Más de 85 años después de su inicio, la Guerra Civil española sigue siendo un período apasionante de nuestra historia para los investigadores. Si a nivel político y militar, el conflicto fue un auténtico banco de pruebas de las tácticas y armas utilizadas en la Segunda Guerra Mundial, en el campo del fotoperiodismo de guerra también se ponen en práctica nuevos equipos fotográficos y nuevas formas de ver, hacer y utilizar la fotografía. Los grandes reporteros internacionales de la época se darán cita en España, entre ellos los míticos Robert Capa y Gerda Taro, hoy dos figuras fundamentales en la historia de la fotografía mundial, que captaron como nadie la tragedia de la guerra en la provincia de Córdoba. Mañana, el fotohistoriador José Manuel Serrano Esparza presenta en Cerro Muriano su libro Robert Capa en Cerro Muriano. Un minucioso trabajo de investigación de 26 años en esa localidad cordobesa tras las huellas de ambos fotógrafos.

Casi 70 años después de su fallecimiento, ¿por qué cree que la figura de Robert Capa continúa suscitando tanto interés en todo el mundo?

Porque es uno de los fotógrafos más influyentes de la historia, con un estilo muy instintivo, ágil y dinámico en sus imágenes, con las que una y otra vez conseguía estar en el lugar adecuado en el momento más idóneo. Capa se acercaba al máximo posible a las personas que fotografiaba, captando instantes definitorios que él convertía en atemporales, con unas imágenes que destilan humanidad a raudales. Además, vivía cada segundo con la máxima intensidad, como si fuera el último, era bebedor, mujeriego, jugaba al póker y ayudaba todo lo posible a sus compañeros fotógrafos. Todo ello formó un cocktail que le confirió una muy especial aureola y fama. Y, finalmente, murió con las botas puestas en Thai Binh (Vietnam) el 25 de mayo de 1954, al pisar una mina durante su cobertura de la primera Guerra de Indochina.

¿Qué le atrajo de la figura de Robert Capa y Gerda Taro?

La gran química que existía entre ellos, tanto a nivel sentimental como profesional. Gerda se dio cuenta desde que conoció a Robert en París de que era un genio y de su inmenso talento, e inventó el pseudónimo Robert Capa para intentar vender sus fotos a un mayor precio. Así, entre 1934 y 1936, Taro fue un factor clave para el éxito profesional de Capa. Del total de sus fotografías de la Guerra Civil española realizadas en 1936, la inmensa mayoría fueron hechas por Robert. Este llevaba ya cuatro años como profesional, desde 1932. Mientras que Gerda empezó a hacer fotografías en Barcelona a mediados de agosto de 1936 con una cámara de formato medio Réflex Korelle, un descubrimiento realizado por Irme Schaber. Taro alcanzará grandes cimas fotográficas al independizarse totalmente de Capa en 1937 y desarrollar un estilo fotoperiodístico propio. Una obra muy distinta a la que había realizado previamente con su cámara de formato medio 6 x6 cm, trabajando también con una Leica a partir de dicho año y haciendo fabulosos reportajes como La Cosecha del Trigo en Vasequillo y la Batalla de Brunete.

«En este libro se incluyen muchas fotos que eran desconocidas hasta ahora»

¿Por qué son tan importantes las fotografías de Capa en Cerro Muriano?

