El Salón Rico, la joya del conjunto arqueológico de Medina Azahara, se abrirá a las visitas en 2023 tras un complejo y laborioso proceso de restauración, que comenzó en 2013. El espacio del yacimiento arqueológico lleva cerrado al público desde 2009. La Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía ha anunciado este viernes la fecha de apertura con la esperanza de que se concluyan los trabajos de restauración y de que el Salón Rico vuelva a recibir visitas. Según la consejería, se han mantenido ya tres reuniones con la World Monument Fund, que colabora en la rehabilitación del espacio monumental, para acelerar en la medida de lo posible los trabajos, aunque son complicados y delicados.

El proyecto de restauración del Salón Rico, aprobado en 2013, contemplaba una intervención de reposición decorativa del recinto, como consecuencia de la labor continuada de investigación realizada por el conjunto arqueológico con el estudio sistemático del ataurique, el material decorativo pétreo que revestía completamente los paramentos del edificio. El proyecto se adjudicó en enero de 2014 y quedó paralizado en julio 2015, completándose hasta entonces la reposición decorativa del muro oriental del espacio y quedando a medio reponer la decoración de la contrafachada. En diciembre de 2019 se firmó un nuevo convenio con World Monuments Fund, con objeto de retomar la ejecución de este proyecto, específicamente en el ámbito de la fachada, iniciándose en 2020 los trabajos de reposición, que en febrero de este año se encontraban al 30% de su ejecución.

Uno de los elementos imprescindibles para la apertura al público del Salón Rico es precisamente la reposición de los elementos de la fachada, cuya segunda fase se reanudó a principios de este año con un plazo de ejecución de nueve meses y un presupuesto de  que asciende a 193.172 euros en colaboración con la World Monuments Fund, que continuó la primera fase iniciada en 2020.

Además, estaba previsto en esta intervención la actuación sobre la cornisa, inicialmente no contemplada en el proyecto de 2013, proponiendo su restauración montando un módulo de piezas originales que sirva de justificación de un elemento tan importante en la fachada. Para colocar este módulo, será necesario demoler la parte correspondiente de la actual cornisa de hormigón y realizar las cajas de anclaje de las piezas originales. Para las piezas a reproducir en la cornisa, se iba a emplear el mismo mortero acrílico que para los atauriques.

Para toda esta compleja restauración solo se dispone de un 20% del material original, según explicó al inicio de esta rehabilitación el director del conjunto arqueológico, Antonio Vallejo, que consideró en aquel momento que "la fachada es el elemento más castigado del recinto".