Diario Córdoba

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Al margen

La peor persona del mundo

Joachim Trier ha construido una comedia bastante existencialista, atípica y original sobre una joven que igual empieza a estudiar medicina como acaba pasándose a la fotografía profesional

Fotograma de la película.

No sé a quién se le habrá ocurrido el título. Es la traducción literal del noruego, por tanto, no es responsabilidad de los distribuidores de nuestro país. Tampoco su contenido tiene nada que ver con quien ahora mismo todo quisqui considera eso, la peor persona del mundo. Va de otra cosa. Joachim Trier ha construido una comedia bastante existencialista, atípica y original sobre una joven que igual empieza a estudiar medicina como acaba pasándose a la fotografía profesional, después de haber intentado otras opciones que deja poco después de comenzar. Lo mismo le ocurre, más o menos, con su vida amorosa.

Puede estar con alguien, aparentemente enamorada, y mientras pasea se cuela en una fiesta y, casi sin darse cuenta, acaba enganchándose sentimentalmente con alguien. Por tanto, estamos ante una persona que busca un equilibrio emocional, amoroso y profesional…, aunque le cuesta encontrarlo, y durante el metraje (128 minutos) podremos asistir al viaje vital que realizará a base de experiencias que la marcarán para siempre. La intérprete que encarna a esta treintañera está magnífica en su papel; de hecho, Renate Reinsve obtuvo el premio a la mejor actriz en Cannes, gracias a su inteligente y brillante trabajo en este filme.

El primo de Lars von Trier ya llamó la atención con El amor es más fuerte que las bombas (2015) y con Thelma (2017), ahora demuestra que los términos comedia y profundidad pueden ser compatibles, bajo este género que suele ser sinónimo de frivolidad y banalidad es posible tocar temas serios como pareja, compromiso, las consecuencias de tomar determinadas decisiones, las contradicciones propias del ser humano, la maternidad…

De hecho, más que una película de género podríamos considerarla de autor. Su calidad la ha llevado a representar su país (Noruega) en la gala de los últimos Óscar, compitiendo en el apartado de mejor película internacional y guion original, aunque competir con Drive my car (finalmente ganadora de la famosa estatuilla) no era poca cosa. Aún así, estamos ante una especie de comedia romántica, elegante y a ratos tan entretenida como reflexiva.

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