Primero fue el coqueteo de Coque Maya con la nostalgia en temas de Los Ronaldos. Guitarricadelafuente volvía a los momentos felices de su niñez en el Gran Teatro. John Scofield miraba con cariño e ironía hacia la tradición de América y este jueves se celebró la importancia de revitalizar el folclore con Califato 3/4 y Tanxugueiras. El programa de la 41 edición del Festival de la Guitarra parece guardar el hilo conductor de los orígenes.
Con el mismo espíritu se subieron al escenario del Teatro de la Axerquía los siete magníficos de La M.O.D.A, que vinieron a exaltar la belleza de redescubrir la tradición ancestral con Nuevo Cancionero Burgalés. En este nuevo álbum, grabado en un estudio perdido de la campiña francesa, se exaltan las pasiones que despiertan los encuentros repentinos, la excitación o el deseo. Emociones primarias forjadas en la cotidianidad de los pueblos de Burgos hace cientos de años. Esa energía sagrada se transmitió desde el momento en el que estuvieron en el escenario el frontman David Ruiz, el acordeón de Joselito Maravillas, el clarinete de Alvar, la batería de Caleb Melguizo el banjo de Jorge, el teclado de Jacobo y la mandolina de Nacho. Juntos formaron una sonoridad compacta, arrolladora. Las letras que han recuperado y transformado a partir de romanceros antiguos- algunos textos incluso del siglo XIX- toman nuevos matices que, en directo, lograron conmover con una elegancia sutil. Así sucedió con Molinera o Miraflores que, sin perder la idiosincrasia punk rock de la banda, generaron un aura poética difícil de explicar tras experimentarla. Los de Burgos ganan en directo. No quisieron dejar a sus fieles sin Héroes del Sábado o Una canción para no decir Te Quiero. Los matices de folk irlandés, la mandolina jugando con los teclados y el rock entremedias, se fusionaron en una experiencia casi mística.

Menos elevado fue el descaro callejero de Jairo quien, con sus Muchachitos, lograron una verbena callejera con temas insertados como flechas en el corazón de los melómanos, más o menos fans, de este bombo del infierno con el que fue imposible no bailar.