Diario Córdoba

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MÚSICA

El grupo de origen cordobés que hizo bailar a Beyoncé con canciones de Las Ketchup y Los del Río

Se llaman Knights Club y su espectáculo interactivo de música en acústico y baile se ha convertido en un reclamo para los organizadores de los eventos más exclusivos del mundo

El grupo Knights Club durante una de sus actuaciones FLUO.MAKING

Han tocado frente a jefes de estado y personalidades como el príncipe Alberto de Mónaco. Ante ellos se han rendido millonarios, grandes empresarios, hasta dueños de equipos de la NBA. Pero ninguna de esas experiencias resulta tan anecdótica como ver bailar a Beyoncé con temas de Las Ketchup y Los del Río. Es la proeza de Knights Club, una banda de versiones que ha logrado un lugar destacado en los eventos más exclusivos gracias al desparpajo, la actitud y el talento de sus cinco integrantes.

Paolo Celoria, al saxo; Alberto Laurela al contrabajo, George Britcher a la guitarra y Miguel Bosch a la otra guitarra. El percusionista, Juan Fran Rey Toro, un joven de Almedinilla decidió recurrir a los mejores músicos que había conocido en su etapa como integrante de otras bandas en Niza, Francia. "Es una zona con círculos exclusivos y de alto nivel adquisitivo, aunque este tipo de conciertos cada vez se están popularizando más y llegando a un público más diverso. Me di cuenta de que no había un grupo con una imagen fuerte detrás, una apuesta pensada, así que mis compañeros y yo decidimos llevarla a cabo", comenta este almedinillense de 27 años, batería autodidacta y con estudios de arquitectura y marketing.

La idea se fraguó durante la pandemia, cuando Toro y sus compañeros dedicaron el tiempo de paréntesis a trabajar en la apuesta artística, el nombre, los colores representativos de la banda y hasta el atuendo idóneo para captar la atención de los contactos de empresas y personalidades del mundo del lujo que había ido consiguiendo en sus trabajos como batería para Disneyland o espectáculos de cruceros. Las empresas de organización de eventos no tardaron en detectar el potencial de la propuesta. Los cinco músicos se vieron poco después volando de un día para otro, casi con lo puesto, alrededor del mundo.

De Almedinilla al mundo

Un día en Grecia y al otro, quizá en Brasil. De Mónaco a Bahamas o Luxemburgo. Han interpretado a Elvis, Rolling Stones, Beatles, Britney Spears, Bruno Mars o Black Eyed Peas en la azotea de un hotel en Japón o en un yate privado, en el que tuvieron que aterrizar con la ayuda de un hidroavión. Su máxima principal es no decir que no a ningún género musical ni a ningún tipo de evento. Canción francesa, jazz, pop o soul; desde la última de Justin Bieber a una canción perdida en la infancia de los invitados. Nada se les resiste. "Entre los cinco conocemos cientos de canciones, aunque siempre estamos atentos a las últimas novedades para incluirlas en el repertorio", reconoce Toro.

Apenas ensayan. Se sostienen en la química que comparten, lo que no resulta tan descabellado teniendo en cuenta su huida de los convencionalismos. Mientras tocan en acústico, se mueven por todo el espacio para interactuar con los asistentes; cantan a capela dispersados por la sala antes de volver a unir sus voces en una. Un frenesí intermitente para el que Juan Fran se ha construido un cajón portátil. "Lo que hacemos es un show, más que un concierto, ya que tiene una gran carga teatral y mucho dinamismo, mucho humor. Requiere sentido del humor, una gran energía, caradura y ganas de pasárselo bien con el público", explica el batería de Almedinilla.

Juan Fran Rey Toro, percusión; Paolo Celoria, Saxo; Alberto Laurela, contrabajo; George Britcher, guitarra y Miguel Bosch, guitarra, forman Knights Club FLUO.MAKING

Ese despliegue de talento en el que "cada día pasa algo totalmente diferente", según Juan Fran, logra en parte su conexión con el público gracias a la unión de todos los idiomas que hablan. Son capaces de interactuar en Español, inglés, francés, italiano y portugués y de cantar, además de los anteriores, en ruso y hebreo.

Con dos miembros italianos, uno de ellos inglés y otro americano, solo faltaba un cordobés para poner la guinda al hermoso pastel musical que tiene a sus componentes en un colorido sueño. "Estoy viviendo el sueño de mi vida hecho realidad", comenta Fran. "La única pega que le veo es pasar tanto tiempo fuera de casa pero siempre lo digo y lo diré, lo orgulloso que estoy de mi pueblo. De Almedinilla al mundo".

"Elegancia callejera" que transmite

Ataviados con trajes, aunque con la actitud de una buena verbena. Así se presentan al mundo quienes han estado de fiesta post concierto con rostros como Noel Gallagher y otros nombres "que no se pueden decir por seguridad", añade Rey. Para tocar en algunos eventos, a veces incluso han tenido que entregar su teléfono móvil o someterse a estrictos protocolos. No dejan que nada de eso les afecte. "Lo que más nos importa es transmitir al público, emocionar para emocionarnos nosotros y esto pasa con cualquier tipo de público y situación, desde la fiesta más exclusiva a una cena de dos personas", añade el joven.

La historia de Knights Club es la de un grupo de compañeros, de cinco amigos que un día se dejaron embaucar por las promesas de la vida y la música y tuvieron la valentía suficiente como para aventurarse a lo desconocido.

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