Rodrigo Cortés, además de director y productor, escribe e incluso ha conseguido ser nominado en los próximos Goyas por una composición musical que se incluye en ésta, su última película: Love Gets a Room. Después de una exitosa carrera en el cortometraje, consiguió el premio de la crítica en el festival de Málaga con su primer largometraje, Concursante (2007), luego vendría el reconocimiento internacional por la claustrofóbica Buried (2010), protagonizada por Ryan Reynolds, que se pasa el metraje del film dentro de un ataúd enterrado. Ha dirigido a Robert De Niro y Sigourney Weaver en Luces rojas (2012) y a Uma Thurman en Blackwood (2018).

Ahora nos llega un drama romántico, con forma de musical, basado en hechos reales, situado en pleno periodo nazi. Un grupo de actores judíos, en enero de 1942, interpretan una comedia musical en el teatro Fémina, con la intención de hacer olvidar las penalidades a unos espectadores que luchan cada día por sobrevivir, después de más de un año confinados en el gueto, donde más de 400.000 judíos polacos fueron reducidos en mitad de la ciudad. Cortés ha contado en la confección del guion con un colaborador de lujo, el novelista David Safier (responsable de éxitos literarios como Maldito karma, Yo, mi, me... contigo, Una familia feliz... y tantos otros), a partir de la pieza teatral de Jerzy Jurandot. El acierto del texto, sin duda, es la capacidad de mostrar lo que ocurre en tres planos diferentes: entre el público que asiste a la obra teatral, la interacción entre los intérpretes cuando pisan el escenario, y cómo se relacionan entre bastidores en una noche crucial para ellos, cuando alguno tendrá la oportunidad de escapar del asedio alemán.

Los actores y actrices que componen el reparto, desconocidos, no sólo construyen sus personajes y los interpretan con autenticidad, también cantan con sus propias voces las canciones, sabiendo dar en cada momento el tono adecuado según la atmósfera de cada escena teatral y musical. El resultado final es tan reflexivo como emocionante, doloroso y fascinante