crítica teatral

'Ghost', figura espectacular

Con un éxito de localidades agotadas para los cuatro días que se representará en el Gran Teatro de Córdoba, la obra es una figura-fantasma que pernocta fuera de lo dramático

Una de las escenas de 'Ghost', este jueves en Córdoba.

Una de las escenas de 'Ghost', este jueves en Córdoba. / Manuel Murillo

Éxito de un teatro de localidades agotadas para los cuatro días que se representará en el Gran Teatro de Córdoba. Ghost, el musical es por esto un teatro agotado. Se ahoga por el calor de tantos ojos al aplaudir a la voz en off que anuncia que David Bustamante será esta noche el protagonista del show. El humo que inicia su ascenso por el escenario no tarda en ahogar las letras del título que le da razón de ser. La música lo refuerza: es el nombre de Ghost sobre un fondo oscuro y añil. Este es un teatro megalómano de cuarenta y una escenas, creado y dirigido por Federico Bellone, a partir del libreto de Bruce Joel Rubin. Se levanta el velo y Ghost se presenta a sí mismo, desde la primera escena, como un teatro capaz de recrear una película. Para hacerlo posible, cuenta con una escenografía de varias texturas según la coloración y ángulo de los diversos focos. También se vale de alturas que se mueven desde los lados, con paredes que se acercan durante la acción. Esta noche ha representado el éxito de una industria que ha invertido mucho; que quiere revivir la nostalgia de una historia, no actualizarla, ni añadirle un sentido nuevo, a partir de escenas, diálogos, efectos técnicos y recuerdos en imágenes para un público espectador cinéfilo.

"Vapor irreal, fantasma final. Siente que toda tu pena corre por tus venas". Ghost es una figura-fantasma que pernocta fuera de lo dramático. El teatro está lleno y no sabe vivir sin la película que le da nombre. Fuera del escenario, los instrumentos resuenan como figuras-fantasma en la dirección propuesta por Dave Steward y Glen Ballard. Las notas están en directo y resaltan como efectos expresivos, que paradójicamente dan cuerpo y encadenan los efectos de ilusión con el sistema de luces diseñado por Valerio Tiberi. Un intrincado fraseo entre objetos, ángulos de paredes y focos se establece como espacio concreto unos segundos después de que los actores-cantantes hayan empezado la escena. En este musical, el elenco está formado por diecisiete artistas. Hoy ha brillado en afinación Bustamante, quien, alternado con Ricky Merino, es protagonista en el papel de Sam. Ana Dachs interpreta con convicción a Molly; Christian Sánchez es Carl; Ela Ruiz encarna con gracia a Oda Mae y Joan Mas es Willy López. También intervienen los actores Oscar Albert, Joaquín Oliván, Juls Sosa, Nathaly Salim y Patricia Serradell, entre otros. 

El talento de Silvia Montesinos se ha confabulado con la dirección de Julio Awad y Federico Bellone para conseguir una imagen fantasmática que vaga por el escenario; que quiere ser reflejo de una imagen fílmica, irreal y digital. De ahí el importante y aplaudido trabajo del ilusionista Paolo Carta, quien ha dispuesto una serie de efectos especiales que han maravillado al público. Estos recursos ilusorios carecen de teatralidad. No es su cometido. "Vapor irreal, saca tus tensiones que provoquen explosiones". Han logrado realizar en escena los encuadres y efectos de posproducción de la película de 1990. Para Ghost, recrear es el verbo que más le define como show. Ansía recrear memorables imágenes del film, volviendo y revolviendo muros, puertas, ventanas, luces, columnas colgantes, muebles y objetos. En esta motivación de ser corte de montaje, de cambiar de escenografía a velocidad de cambio de plano, los tramoyistas, técnicos de escena, de luces y de sonido han sido un elemento técnico crucial y de admirar en el desarrollo del espectáculo. "¡Tiempo muerto, tiempo muerto!". Todo el escenario mira de reojo a una sombra (la película) que la aconseja en cada paso. Los técnicos son entonces figuras que recorren el tiempo del relato más rápido que cualquier personaje. Huyen entre el fuera de campo y la profundidad del escenario, entre figuras que bailan al tránsito entre escenas. 

¡Ay, Ghost! "Tu presencia sentimos ya". Eres sueño de un teatro que se ha perdido como arte para ser espectáculo puro, logrando ser fantasía fílmica sobre un escenario. Las localidades están agotadas. La nostalgia de volver a un pasado conocido pesa más; agota las entradas (a-gota el ser dramático). Este es el precio y el fin de lo espectacular, de un teatro agotado.

Suscríbete para seguir leyendo