Diario Córdoba

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REPORTAJE

El Círculo de la Amistad difunde su patrimonio artístico

Cuatro expertos analizarán hoy la obra de Julio Romero de Torres, Mateo Inurria, José María Rodríguez de los Ríos Losada y Ángel Díaz Huertas que posee la entidad cordobesa

Estancia del Círculo de la Amistad decorada con lienzos de Ángel Díaz Huertas. FRANCISCO GONZÁLEZ

Con el objetivo de poner en valor y dar a conocer el patrimonio artístico que atesora en su interior, el Círculo de la Amistad ha organizado este miércoles una jornada en la que cuatro expertos hablarán de sendos artistas cuya obra forma parte del rico patrimonio de la entidad, que conserva en su sede un legado artístico inigualable a otros casinos, salvando el de Madrid. Estas colecciones son desconocidas para el gran público al pertenecer a una institución privada, que en el siglo XX tenía restringido su acceso y en el XXI ha comenzado a abrirse a la sociedad. El Círculo comenzó a acumular arte cuando en 1870 se contrata a José María Rodríguez de los Ríos Losada la decoración del Salón Liceo con diez pinturas al óleo. 

Y de este pintor hablará José María Palencia, mientras que de la relación de esta institución con Julio Romero de Torres se encargará Mercedes Valverde, lo que hará Miguel Clementson sobre Ángel Díaz Huertas y Ramón Montes con Mateo Inurria. La primera de las figuras en las que se adentrará la charla será Ángel Díaz Huertas a cargo del director de la Escuela de Arte Mateo Inurria. Según Clementson, la colección más completa de pintura que se conserva de este artista está en el Círculo, ya que tiene contacto con la entidad en la etapa de más esplendor de su producción. «Nace en Córdoba, pero a los siete años marcha con su familia a Madrid y regresa a la ciudad cuando se crea la Escuela de Artes Industriales, en 1901, bajo la dirección de Mateo Inurria, tras la desaparición de la Escuela Provincial de Bellas Artes y la Municipal de Artes y Oficios», relata el catedrático de Historia del Arte, que asegura que el artista «ya tenía un gran reconocimiento a nivel nacional como ilustrador, siendo uno de los fundadores de la prestigiosa revista Blanco y Negro y el creador de la portada del semanario». Fue Inurria quien introdujo en el Círculo a Díaz Huertas, a quien se le encargó decorar con sus pinturas una de las salas del edificio con la llamada serie de Los sentidos, que después dio nombre a la estancia. 

Frescos de Romero de Torres en la escalera principal. FRANCISCO GONZÁLEZ

Se trata de obras de gran formato en las que el artista recrea los cinco sentidos del ser humano, dejando su huella para siempre. «Es una de las composiciones más notables que conserva el Círculo, sin olvidar las de Romero de Torres», subraya el experto. Y de este pintor hablará una de sus mayores conocedoras, la exdirectora de los museos municipales Mercedes Valverde, que explica que Julio Romero de Torres llega al Círculo de la mano de su padre, Rafael Romero Barros, socio de la entidad.

Estas colecciones son desconocidas para el gran público al pertenecer a una institución privada

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Lo primero que hace para decorar el edificio es la obra Rosas en la balconada, que se sitúa a derecha de la escalinata principal, aunque su destino primigenio era el techo de la barbería, señala Valverde, que asegura que tras ese primer encargo, cuando el pintor ya es un artista reconocido a nivel nacional, se le pide que decore el salón Pequeño o de Tresillo. Para entonces, Romero de Torres acababa de llegar de un viaje por Europa del que regresó con nuevas influencias. «Adecuándose al espacio, porque es un salón muy estrecho y largo, el pintor realizó un conjunto formado por seis obras, cuatro de ellas representaban las artes (música, escultura, pintura y literatura) y dos grandes lienzos monumentales, Canto de amor, inspirada en la obra Sueño de amor de Franz Litsz, y El genio y la inspiración, que finalmente acabaron ubicándose en la escalera principal», explica la experta, que asegura que «la cuna del simbolismo vino a florecer a la remota Córdoba, ya que es un estilo que no se conocía hasta entonces, lo que provocó que no gustara mucho la decoración realizada por el pintor».   

Salón de los sentidos del Círculo de la Amistad. FRANCISCO GONZÁLEZ

Uno de los artistas más vinculados a la entidad fue Mateo Inurria, en quien se centrará el profesor jubilado de Historia del Arte de la Universidad de Córdoba Ramón Montes. Tras cursar estudios fuera de Córdoba, el escultor trabajó con su padre en una empresa de escultura decorativa, pero muy pronto empezó a destacar y a ser reconocido y reivindicado en la ciudad

Modernismo

En 1896 el Ayuntamiento lo hace director de la Escuela Municipal de Artes y Oficios, «donde hace una gran labor mientras trabaja en la restauración de la Mezquita Catedral», señala Montes, que asegura que su relación con el Círculo comienza en 1901, cuando ya era socio su hermano Agustín, y a los pocos meses le encargan la decoración del tocador de señoras y caballeros. «Eran de estilo modernistas, con sedas cubriendo las paredes», explica el experto, que subraya que el artista nunca consiguió que una de sus esculturas se expusiera en el centro cultural. «Lo que sí le pidieron fue la decoración de la biblioteca, donde destacan los relieves», aunque también se encarga del mobiliario. «Él procedía de la empresa de su padre, que era escultor decorador, y las mesas, sillones y sillas fueron fruto de un proyecto decorativo en el que hay una dimensión escultórica muy importante». Pero esa implicación artística «podría haber llegado mucho más lejos, ya que presentó un proyecto de decoración para el Salón Liceo, que, desgraciadamente, no fue aprobado, quizá porque era demasiado modernista», relata Montes, que asegura que Inurria «quería darle a esa estancia un tono más festivo». 

Biblioteca del Círculo de la Amistad. FRANCISCO GONZÁLEZ

El último de los artistas analizados será José María Rodríguez de los Ríos Losada a cargo de José María Palencia, que destaca su pintura histórica. «Cuando se le conoce en Córdoba, se le encarga la decoración del Salón Liceo, finalizado diez años antes», recuerda el exdirector del Museo de Bellas Artes, que explica que el artista «configura el mayor conjunto de pintura sobre historia que existe en Córdoba, y tal vez en Andalucía, y único en la trayectoria del pintor». Según indica el experto, el artista ejecuta el encargo en los cuatro años siguientes, pero como pintaba dentro del propio Círculo a la vista de todos, algunos de los socios tuvieron la oportunidad de poner reparos a la obra, «motivo por el cual el cuadro Los comendadores de Córdoba se encuentre hoy en la Diputación Provincial y no en el Círculo». No todas las obras de este autor son de tema bélico, pero el más importante de todos y al que se le da el sitio predominante es La conquista de Córdoba por Fernando III el Santo.

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