Una dedicatoria encontrada casualmente en la biblioteca de la Colección Romero de Torres durante la preparación de una exposición sitúa al menos al principio de la década los años veinte del siglo pasado la amistad entre el intelectual, escritor y político Antonio Jaén Morente y la familia Romero de Torres.

El texto, que aparece en la primera edición de su historia de Córdoba, editada en 1921, refiere la relación de Angelita Romero de Torres (Córdoba,1881-1975), hermana de Julio, con el patio de la casa familiar, desde el que se accede al estudio cordobés de este, que tenía otro en Madrid.

El escrito, aunque carece de fecha, alude a "este moderno libro", por lo que hace aventurar que debe estar cerca de su edición y aparece en una hoja separada del ejemplar del libro que se conserva en la Colección Romero de Torres, adquirida en 1988 a María, la hija menor de Julio, de 'Resumen de la Historia de la ciudad de Córdoba' (Imprenta Diario de Córdoba, 1921).

José María Palencia, asesor técnico del Museo de Bellas Artes de Córdoba, que alberga la parte de biblioteca de la colección mientras que los documentos y las fotografías se custodian en el Archivo Provincial, se encontró en febrero pasado con el libro y la dedicatoria cuando preparaba la exposición Donación de Avilés.

Esta muestra también se exhibe actualmente en la pinacoteca y presenta 42 obras de pequeño formato, lienzos, grabados y dibujos recopiladas por Ángel Avilés Merino (Córdoba, 1842-Madrid, 1924), junto a dos álbumes con dibujos y pinturas que le obsequiaron los profesores de dibujo por su contribución por la inclusión de esta disciplina en las enseñanzas secundarias.

Palencia ha dicho a Efe que la exhibición coetánea de la exposición de Avilés con la dedicatoria y el libro de Jaén se entronca en la idea del Museo de divulgar la relaciones que generó el patio de los Romero de Torres, que solo es visitable durante las dos semanas del Festival de Patios Cordobeses.

El edificio donde está el patio, encuadrado en el antiguo Hospital de la Caridad y que fue la residencia de los Romero de Torres, es propiedad de la Diputación de Córdoba, al igual que el lugar donde se ubican el Museo de Bellas Artes, gestionado por la Junta de Andalucía, y de Julio Romero de Torres, que lo administra el Ayuntamiento.

La antigua relación de Jaén Morente y los Romero de Torres, ahora datada casi una década antes de la muerte de Julio, que falleció en 1930, se prolongó más allá de la muerte del pintor, ya que fue un activo prescriptor del monumento que se pretendía erigir por suscripción popular tras su desaparición.

De hecho, Antonio Jaén aparece en la fotografía con la que se ilustra la presentación de la dedicatoria y el libro en el Bellas Artes cordobés, que se refiere al acto de inauguración del monumento al padre de los Romero de Torres, Rafael Romero Barros, el 17 de mayo de 1926.

Esta imagen y la presumible fecha de la dedicatoria cobra especial importancia ya que entre 1921 y 1929 Antonio Jaén no residió en Córdoba, sino que ejerció como catedrático de Geografía e Historia del Instituto de Sevilla, donde entre 1922 y 1927 dirigió, además, el Banco Hispano Comercial, que funcionaba como una cooperativa.

El 22 de diciembre de 1932, Jaén Morente, que había sido elegido diputado en las Cortes Constituyentes de la II República, impulsó una proposición de ley para que el Estado contribuyese con 75.000 pesetas para la finalización del monumento, cuya suscripción popular a nivel nacional había comenzado en julio de 1930, bajo la presidencia del rey Alfonso XIII.

La iniciativa, suscrita por otros 87 diputados y tomada en consideración, fue defendida por el socialista cordobés Francisco Azorín Izquierdo, ante la salida de la Cámara de "mi antiguo y querido amigo Antonio Jaén", entonces en las filas del Partido Republicano Radical Socialista y destinado en ese momento como ministro plenipotenciario en Perú.

El libro sobre el que se hace la dedicatoria se tiene como la primera edición de la publicación insignia de Jaén, Historia de Córdoba (1935), cuya salida en 1921 coincidió con la celebración por primera vez en la ciudad de la Feria del Libro, donde intervino con su obra.

La edición de 1921 fue fruto de un concurso convocado por el Ayuntamiento de Córdoba en 1916, fallado en julio de 1918 y dotado con 3.000 pesetas, para premiar una historia de la ciudad con la que la institución municipal desea "impulsar el conocimiento de lo cordobés", según rezaba la convocatoria.

Jaén Morente, que ganó la convocatoria con un proyecto titulado ¿Dónde está Córdoba mansión de los ingenios?', logró ser agregado a la Escuela Superior del Magisterio de Madrid en mayo de 1920 para terminar la obra cuando aún era catedrático de Geografía en el Instituto de Segovia.