Tas la publicación de su debut, Las niñas siempre dicen la verdad, el nuevo poemario de la joven Rosa Berbel, una de las voces emergentes más brillantes y precoces de la poesía española, se esperaba con expectación debido a la gran repercusión que tuvo el primero, con el que obtuvo el Premio de Poesía Joven Antonio Carvajal, el Andalucía de la Crítica a la mejor Ópera Prima y el Ojo Crítico de Poesía 2019 de RNE, además de vender miles de ejemplares en España.
En este segundo libro de poemas, Los planetas fantasma, que ha presentado este martes en la delegación territorial de Cultura junto a la poeta cordobesa Estefanía Cabello dentro del ciclo Letras Capitales, la autora sevillana reflexiona sobre la soledad, las relaciones afectivas o la crisis climática, algo en lo que ha tenido mucho que ver la reciente pandemia que ha sufrido el planeta.
«Algunos poemas anteceden a la crisis sanitaria y funcionan de forma casi profética porque en ellos ya se palpaba un deterioro en la relación con la naturaleza, como cierto fracaso en lo afectivo», ha señalado la poeta, que ha asegurado que el libro se dejó atravesar «por cuestiones que se pusieron sobre la mesa y que se volcaron en estos versos».
El amor, el ecologismo y los miedos recorren una treintena de poemas en los que las brujas, los espectros y los aquelarres están muy presentes, fruto de la obsesión de la autora tanto por el cine de terror como con el terror literario. «Me fascina el terror y está muy presente en el imaginario del libro, a veces de forma más explícita, como en el propio titulo», ha dicho la autora, que también se inspira en la astronomía, algo que le resulta «muy poético, porque el gesto de mirar al cielo o asombrarse ante lo que pasa con los cuerpos celestes y como eso influye en nuestra vida terrenal está en los orígenes de la poesía».
Y es que, según ha indicado la autora, «la poesía hace visibles nuevos planetas, confío mucho en sus posibilidades imaginativas para crear y nombrar nuevos mundos y permitirlos habitarlos de forma más justa».
En definitiva, Berbel trata de hacer un ejercicio sobre «el final de las cosas y cómo sobreponernos a ello, alentando nuevos comienzos, principios y posibilidades de futuro más interesantes».
