Miguel Ríos irrumpirá el 12 de marzo de 2022 en el Wizink Center de Madrid para saludar a los hijos "y nietos del rocanrol" de aquellos que, hace 40 años, lo acompañaron en una de las noches más míticas de la música en español, la de sus conciertos 'Rock & Ríos', que se dispone a conmemorar.

"Me han tentado muchas veces antes con hacer esta efeméride", ha reconocido el granadino hoy en la rueda de prensa en la que ha presentado esta iniciativa junto a algunos de los "factótum" de aquella empresa que capitaneó, como el productor Carlos Narea y el músico John Parsons.

La ocasión de celebrarlo como es debido llegará al cumplirse de forma casi exacta cuatro décadas de aquellas citas del 4 y 5 de marzo de 1982 en el Pabellón del Real Madrid, las cuales, a su vez, se organizaron por los 20 años transcurridos desde la publicación de su primer álbum, 'El rey del twist' (1962).

Ríos, pionero de la escena rock en este país, acababa de grabar tres álbumes que lo habían reivindicado como un artista vigente: 'Los viejos rockeros nunca mueren' (1979), 'Rocanrol bumerang' (1980) y 'Extraños en el escaparate' (1981). Además, había hecho dinero con su celebrada versión del 'Himno a la alegría'.

Contaron por ello con unos medios tecnológicos de los que previamente habían hecho uso artistas como Peter Gabriel y que, como ha señalado hoy El Gran Wyoming, presentador del evento, llevó a la música española "del candil a la electricidad, rompiendo con todo lo existente para que por fin tuviera categoría internacional".

"Impostamos mucho tiempo una cultura que no era nuestra pero con la que encontrábamos más relación que con aquella grisura de la dictadura. Fue un acto de fe. No sabíamos que iba a liderar a la juventud hacia cotas insospechadas, porque nunca los jóvenes fueron importantes antes de nuestra generación", ha recordado su protagonista.

Una célebre glosa recogida en el disco del mismo nombre que plasmó aquellos directos señala que "lo hicieron porque no sabían que era imposible". En efecto, todo podría haber salido mal, sobre todo porque uno de los dos camiones que viajaban desde el extranjero con el equipo fue retenido en Irún y llegó a Madrid con el tiempo justo "para tirar micros y cables".

"Por eso el concierto del día 5 fue más una prueba de sonido y lo que se escucha en el disco es el resultado del concierto del día 6, que además fue mejor por los nervios", ha recordado Carlos Narea, que para registrar todo lo que aconteciese contaba con una tecnología puntera... de 48 pistas. "Hoy con un portátil puedes grabar más de cien", ha señalado con humor.

Sea como fuere, "Rock & Ríos" fue un éxito y lo sigue siendo. "Me traen aún más ejemplares de ese álbum para firmarlo que del último que he hecho, como si fuese algo totémico, una reliquia", se ha enorgullecido su autor, que ha recordado que fue la primera vez que contó con dos baterías en un directo.

Casi la misma banda de entonces lo respaldará el próximo 12 de marzo: Mario Argandoña y Pablo Narea (batería), Tato Gómez (bajo), John Parsons (guitarra), Antonio García de Diego (guitarra y voces), José Nortes (guitarra), Mariano Díaz (teclados), Thijs van Leer (piano y órgano).

El concierto, asimismo, se interpretará "entero y como en el 82, de arriba a abajo", algo que no les quita el sueño. "La exigencia del material de ese disco es muy alta, sobre todo para un tío de 77 años es un palo, pero ahora canto casi todos los fines de semana y sé cómo estoy de condición vocal; lo puedo defender con toda la dignidad", ha defendido.

"Pero una de las premisas es que quiero que sea una celebración, no una recreación, así que no me pondré los pantalones de rayas, porque no cabría en ellos, e invitaré a gente a que cante conmigo, compañeros de generaciones diversas, algunos verdaderos nietos del rocanrol", ha anunciado Ríos, que de momento se ha guardado en secreto la identidad de sus invitados.

Las entradas se pondrán a la venta este viernes, 17 de diciembre, a partir de las 10 horas en la web oficial de Miguel Ríos y en los distribuidores oficiales.