Al margen

'Mantícora'

Una escena de la película 'Mantícora'.

Una escena de la película 'Mantícora'. / CÓRDOBA

El cine de Carlos Vermut es perturbador e inquietante. Autor de títulos como Magical Girl (2014) o ¿Quién te cantará? (2018), arriesgado tanto en su narrativa como en su estética, ahora nos presenta su producción más oscura y tenebrosa, por lo que cuenta sin mostrar explícitamente. No juzga, expone. Si buscamos el significado del título, por un lado encontraremos que en 1803 la RAE lo definía como «Quadrúpedo semejante al león, del cual se dice que tiene rostro y orejas de hombre, y tres órdenes de dientes»; aunque, también, internet nos dirá que en la Edad Media, la mantícora se convirtió en el símbolo de la tiranía, la opresión y la envidia y, finalmente, la encarnación del mal.

Y de todo ello encontraremos en este filme, quizás el mejor que ha escrito y realizado su creador. Con riesgo y en el límite mismo de un territorio oculto. Sin miedo a penetrar en un lugar insondable. Un guion escrito por el director nos introduce en el mundo propio de un joven y exitoso profesional del diseño de videojuegos, con un secreto muy bien guardado que le atormenta y del que intenta huir cuando conoce a alguien que puede servirle como apoyo, con quien intentará reprimir la atracción que siente hacia algo que solo existe en la realidad virtual y en su cabeza. Filmado con un excelente gusto en cuanto a plástica y visión del plano, introduciendo al espectador de manera hipnótica en el relato y montando con inteligencia y un claro dominio del tempo cinematográfico. Cuenta, además, con el descubrimiento de un actor de mirada incisiva y penetrante, Nacho Sánchez, que encarna de maravilla al personaje protagonista en un papel complicado por lo que tiene de psicológico. Sin olvidarnos de remarcar el trabajo de Zoe Stein como partenaire, difícil borrar en la memoria. Asimismo, el padre de ella -siempre en fuera de campo- será aludido y pesará en el relato, aunque lo que de verdad pesa y tampoco lo veremos es el objeto de deseo creado por este tipo que engendra monstruos, como los sueños del pintor cuya obra visitan en El Prado.

Suscríbete para seguir leyendo

TEMAS