Diario Córdoba

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El Museo de Bellas Artes conmemora el centenario del paso del pintor por el país latinoamericano

Una exposición recrea el viaje a Argentina de Romero de Torres en 1922

Documentos y fotografías, muchos de ellos inéditos, componen la muestra

José María Domenech, Cristina Casanueva, Alicia Córdoba, José María Palencia y María del Mar Ibáñez, entre las obras que componen la exposición.

Con el objetivo de conmemorar el centenario de la exposición realizada por Julio Romero de Torres en Argentina, que se llevó a cabo en las Galerías Witcom de Buenos Aires en 1922 y a la que el pintor aportó 26 obras, el Museo de Bellas Artes, en colaboración con el Archivo Provincial, muestra ahora una serie de documentos, artículos de prensa y fotografías, además de un video, que recrean ese viaje, su importancia y lo que supuso para la trayectoria del artista cordobés. Entre las 52 piezas expuestas destacan, por ejemplo, cartas como la de Valle Inclán a Ricardo Lugones hablándole del pintor y el catálogo de la exposición

Fondos del propio museo se unen a muy distinto material que la familia donó en su día a la Junta de Andalucía para recrear el contexto histórico del momento y la importante repercusión que tuvo en el mundo cultural de ambos países, sobre todo en Argentina, que se volcó con el pintor homenajeándole en varias ocasiones.

Según ha señalado este jueves la delegada territorial de Cultura, Cristina Casanueva, esta muestra pretende ser “un primer acercamiento a todo lo que supuso aquella exposición y sus consecuencias”, a lo que, antes y después, se fraguó en torno a ella, a quiénes fueron los que adquirieron sus cuadros y cómo estos volvieron de nuevo a España y Europa a través de su venta en subastas.

Un acontecimiento

Casanueva ha destacado la importancia de esta exposición, que puede ser calificada “de acontecimiento” pues, según algunos comentaristas de entonces, “fue más importante para los dos países que una embajada política en sentido estricto”, ha señalado José María Palencia, comisario de la muestra junto a la archivera María del Mar Ibáñez.

De este viaje de Romero de Torres, que hizo en compañía de su hermano Enrique, ha llegado una importante cantidad de información que nunca ha sido monográficamente analizada. Además, el mismo supuso que su obra se desparramara por todo el continente, pues con tal motivo, no solo pintó obras durante la travesía, en la que el capitán del barco dispuso un camarote especial para que el artista pudiera pintar, y el tiempo en que estuvo allí afincado, sino que además, recibió numerosos encargos. “El coleccionismo de la época se interesó definitivamente por su producción”, ha continuado Palencia, llegando incluso a organizarse una nueva exposición individual del artista, ya en 1943 y en la misma sede.

La exposición en Buenos Aires estuvo motivada por variadas circunstancias, en las que tienen un papel importante amigos y familiares que abonan el terreno. Las relaciones hispano-argentinas son, quizás, las más estrechas que existen con un país latinoamericano y la boyante situación económica del país lo convierte en foco de atracción para quienes quieren labrarse allí un futuro.

También es destacable que Carlos Romero de Torres (1867–1917), hermano de Julio, ya estaba asentado en Buenos Aires y animó al pintor a lanzar su carrera presentando sus cuadros en el extranjero. Anterior a la muestra de 1922, otros amigos como el arquitecto Agustín Inurria, hermano del afamado escultor, o Anselmo Miguel Nieto, ya habían obtenido éxito profesional en Argentina. Escritores, pintores y periodistas tendieron continuos lazos entre las dos orillas y, por ejemplo, Ramón del Valle Inclán mentor artístico del pintor cordobés, y las periodistas y escritoras Margarita Nelken ó Carmen de Burgos Colombine, viajan al país austral y llevan el nombre y la obra del artista cordobés en sus charlas y conferencias.

La piezas de esta exposición disponen de códigos QR que ofrecen información de las obras.

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