Más de cien años después de su muerte Julio Romero de Torres se considera un ejemplo de modernidad por la mirada hacia la mujer cordobesa que, lejos de protagonizar estereotipos, se alza como ejemplo de empoderamiento sobre la esencia más honda de Andalucía. Es la premisa de la que parte la Fundación Cajasol de Sevilla para mostrar al público Julio Romero de Torres. El sentimiento místico, la exposición que se inauguró ayer en la capital hispalense con 27 obras que relacionan al pintor con la intelectualidad de su época.
La selección se ha llevado a cabo con cesiones del Museo de Bellas Artes de Bilbao, el Museo de Bellas Artes de Córdoba el Museo Julio Romero de Torres, la Fundación Prasa y la Fundación Maxam, así como de iniciativas privadas. Nocturno, es una de las obras cedidas por el museo de la Plaza del Potro a la sala de exposiciones sevillana. El alcalde de Córdoba, José María Bellido, fue uno de los asistentes a la inauguración junto con Antonio Pulido, presidente de la Fundación Cajasol; Marisa Oropesa, comisaria de la muestra y Antonio Muñoz, alcalde de Sevilla. Al respecto la comisaria Marisa Oropesa incidió en el "carácter reivindicativo" de esta iniciativa, ya que "Romero de Torres fue considerado un pintor de almanaque durante muchos años debido al fuerte uso propagandístico que se hizo de sus obras en la dictadura y que, afortunadamente, cambió a partir de los 70, cuando resurgió su imagen como artista con mucho más que decir", declaró a este diario.
La muestra se encarga de recordar la estrecha relación que mantuvo el artista con intelectuales de su tiempo como Valle- Inclán, así como un extenso bagaje que adquirió durante sus viajes por Europa y que le dio alas para incluir las técnicas del luminismo, el prerafaelismo y el primer renacimiento italiano. Todo ello sin contar con el profundo misticismo que impera en sus representaciones, con aspectos ocultos de la esencia andaluza y una honda relación con el flamenco.
Los investigadores contemporáneos han ido desechando la visión rancia que se hizo de la producción del pintor
Como resalta José María Domenech, director del Museo de Bellas Artes de Córdoba, el amor, la muerte, la pasión o el erotismo eran elementos de gran potencia expresiva y trágica, presentes en el cante jondo. El pueblo era capaz de reconocer dichos aspectos en la obra de Romero de Torres, por lo que se identificaba con ellos y los hacía suyos. De ahí el éxito de sus producciones. Esto se aleja de la visión simplista, rancia, que se ha hecho de la producción del pintor y que los investigadores contemporáneos han ido desechando. "Julio Romero de Torres nunca languidece", declaró a este diario el director de los Museos Municipales de Córdoba, Enrique Ortega. "Es el motivo de que no paren de surgir nuevas retrospectivas del autor. Es muy interesante esta iniciativa, porque muchas veces desconocemos lo que tenemos más cerca y es importante ver reconocida la influencia del pintor en toda Andalucía", añadió.
La muestra, que permanecerá abierta hasta el 24 de septiembre, se enmarca en la conmemoración de la exposición que realizó el pintor en la galería Witcon de Buenos Aires en 1922, uno de los momentos más relevantes de su carrera. Con este motivo, el Museo de Bellas Artes de Córdoba y el Archivo Histórico Provincial analizan la repercusión de ese evento en una muestra recopilatoria.
