No quiere hablar de Ucrania y Rusia porque no está sobre el terreno, pero la experiencia de 40 años trabajando en zonas de conflicto del fotoperiodista cordobés Gervasio Sánchez le dan autoridad para ofrecer algunas de las claves de lo que está sucediendo entre estos dos países. «Llevo tres semanas sin contestar a una pregunta sobre esta guerra porque no me gusta hablar de lo que no conozco», ha señlado este lunes Sánchez, que no quita ni un ápice de drama a lo que está ocurriendo, subrayando, entre la crítica y la amargura, que «las grandes potencias no tienen ningún interés en la paz mundial».

De lo que sí ha hablado este profesional de la cámara en la Fundación Gala fue de sus 40 años de experiencia en 25 conflictos armados a través de la conferencia Los ojos de la guerra, durante la que, ayudado de imágenes y sonido, ha descrito lo que ha visto a lo largo de su trayectoria en zonas de guerra desde que empezó siendo un joven estudiante de Periodismo hasta la actualidad y de lo que significa trabajar en una guerra, del impacto que tiene contra los civiles y de las consecuencias a largo plazo de estos conflictos bélicos, ya que «aunque la gente crea que las guerras se acaban cuando se firman un pedazo de papel, las consecuencias se siguen sufriendo décadas después».

Según Sánchez, cada guerra tiene sus peculiaridades, singularidades y sus propias causas, pero en lo que hecho especialmente hincapié es en que «los grandes perdedores de las guerras son los civiles, hombres, mujeres y niños que mueren, sufren mutilaciones o quedan traumatizados para toda vida por razones que desconocen, porque muchos no saben por qué sus países están en guerra».

"Irresponsabilidad" política

Después de cuatro décadas trabajando en zonas de conflicto, el fotoperiodista cordobés cree que hablar de la posibilidad una tercera guerra mundial derivada del conflicto entre Rusia y Ucrania es «una forma de utilizar a los ciudadanos por parte de los políticos, que actúan con una irresponsabilidad absoluta».

«Evidentemente, estamos en un conflicto armado en Europa, pero ya hubo una guerra en Ucrania en el 2014 y 2015 con decenas de miles de muertos a los que ni el presidente de EEUU de la época ni los máximos responsables de la Comunidad Europea prestaron el mínimo de interés» y , «ante la inoperancia absoluta de la UE y de sus diplomáticos y políticos cínicos y retrógrados se permitieron diez años de guerras», ha dicho Sánchez, que piensa que «la parafernalia del lenguaje como forma de desconcertar a la población forma parte del juego de los intereses de los políticos que han fracasado y han sido incapaces de evitar la guerra», recordando lo sucedido hace unos meses en Afganistan, además de Yemen, Irán o Siria, conflictos que sí ha vivido en primera persona y de los que ha relatado numerosos detalles. «He vivido momentos históricos en los que parecía que las guerras iban a finalizar», ha subrayado el fotoperiodista, que, llevado por su experiencia, ahora duda mucho de que «en lo que me resta de vida vea un mundo más pacífico que el actual».