El flamenco ha traspasado fronteras. Hoy día países como Nueva York, China e incluso Sudamérica lo aprecian enormemente. Por lo tanto, podría decirse que en la actualidad es un arte abierto y no pertenecer a la etnia gitana no impide a nadie ser un artista flamenco en toda regla. Si bien, esto no siempre ha sido así, pues, para empezar, el flamenco tiene un origen y su evolución ha sido progresiva. Además, si bien su práctica se ha internacionalizado, sus raíces siguen estando fijas en un lugar particular, al sur de España, más concretamente, en Andalucía.

Origen del flamenco

Todavía no existe una versión 100% corroborada acerca del origen del flamenco. Por ejemplo, hay quienes creen que proviene de los cantos monocordes islámicos. Sin embargo, cabe destacar que existen razones de peso para atribuir la introducción de este género en tierras andaluzas a los gitanos.

De hecho, fue en el siglo XV cuando los gitanos llegaron al sur de España e introdujeron en el país su peculiar manera de entender y expresar la vida a través del baile y del cante; algo que no pasó desapercibido en la sociedad de aquel momento. A partir del siglo XVIII, la palabra “flamenco” pasa a usarse como sinónimo de “gitano andaluz”. Así pues, ya desde entonces, el impacto de la cultura gitana en la historia del flamenco era innegable.

Raíces

En cualquier caso, si de algo no cabe duda es del idilio que este arte mantiene con nuestra tierra. Dentro del folclore andaluz, el flamenco se ha convertido en un gran referente. Poco a poco, este arte se fue haciendo camino y adquiriendo fama, hasta trasladarse desde las celebraciones privadas de los gitanos a los 'cafés cantantes', donde los intérpretes actuaban en directo y luchaban por que se el flamenco se convirtiera en un género musical

¿Cuáles son las claves en el origen del flamenco? Sevilla, Jerez de la Frontera y Granada. Estas ciudades son consideradas las cunas del flamenco por excelencia y son un claro referente dentro y fuera de España en la actualidad. Razón de ello son los artistas que han repartido y reparten su talento por los escenarios del mundo entero desde que el género nació.

Vínculos

Jerez de la Frontera

La historia de esta ciudad y la del flamenco están vinculadas. Jerez de la Frontera es prácticamente la ciudad que más guitarristas, bailaores y cantaores ha ofrecido en este arte. Por no ir más lejos, Tío Luis el de la Juliana fue el primer cantaor del que se tiene noticia y era de Jerez. Él fue considerado el diseñador de los cantes primitivos. Además, esta localidad ha sido protagonista en el desarrollo de esta disciplina; de hecho, las seguiriyas y las bulerías son estilos provenientes del flamenco jerezano. El mayor número existente de tablaos y espacios dedicados a la esencia del flamenco se encuentran en los barrios de Santiago y San Miguel. Entre muchos otros, José Mercé, El Borrico, la Pirriñaca, Chocolate, El Agujeta, El Sordera o Diamante Negro son artistas que han dejado su huella en el flamenco.

Granada

A su llegada, los gitanos se asentaron en las cuevas de Sacromonte de Granada. El duende y el cante jondo nacieron y persisten en este barrio granadino. Es por ello que la ciudad tiene un papel fundamental como cuna del flamenco. También surgen en este lugar la granaína, el tango de ‘Graná’ y los fandangos. Otro palo de cante surgido aquí es el flamenco tradicional granadino; la zambra. Este estilo está formado por músicos, bailaores, jaleo y palmas. Cabe destacar que, con la llegada de los escritores románticos entre los siglos XVIII y XIX, la zambra y el flamenco se convirtieron en una expresión artística valorada mundialmente. Así, se sacó de la intimidad al folclore gitano y se convirtió, pues, en una disciplina con estilo y forma definidos. Enrique Morente, Estrella Morente, Antonio Carmona y Sergio El Colorao son algunos de los cantaores de flamenco de Granada más reconocidos.

Sevilla

Para hablar de Sevilla y del flamenco debemos remontarnos a los comienzos del cante jondo. También al barrio de Triana, un enclave esencial en el desarrollo del flamenco. Allí fue donde nació y creció esta disciplina, convirtiéndose en el epicentro mundial entre los siglos XVIII y XIX. Hablar de Sevilla es hablar de maestros del cante jondo, como Naranjito de Triana, El fillo, Esperanza Fernández o el Tío Antonio Cagancho. No es de extrañar, pues, que debido a la fuerte actividad flamenca que existió en el barrio de Triana, naciera ahí mismo un estilo propio de baile y cante flamenco, llamado la soleá de Triana. Además, allí adquirieron consistencia otros estilos del cante jondo, como las soleares, las tonás y las seguiriyas, así como otros cantes festeros, como las bulerías y los tangos.

El flamenco fue, en 2010, declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Y nosotros somos su casa, pues ser ‘cuna de’ significa ser hogar, refugio, espíritu e historia. Así pues, no queda más que afirmar que Andalucía sí es la cuna del flamenco