La cantaora cordobesa María José Llergo, quien a pesar de estar inmersa en la creación de su próximo disco ofrece hoy un concierto dentro del festival Flamenco on Fire, considera que «lo que diferencia al arte del entretenimiento es la libertad» para poder transmitir y recibir de él lo que uno desee en cada momento aprovechándose de su gran poder para conmover y remover conciencias.

El suyo es uno de esos casos en los que ha salido al anonimato a través de Internet, ¿fue casualidad o conocía cómo funcionan las redes para poder posicionarse?

Casualidad absoluta. Es muy difícil de controlar cuando eres una persona totalmente independiente sacar tu primer tema sin mánager ni discográfica ni forma de financiación para promoción. Subí mi vídeo hecho con la gente de mi pueblo y de repente ¡boom!

¿Resulta complicado entrar en la industria?

La precariedad a la que está sometido el arte influye muchísimo y no hay un camino a seguir. Mi camino era la curiosidad, aprender, formarme, no parar nunca de descubrir aunque eso no me llevara a nada, lo único que yo quería es controlar el momento presente y llenarlo de música.

¿Y cómo se encuentra ahora en su presente?

Tengo el corazón tranquilo, feliz y sobre todo muy agradecido. El denominador común de mis sentimientos ahora es la gratitud por este momento, por el calor de la gente, poder recorrer este camino de esta manera tan personal y recibir la aceptación de los demás.

Considera que los artistas deben aprovechar su lugar privilegiado para denunciar las injusticias del mundo o dar voz a quienes no la tienen?

Lo que diferencia al arte del entretenimiento es la libertad. El arte te hace pensar, te conmueve, remueve conciencias mientras que el entretenimiento solo entretiene. Cada artista es libre de hacer lo que crea que tiene que hacer en cada momento y no por eso es mejor o peor artista. Somos personas y si estamos en un momento de reivindicación reivindicaremos y si estamos en un momento de celebración celebraremos.

Desde su disco ‘Sanación’ han pasado un par de años pero en este tiempo ha ido sacando temas, ¿funcionan mejor los sencillos que los álbumes?

No lo sé, yo funciono a mi manera, no pienso ni en las tendencias, ni en las visitas ni en nada de eso. Estoy en la industria pero no hago música industrial, cuando necesito sacar un tema o un disco lo saco y punto.

Tiene programado el concierto en el Flamenco on Fire, otro en Adeje y un tercero en Málaga, ¿Se centrará después en un nuevo disco?

Realmente estoy trabajando en mi segundo disco, estos conciertos son excepciones que he hecho en mitad del proceso creativo. Está siendo muy bonito porque elijo muy cuidadosamente dónde quiero estar y Pamplona es una de las paradas en mi viaje que siempre me apetece hacer, es la tercera vez que canto ahí y estoy deseando que esos buenos recuerdos que guardo de la ciudad y los conciertos pasados se reaviven con otra preciosa experiencia.

¿Siempre ha querido ser cantante?

Desde que era bebé, me ponía a cantar sola en mi habitación con un peine, tenía una imagen de mí sin saber muy bien cómo ni cuándo ni dónde, lo que sí sabía es que cantar me hacía feliz y que si podía hacer feliz a alguien más con mi música sería un regalo.

¿Qué música escuchaba de niña y qué escucha ahora?

De niña lo que más escuchaba era a mi abuelo Pepe y hoy lo que más me gusta escuchar es a mi abuelo Pepe. Eso sí, la María José de 28 años tiene Spotify con una librería infinita y se tira todo el día escuchando música diferente y bastante variopinta.

Supongo que su abuelo se sentirá muy orgullo

Y yo más de él. Mi abuelo no sabe escribir pero es la persona más culta que yo conozco.

¿Puede ser un ejemplo de que el arte es más que estudiar?

Sí, y no es solo que se nazca con el arte sino que se tenga la generosidad de mirar al mundo con buenos ojos seas o vengas de donde sea, ver lo bueno de los demás e incorporarlo a ti mismo para seguir creciendo.