El inicio del curso académico comenzó menos cuesta arriba para aquellos alumnos- y familiares- que asistieron este viernes al encuentro con el cantautor Marcos Cao, encargado de poner banda sonora a esta nueva etapa por iniciativa del Aula de Rock y Cultura Underground de la UCO y de la delegación de Juventud del Ayuntamiento. Una iniciativa que llenó el Quiosco de la Música del Paseo de la Victoria, al que también se acercaron curiosos y paseantes de viernes atraídos por la potencia vocal del músico quien, pese a la sobria puesta en escena, llenó el escenario a base de una sensibilidad muy singular.

El que fuera vocalista y guitarrista del grupo La sonrisa de Julia apostó por su carrera en solitario para dar rienda suelta, guitarra y piano siempre a mano, a experiencias vitales más íntimas. Así surgieron tres discos y temas como acuérdate de mí, incluido en el último álbum de de Cao, para el que vistió los tonos melancólicos de toque electrónico con el pedal. "Aunque soy una persona optimista, los años me han hecho vivir cosas que me han hecho aprender y uno tiene que asumir el dolor como parte de la vida, porque también la hace más poética", se sinceró. Una desnudez bien asumida para un público que, pese a mostrarse poco participativo, se mantuvo atento. Claro que siempre hay fans escondidos entre los oyentes primerizos, como lo ejemplificó aquella chica a la que no se le escapó ni una frase de las letras de las canciones. Mucho menos cuando el cantante volvió a su etapa de La Sonrisa de Julia en Loco.

Entre baladas sobre amor y desamor se coló una versión del Roxanne de The Police, que interpretó recreándose en los altos e impulsado por la pasión de rockero de nacimiento, esa a la que también da rienda suelta en la banda Billy Bond Band. "Ya que esta es una iniciativa del aula de rock de la universidad, me apetecía cantar uno de los temas que me hicieron amar la música cuando era pequeño y todavía había casetes", explicó. Aunque también se anotó un tanto en reivindicaciones al dedicar su canción Nadie es quien dice ser, que aseguró haber compuesto tras "un proceso de introspección", al presidente Putin.

Pero la agitación musical vino cuando invitó a Javier Estévez, coordinador del Aula de Rock y antiguo miembro de Estirpe, a tocar la batería en el tema Maratón. A partir de entonces, el dúo guió el concierto hacia una versión más animada que incluso llegó a despertar las palmas de los asistentes. Así, entre letras edulcoradas y cánticos a las metas y aventuras vitales, a la vida maravillosa - Volvería a repetir... Cantó Cao- se fue gestando ese ambiente de complicidad que persigue todo cantautor; el que tan fácilmente se disfrutó en buena compañía, al aire libre, con las promesas de un nuevo ciclo sobrevolando.