Ana Espino es periodista, aunque nunca deja a un lado su faceta creativa. Autora de Por si quieres que te cuente y El cuento de Lucía, basado en la historia real de una niña con cáncer, decidió embarcarse en otro proyecto para dar salida a sus textos sobre besos, que echó especialmente de menos durante el auge de la pandemia.

Así surgió Date por bersado, su último proyecto junto al fotógrafo Antonio Guerra, quien ve como un «privilegio» el haber trabajado con Ana en lo que considera  «una coreografía sobre las emociones hecha a dúo». Se trata de un ejemplar autoeditado que reúne 39 relatos sobre besos de todo tipo, con fotografías, que ha dejado historias tan emotivas como la de tres hermanos de dos madres, ambas pareja, que nacieron del mismo donante. En definitiva, un pretexto para que ambos profesionales trabajasen juntos en la puesta en valor del beso y las emociones humanas. El ejemplar se presentó este viernes. 

¿Se trata de una reivindicación del contacto físico en pandemia? 

Solo una de las historias habla de pandemia por la necesidad de quienes participaban en ella, mi padre y  mi hijo mayor. En mi familia somos muy tocones y no podíamos estar juntos. Yo comía y dormía sola. No veía apenas a mi padre. Lloraba mucho cuando me ponía delante suya. La única foto que habla de pandemia es cuando mi hijo pudo abrazar por fin a su abuelo.

¿Partió de la visión periodística? 

Parte más bien de mis emociones  y de la necesidad de besar y tocar. Porque nos caparon, nos dejaron sin ellos. Pero los besos permanecerán. No sé si será el sol o qué, pero a los españoles nos encanta besar. Quería reivindicar la importancia y la necesidad del beso, para todo, porque los hay para cualquier situación, como el beso de Judas. 

¿Qué ha aprendido? 

Que las personas son tremendamente generosas si te acercas a ellas con la verdad, te abren las puertas de su corazón. Tengo personas maravillosas a mi alrededor. He aprendido que no quiero ni me da la gana estar sin dar besos. Yo los necesito, incluso si es a gente que no conozco. Lo que nos han hecho ha sido una gran putada, por el miedo. Ya ni siquiera nos chocamos accidentalmente por la calle. Vamos buscando nuestro espacio. Yo quiero besos. Es una necesidad. 

¿No se anima a sacarle más partido a la pluma con una novela? 

Estoy en ello. Comencé a escribir en pandemia sin saber a dónde iba a llegar y lo que me salió ya tiene pinta de novelita. A ver a dónde llega. Tiene un registro mío completamente distinto.