Diario Córdoba

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CRÓNICA

Maka: el flamenco de la gorra rapera que acuna a los jóvenes

El artista logra un apoteósico despliegue de emociones a base de flamenco, rumba y reguetón en una Plaza de Toros a rebosar

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En imágenes el concierto de Maka en Córdoba O.Barrionuevo

Dónde colocar a un reguetonero que canta aflamencado sobre bases de trap, con tintes latinos, y que tiene a Ray Heredia como referente. Quizá no se pueda y esté ahí la gracia. El Maka hizo este sábado un alto en Córdoba con motivo de su gira Detrás de Esta Pinta, hay un Flamenco, el último disco de una trayectoria fraguada en las redes sociales y cuya culminación consiste en reunir a más de 10.000 jóvenes en una plaza de toros para rendirse al amor cuando no hay mucho más a lo que agarrarse.

En las gradas brazos en alto, chillidos desbocados; en la pista parejas acarameladas meciéndose al son del flamencotón. Ellas con top cortos, ajustados, aros del diámetro de la luna. Ellos con camisetas anchas sobre pantalones pitillo y riñoneras deportivas. Un joven lleva una camiseta de estampado tie-dye con colores suaves y, sobre ella, dibujada una flor sobre el título 'Sunset Boulevard', pero no se trata de una referencia a la película de los 50 de Billy Wilder. "La camiseta es del Primark", comenta el veinteañero. "A mí me gusta el Maka por su barba y su gorra", declara una joven tras la barra. Entre rapados y melenas largas que se mecen al son de quejíos mezclados con bases electrónicas, una pareja se abraza bajo la luna. Tienen 18 y 19 años. "Nos gusta mucho y siempre lo escuchamos cuando estamos juntos", explican.

La Plaza de Toros de Los Califas, a rebosar, durante el concierto de Maka ÓSCAR BARRIONUEVO

Se desató la euforia en temas como El Dinero No Te Vale, El Motivo o Amor ya no Queda. Donde quedaron las buenas costumbres... Todo es tan moderno que a mí me confunde... Cantaba el artista de los videoclips ambientados en polígonos y barrios humildes. El cantante granadino, consciente de haber dejado sus orígenes humildes gracias a internet, agradeció el apoyo a su público. "Gracias a vosotros los sueños se cumplen", declaró. "Esto es plantar la semilla del cariño para mostrarme cómo soy ante ustedes", añadió el que no concede entrevistas y sale al escenario en chándal de pantalón corto.

En mitad de un mar de luces emitidas por los teléfonos móviles siguieron sonando temas como El Aire, con nada lo tengo todo, el alma es como me suena...Mensajes que nacían de intenciones puras o al menos así lo percibían los grupos de adolescentes que, con histeria a lo Beatle, cantaban a la noche.

Había un brillo en los ojos de quienes miraban, como poseídos, al escenario. Felicidad tierna y juvenil. Cabe preguntarse qué está pasando en el flamenco para convertirse en impulso de gran parte de la juventud. "Es que esto es el flamenco moderno", dedujo el veinteañero Miguel Prieto desde la pista. A su lado, su amigo Manuel Cabanillas se mostraba incluso más determinante. "Esto es lo mejor que me ha pasado en la vida, después de mi madre y mi hermana".

En un complejo panorama cultural con públicos muy diversos y en el que internet hace tiempo que tomó el pulso a las discográficas, casi resulta inútil el debate entre lo undergound y lo mainstream. Pero si un flamenco con una gorra rapera es capaz de aunar a miles de jóvenes será porque los géneros siguen en transformación movidos por lo de siempre, las emociones primarias.

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