Porque en Cerro Muriano es donde nace, sin duda, el fotoperiodismo de guerra moderno, ágil y dinámico, disparando a pulso con una cámara Leica muy pequeña y ligera, al igual que los objetivos acoplables a ella. Las imágenes que Robert Capa hace en sus dos grandiosos reportajes cordobeses -Arenga en la Finca de Villa Alicia (1,5 km al sureste de Cerro Muriano) y Huida de los Refugiados de Cerro Muriano el 5 de septiembre de 1936- marcan un antes y un después en la historia de la fotografía mundial. En el reportaje de la arenga, el reportero capta momentos de pre-muerte. Unas imágenes terribles, desoladoras. En ellas, los milicianos están siendo informados pocos minutos antes del combate, de que las feroces tropas marroquíes de tabor de regulares de Sáenz de Buruaga están a punto de atacarles y que tendrán que luchar por sus vidas. Una y otra vez, el fotoperiodista húngaro consigue pasar inadvertido y no ser detectado durante el acto fotográfico, a pesar de la enorme proximidad desde la que hace las fotos. Por su parte, en las soberbias tomas de la huida de Cerro Muriano, Robert confiere a las imágenes un realismo y emotividad sin precedentes hasta esos momentos en la historia del fotoperiodismo. En ellas, el reportero capta con su cámara el gran coraje y determinación de la población civil por salvar su vida y la de sus seres más queridos, escapando del bombardeo del pueblo por la aviación franquista. Aquí, Capa desarrolla su lema «Si tu fotografía no es buena, es que no te has acercado lo suficiente», con encuadres muy cerrados, y ello confiere a sus imágenes una notable espectacularidad, dramatismo y sentido de participación del observador en la acción. Son imágenes repletas de humanidad y empatía total con todas esas personas indefensas que fueron víctimas de la guerra, convirtiendo a los refugiados en los protagonistas de este gran relato visual.

¿Qué novedades aporta su libro sobre el trabajo de los dos reporteros?

En 2007 se conocían unas diez fotos hechas por Capa en Cerro Muriano, pero entre 2008 y el presente año 2021 han aparecido gran cantidad de fotos nuevas, hasta el punto de que ahora hay un total de 46 imágenes, verdaderamente impresionantes y estremecedoras. La situación ha dado un enorme vuelco y en estos momentos Cerro Muriano se ha convertido en el lugar más importante del mundo para poder entender la génesis de Robert Capa como fotógrafo de guerra, su estilo fotoperiodístico y su posterior evolución, tal y como demuestro en mi modesto libro. El libro incide, sobre todo, en el análisis exhaustivo, foto a foto, de lo que se ve en las imágenes captadas por Capa en Cerro Muriano. Además, se incluyen muchas fotos que eran desconocidas hasta ahora, así como la explicación del tipo de cámara, objetivo, película fotográfica de blanco y negro utilizada, etc.

«De Capa y Taro me atrajo la química que existía entre ellos personal y profesionalmente»

Desde que empezó a ir a Cerro Muriano en 1995, ha recorrido cada rincón del pueblo. ¿Qué acogida ha tenido y qué piensan sus vecinos de los dos fotógrafos?

Durante 26 años, he caminado aproximadamente 1.200 km por toda la zona entre Cerro Muriano, la Antigua Estación de Obejo y El Vacar, para poder encontrar las ubicaciones en las que Capa hizo las fotos, fotografiando esos mismos lugares con una cámara digital. Ha sido muy duro, porque realicé la búsqueda entre Agosto y principios de Septiembre, cuand oel calor es insoportable. Pero era necesario para intentar reproducir con la mayor fidelidad posible como Capa hizo las fotos. Así, el libro incluye las fotos que hice durante el siglo XXI de los lugares donde Capa captó las imágenes, hace 85 años. Creo que ha tenido una buena acogida, porque el fotoperiodismo de guerra moderno fue creado sin ningún género de dudas por Capa en Cerro Muriano el 5 de septiembre de 1936 y es algo muy importante que forma parte de su historia. Poco a poco, la gente del pueblo va teniendo más conocimiento de la trascendencia de la visita de ambos reporteros a Cerro Muriano durante la primera semana de septiembre de 1936. Además, durante mi investigación de 26 años, tuve la valiosa ayuda de habitantes del pueblo como Antonio Sastre Candelario, Juan José Obrero Castro, Pedro Cuadro Calvente y Alfonso Cuadro Romero, profundos conocedores de la zona. También ha sido importante el relato de Rafael Centeno Cobos, que recuerda todavía como con tan sólo cuatro años de edad, tuvo que huir a pie de Cerro Muriano con sus padres y hermanos el 5 de Septiembre de 1936.