Diario Córdoba

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ENTREVISTA Rigoberta Bandini Cantante

«No quiero hacer la canción que contente a todo el mundo»

La artista, que estará en el Teatro de la Axerquía de Córdoba el 22 de octubre, lanza su primer disco

La cantante Rigoberta Bandini en un concierto. David Borrat

En estos tiempos en los que masculinidades dañadas intentan hacerse oír a gritos, Rigoberta Bandini compuso desde el amor y la libertad uno de los grandes himnos feministas de la música española. Ese espíritu emana ahora de todo su disco de debut, ya en la calle, como altavoz de mujeres fuertes aunque ahí fuera algunos ladren. Rigoberta estará en Córdoba el próximo 22 de octubre, en el marco del I Like Festival, con un concierto en el Teatro de la Axerquía.

«Lo importante y mi victoria es hacer y decir lo que me da la gana sin miedo a que me vayan a tachar de algo. Hagas lo que hagas habrá detractores, especialmente cuando los proyectos cogen una dimensión, por eso cuando compongo solo pienso en dar forma a lo que me sale de dentro», cuenta a Efe. «Y además, ni existe la canción para contentar a todo el mundo ni la quiero hacer», remacha.

Paula Ribó (Barcelona, 1990), esto es, Rigoberta Bandini, acaba de publicar La emperatriz, un esperado álbum autoeditado que recoge estos dos años con temas que progresivamente incrementaron su fama, como las festivas Too Many Drugs e In Spain We Called It Soledad o las empoderadoras Perra y Ay Mamá, con la que a punto estuvo de representar a España en Eurovisión 2022.

Hace un año grabar un disco no estaba en sus planes. «¿Por qué lo necesito? ¡Si yo solo quiero hacer canciones!», solía decirse ante las insistencias externas... Hasta que sintió esa necesidad y pensó que, con tantos temas ya publicados, la mayoría «muy catárticos», necesitaba otros nuevos que «redondearan» la imagen que proyectaba con su faceta «más calmada e introspectiva».

«Más pequeñas y autobiográficas», es el papel que cumplen La emperatriz, dedicado a su abuela, la romántica Tú y yo o Que vivir sea una jardín y Canciones de amor a ti, ambas con su hijo como protagonista.

«Tengo muchas canciones para Nico. Me planteé que podía ser muy pesada porque no paro de hablar de él, pero es que es mi vida. No voy a ir de lo que no soy. Estoy en esa etapa y ahora la gente se la tiene que comer», reflexiona entre risas, antes de concluir: «¡Así que nada, ahora canciones de amor!».

Lo lanza desde la independencia discográfica por convencimiento, porque ofertas de multinacionales ha habido. «Pero no ha habido ninguna oferta como ser dueña de tu propia música. No creo que las ‘majors’ sean el diablo ni digo que nunca vaya a estar. Llegará un techo que no pueda superar sola, pero nada supera ahora mismo la satisfacción de decidirlo todo con mi equipo reducido», se reafirma.

A ese equipo se refiere como «familia» y en gran parte lo es, desde su pareja, Esteban Navarro, miembro del dúo cómico Venga Monjas y la persona junto a la que empezó a trabajar las maquetas, hasta sus primos (especialmente su prima Memé, casi tan mediática como ella durante los conciertos) o productores como Stefano Maccarrone y el binomio Santos & Fluren.

El repertorio de La emperatriz lo completan temas relativamente recientes como Así bailaba junto a Amaia, Julio Iglesias y A todos mis amantes, aunque ninguna ha igualado la fuerza de Ay Mamá, su oda a la maternidad, y sus 33 millones de reproducciones en Spotify.

«Me sigue dando muchas alegrías esa canción. Aún recibo a diario vídeos de madres con sus hijos, hijas e hijes. Antes de plantearte ser artista, cuando sientes la necesidad de compartir tus canciones, tu máximo objetivo más allá de la fama o el dinero es llegar a mucha peña. Así cuando ves que lo reciben así, es muy guay», celebra.

Prefiere que los medios pongan el acento en ese tipo de noticias y avances de la sociedad, dice, más que ofrecerle «tanto espacio» a los diversos ascensos electorales de la extrema derecha o a posturas intolerantes y machistas como la acción orquestada por residentes de un colegio mayor en Madrid.

«Me da mucha pena y me hace recapacitar como madre y como ciudadana sobre la importancia de la educación, sobre que construir un nuevo mundo empieza en nuestros hijos e hijas», asevera.

No acepta tampoco que masculinidades dañadas reaccionen así porque no saben encontrar su posición en una sociedad en la que las mujeres también sean fuertes. «Nosotras hemos vivido mucho tiempo a la sombra y no hemos levantado la mano derecha. ¿Que ahora no eres el protagonista de la peli? Pues te aguantas, eres el coprotagonista, que a veces mola más», apostilla.

Con todo el aforo agotado, el 14 de octubre comenzará en el Wizink Center de Madrid una despedida temporal de los escenarios, que incluirá otras fechas como el 22 de octubre en Córdoba y el 24 de noviembre en el Palau Sant Jordi, y que ella llama «un parón por necesidad para ponerse en frecuencia de creación», a fin de volver con energías renovadas y, quién sabe, «¿cantando copla?». 

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