El ingeniero técnico agrícola Juan Portero Laguna, responsable durante varias décadas del Aula de Viticultura del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Montilla-Moriles, junto a Inmaculada de Castro Peña, responsable del Archivo Histórico Municipal del Ayuntamiento de Montilla, han analizado este jueves la elaboración de vino en la localidad durante el siglo XVII, gracias a un antiguo documento de 1644 que se custodia en el Consistorio y en el que se recogen los aforos realizados en Montilla en esa época.
A través de este legajo, «el más antiguo en relación a los impuestos del vino que tenemos en Montilla», según la archivera municipal, Inmaculada de Castro, «podemos conocer la cantidad de vino del que se disponía en Montilla en 1644».
«En aquella época, los monarcas, cuando se veían necesitados de dinero, pedían a la población que les ayudase económicamente y estos impuestos, que iban destinados a campañas militares fundamentalmente, se imponían sobre bienes de consumo como carne, pescado o vino», ha explicado De Castro, quien ha añadido que «dado que el vino estaba sujeto a gravámenes, se controlaba la cantidad que había mediante aforos periódicos que solían hacerse en noviembre y en abril».
«Así podían saber el movimiento de vino que había en la localidad, cosa que hacían por calles, donde estaban las lagaretas, al igual que en la Sierra de Montilla, aunque no se mencionan los centros religiosos, puesto que estaban exentos de impuestos», ha detallado la archivera, quien precisó que «de aquellos documentos solo se conserva este de 1644, que ofrece una foto fija de un año concreto».
La conferencia ha aportado también datos curiosos sobre la cantidad de vino, que llegaba a las 250.000 arrobas, o sobre el número de titulares, que alcanzaban los 250, lo que, a juicio de Juan Portero, desvela que «eran muchos los ciudadanos que se dedicaban al mundo del vino».
«Los profesionales del mundo del vino podemos extraer conclusiones sobre cómo elaboraban el vino en la época y, al no contar con escritos de la época que lo expliquen, este tipo de documentos resultan muy valiosos», ha añadido el también presidente de la Cofradía de la Viña y el Vino.
Entre las cuestiones más interesantes, Juan Portero ha subrayado que no hay constancia de recuentos de vinagre, lo que implica que el vino «no se llegaba a avinagrar», a pesar de los «limitados conocimientos» que podían tener de enología. «Probablemente, sería por la alta graduación natural de nuestros vinos», ha apuntado el especialista montillano.
De igual modo, Portero ha explicado que «este minifundio de lagares y productores independientes ha existido durante siglos en Montilla», hasta la creación de las cooperativas y las grandes bodegas en los años cincuenta del siglo XX.