El Instituto Municipal de las Artes Escénicas (IMAE) quiere este año volver a celebrar una realidad ya afortunadamente asentada: que marzo es el mes de la mujer, y aunque ocupa un lugar destacado en la programación de los teatros municipales a lo largo de todo el año, es marzo el periodo en el que su protagonismo en la cartelera del IMAE se acentúa aún más.

 En esta línea, a lo largo de de marzo tendrá lugar en el Teatro Góngora -entre otros espectáculos dedicados durante este mes a la mujer- un ciclo de teatro que a través de tres propuestas muy diferentes entre sí pone su atención en el universo y la mirada de las mujeres sobre temas que les conciernen: el machismo, el maltrato en el ámbito familiar, el acoso sexual, la desigualdad de oportunidades, de salarios… Participan en el proyecto –tras la cancelación del primer montaje previsto por un caso de Covid de una actriz- una compañía nacional y dos locales que presentarán sus creaciones desde el miércoles 9 hasta el viernes 11 de marzo. Las funciones darán comienzo a las 20:00 horas.

 El ciclo echa a andar mañana miércoles 9 de marzo con la producción de Efímera Escena Maruja, de Miguel Palacios, interpretada por Irene Lázaro y dirigida por Carlos Alonso Callero. El montaje, una historia delicada y brutal, retrata a una mujer víctima de la idea de que su único valor posible reside en su rol social de hija, esposa y madre. Maruja es una mujer normal: casada y con hijos, suegra, padre y perro. Una mujer que hace tiempo se olvidó de sí misma en beneficio de los demás, que se sacrificó por su familia para ser feliz, como le enseñaron sus padres, sus maestros y el cura de la parroquia. Pero no, no es feliz.

Al cabo, la protagonista, una mujer resignada y vencida, que se debate entre lo grotesco de una tragicomedia delirante y el realismo mágico que propone el director, ejecutará su venganza, imaginaria o real, y tomará las riendas de su vida. A través del humor negro, el personaje logra liberarse de la esclavitud que aceptó y que la oprime reaccionando a la violencia con la violencia, convirtiéndose en “asesina de mosquitos ratas, torturadores y verdugos”, como enuncia el subtítulo de la pieza.

Una celebración del amor 

El jueves 10 de marzo tendrá lugar el estreno absoluto de Las Mortero, un montaje que pone en escena la compañía cordobesa Estigma Teatro. Nieves Pedraza es la responsable de la dramaturgia y la dirección, además de intérprete junto con Laura López y Auxi Jiménez. Las tres definen la obra como “una comedia donde abrazamos lo que nos han dicho que no podemos ser”. Una celebración del amor, del “autoamor radical”, una búsqueda de lo universal dentro de la singularidad de cada uno, y también una verbena de la diversidad, una fiesta, dicen, “donde acabamos con referentes dañinos y caducos”. Sobre el escenario, tres actrices, tres mujeres, se centran en el humor feminista, “en la lucha --destacan-- de mostrar nuestras experiencias sin dar ninguna enseñanza, en la lucha sobre todo de desestigmatizar el feminismo”. Y afirman que “los efectos subversivos del humor son incalculables y han estado en la esencia de las mujeres que quemaron sus sujetadores y también están en nosotras cuando hacemos esta pieza”.

Para terminar, el viernes 11 de marzo se pone en escena Cigarreras, espectáculo basado en la novela La Tribuna, de Emilia Pardo Bazán, escritora de capital relevancia en el devenir del feminismo y la literatura de finales del XIX y principios del XX, de la que se ha cumplido en 2021 el primer centenario de su muerte. Con versión y dirección de Cándido Pazo, el montaje tiene un amplio reparto de 7 actrices, encabezado por Tamara Canosa. Cigarreras está ambientada en la Fábrica de Tabacos de A Coruña, una empresa con mano de obra femenina y, en ese sentido, uno de los primeros ámbitos de socialización colectiva de la mujer, que trascendía así el entorno doméstico tradicional. El texto aborda situaciones y referencias que dan pie a tratar temas totalmente vivos hoy en día: memoria colectiva, perspectivas de género, modelos sociales y políticos… El argumento se centra en una relación socialmente imposible entre una proletaria y un burgués que tiene como telón de fondo la crisis política que en 1868 llevó a la caída de la dinastía borbónica y la posterior proclamación en 1873 de la I República.