Teniendo en cuenta que estamos ante un drama carcelario (eso sí, con bastante aporte como documento a los hechos acontecidos tras la muerte de Franco) el título escogido puede que haya a quien remita a la aclamada, en 2009, Celda 21, de Daniel Monzón, también perteneciente al mismo género en que ese micromundo que habita una prisión centra el protagonismo de la historia. Pero no tienen nada que ver.

Vaya por delante que ha habido obras filmadas en estos espacios de clausura, al margen de los clásicos, que son recordadas por su interés artístico. No hace tanto asistíamos a la producción italiana Ariaferma (2021), de Leonardo di Costanzo, con Toni Servillo y Silvio Orlando como protagonistas en todo un pulso interpretativo; también habrá quien traiga a la memoria Un profeta (Jacques Audiard, 2009). Ahora es Alberto Rodríguez, cineasta sevillano que alcanzó el éxito con La isla mínima en 2014, después de una carrera muy trabajada con una filmografía en la que, personalmente, me inclino por aquellos títulos en que aparece el número siete -7 vírgenes y Grupo 7- y aquí en esta aparece doblemente. No es mal presagio.

Para filmar esta historia oscura, situada en la cárcel Modelo de Barcelona durante 1977, este director vuelve a rodearse del mismo equipo con el que lleva trabajando tantos años: en el guion está Rafael Cobos con él, la banda sonora está compuesta por Julio de la Rosa, la foto está diseñada por Álex Catalán y en el reparto figura un tipo que suele aparecer ante la cámara con tanto desparpajo y naturalidad que se le echa de menos cuando desaparece de la historia a los treinta minutos de empezar, me refiero a Jesús Carroza. El filme está protagonizado, con solvencia y verosimilitud, por Miguel Herrán y Javier Gutiérrez. Entre el gran plantel que constituye el elenco encontramos nombres como el del cordobés Fernando Tejero, con un nuevo tipo para su colección.

 La cinta no solo aporta suspense e interés por conocer el devenir en las vidas de los protagonistas, además pone en evidencia una sociedad que no permitió ese cambio para muchos tan pregonado en la Transición