y que le hizo quedarse sin habla, en blanco, sin inspiración. Así que dejó de lado las guitarras, compró el catálogo completo de Warp Records y empezó a jugar con la electrónica: ese fue el principio de la transformación de la banda de rock en otra cosa nueva. Un proceso que duró meses y cuyo resultado, el disco 'Kid A', dejó desconcertado a todo el mundo hasta que a finales de la primera década del siglo XXI obtuvo el reconocimiento que Yorke esperaba cuando lo compuso.

Esta es una de las historias que Steven Hyden, crítico musical y podcaster estadounidense, cuenta en el ensayo 'Esto no está pasando' 'l Kid A de Radiohead y el comienzo del siglo XXI' (Liburuak, 2022. Traducción de Aixa de la Cruz). Fan acérrimo de la banda desde sus comienzos, el escritor se remonta a los tiempos del Pablo Honey para comprender cuál fue el desarrollo de la formación y su influencia en un sector que, en apenas un pestañeo, pasó del formato físico al 'streaming' y cuáles fueron las consecuencias. El trabajo de Hayden no solo aporta datos técnicos sobre la música del grupo, sino que también incluye su experiencia personal e historias jugosas para los fans, como la de cuando Yorke casi se ahoga en un programa hortera de la MTV al tirarse a una piscina con unas botas Dr. Martens puestas.

No es el único libro sobre la banda que se publica ahora en España. La editorial Sexto Piso saca el 16 de enero '¡El miedo acecha al territorio!', una recopilación de documentos que Thom Yorke y el artista visual Stanley Donwood intercambiaron entre los años 1999 y 2000 traducida por Esther Villardón. El volumen es una especie de cuaderno de campo formado por textos, dibujos, faxes o listas elaborado durante la composición de, precisamente, los discos 'Kid A y Amnesiac'. Un buen complemento al ensayo de Hayden, que escribió en su libro la frase ideal para celebrar el trigésimo aniversario del debut de Radiohead: “'Pablo Honey' mola”.