A finales del pasado mes de junio, HBO Max anunció que la serie Urgencias pasaría a formar parte de su catálogo el 17 de julio, para alborozo de sus fans. Añadir un título mítico al catálogo de opciones es una apuesta segura para las plataformas de streaming (solo hay que ver la millonada que Netflix pagó por quedarse con Friends), así que la lista de ficciones televisivas que aún no se pueden ver online de manera legal cada vez es más corta. Por eso hay ausencias que parecen inexplicables, como la de Doctor en Alaska. Al menos para su legión de admiradores, que se preguntan en las redes sociales "y lo mío pa’ cuándo", como Jennifer López con el anillo.

Pero si Internet no tiene las respuestas a todas las preguntas, está cerca. Puede que no todas sean verídicas ni estén fundamentadas en argumentos sólidos o alejados del delirio, pero ahí están. Por ejemplo, si alguien teclea en su buscador de referencia "cómo limpiar el carburador de un coche", en medio minuto obtendrá miles de resultados con explicaciones detalladas, vídeos incluidos, de cómo llevar a cabo dicha operación ("'no intente hacer esto' ya no es un lema operativo"). Y si escribe (en inglés) "¿por qué Doctor en Alaska no está disponible en streaming?" el fandom online de la serie acude en su ayuda porque, cómo no, hay una teoría acerca del motivo. Y parece bastante razonable.

'Doctor en Alaska', la última gran serie que todavía no se puede encontrar en las plataformas.

Según Showbiz Cheat Sheet, el motivo es el elevado coste de los derechos de autor de las canciones que componen la banda sonora. Reemplazar temas como Gimme Three Steps de Lynyrd Skynyrd por otros libres de derechos, algo que se ha hecho con otras series como Sensación de vivir, supondría cercenar parte del espíritu del programa, y sus responsables no están por la labor. Ya habían tenido el mismo problema anteriormente, cuando para lanzar la colección en DVD fue necesario utilizar música de reemplazo (los ingresos potenciales de las ventas pesaron más que la integridad). En 2018 se puso a la venta una reedición en Blu-ray y DVD con las canciones originales, aunque solo se puede ver en reproductores de ciertas zonas geográficas.

En 2016, la editora de Gothamist Jen Carlson se puso en contacto con diversas plataformas de streaming para saber si alguna tenía intenciones de adquirir Doctor en Alaska. Solo Netflix contestó: "Todavía no hay noticias sobre si se agregará o no al servicio". La periodista aclara que "el todavía se debe a que nos hemos comunicado varias veces antes [con la empresa] y hemos recibido la misma respuesta a lo largo de los años". EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, diario que pertenece al grupo Prensa Ibérica al igual que este medio, preguntó a HBO Max sobre su criterio de selección de contenidos, pero la compañía declinó dar detalles al respecto porque "no es política de comunicación de la empresa", aunque precisó que "nuestro catálogo de series de librería está compuesto en su mayoría, obviamente, por series producidas por Warner TV, que pertenece a nuestra compañía". Ninguna otra compañía ha acudido a terminar con la ansiedad de los fans.

El secreto del éxito de una serie sobre gente rara

La CBS no las tenía todas consigo cuando emitió el episodio piloto de Doctor en Alaska el 12 de julio de 1990. Joshua Brand y John Falsey habían inventado un pueblo minúsculo con unos habitantes peculiares en el que se desarrolla una trama aparentemente sencilla. El protagonista es Joel Fleischman (Rob Morrow), un médico judío residente de Nueva York que se ve obligado a cumplir un contrato de cuatro años –después serán cinco– en Cicely, un minúsculo pueblo de Alaska en el que los alces de pasean por la calle principal, para pagar su préstamo estudiantil. Por supuesto, al llegar odia su destino, ya que su intención es ejercer en la gran manzana, pero el tiempo y la relación con sus vecinos suavizarán su desazón.

Contra pronóstico, el público acogió de buen grado a esos personajes que utilizan las reflexiones filosóficas con la misma soltura que el "buenos días". Solo algunos críticos pusieron objeciones a la serie, como Richard Zoglin, que en 1991 publicó en la revista Time que Doctor en Alaska "es la fantasía romántica que un yuppie de la gran ciudad tiene de un pequeño pueblo más que una imagen realista de la vida de Alaska. No hay intolerancia ni estrechez de miras en este pequeño pueblo; los residentes son todos intelectuales. Los vecinos leen a D.H. Lawrence y citan a Voltaire; en la taberna local tienen a Louis Armstrong y Mildred Bailey en la máquina de discos (...) Dios, ni siquiera hace tanto frío; los personajes pueden estar envueltos en parkas, pero nunca vemos su aliento". Este último aspecto se debe, quizás, a que no se rodó en Alaska, sino a las afueras de Seattle.

La serie, que tiene 110 capítulos, se emitió de 1990 a 1995 (en España, en La 2 de TVE) y ganó premios como el Emmy a Mejor Drama en 1992dos Globos de Oro y un Peabody, entre otros galardones. Su declive comenzó en la quinta temporada: Joshua Brand John Falsey abandonaron el proyecto, que quedó en manos de David Chase, más conocido por Los Soprano, quien no consiguió continuar con la magia (años más tarde reconoció que solo había aceptado el trabajo por dinero, no porque le entusiasmase especialmente). Rob Morrow también se despidió después del fracaso de las negociaciones sobre su aumento de sueldo. Le sustituyeron por una pareja de doctores interpretados por Paul Provenza Teri Polo, que no cuajaron, y el peso de la trama recayó en el personaje de Maggie O'Connell (Janine Turner), la piloto de avioneta que mantenía una relación de amor-odio con Fleischman –al estilo de Katharine Hepburn y Spencer Tracy– y que sin él se queda sin réplica.

El último episodio, que resuelve los problemas de forma facilona y un tanto atropellada, fue una gran decepción para un público que había menguado considerablemente en la sexta y definitiva temporada. En 2018, se anunció un reboot de la serie en el que participarían de nuevo Brand y Falsey, así como Rob Morrow, que volvería a Cicely. Pero al año siguiente, John Falsey falleció y después llegó la pandemia, así que el proyecto se quedó en idea. Además, Janine Turner, ahora reconvertida en activista política de derechas y responsable del podcast católico God On The Go Minute, denunció públicamente que no la habían invitado a participar por su edad. En julio de 2019, el editor de Vulture Josef Adalian, afirmó en Twitter que dos fuentes le habían dicho que el reboot no seguiría adelante. No se ha vuelto a saber nada más.

Pero pese a que la noticia había levantado cierta expectación entre los fans de la serie, más bien sirvió para avivar la conversación sobre ella en sitios tan populares como Reddit. El peligro de estropear lo que en un momento había funcionado estaba presente –hay ejemplos de que puede suceder– y el recurso de la nostalgia está llegando al límite. Quizá sea más divertido leer las ficciones que imaginan sus seguidores, que se inventan escenarios como el posible negocio del hijo coreano de Maurice en el pueblo o la muerte de Maggie en un accidente de avión, como si sus novios fallecidos finalmente se vengasen de ella por ser una gafe, por mencionar solo algunos. Al fin y al cabo, Cicely es un estado mental.