Su pasión por la historia y su curiosidad han llevado a la periodista cordobesa Mar Rodríguez Vacas a debutar en la literatura con El olivo de los Claudio (Almuzara), una novela histórica que viaja a caballo entre la Córdoba y la Roma de mediados del siglo I AC para narrar la vida de Marco Claudio Marcelo, un joven inquieto, pletórico y lleno de ideales con el que la autora quiere que el lector «empatice». La presentación de la novela será hoy, a las 19.30 horas, en la delegación territorial de Cultura.

Debuta en la literatura a través de la novela histórica, un género difícil. ¿Cómo ha sido el proceso?

Empecé, sin intención de escribir una novela, a estudiar e investigar cosas que me llamaban la atención sobre la antigua Roma, sobre todo, lo relacionado con Córdoba. Siempre me ha apasionado mucho más la etapa de la República romana que la del Imperio, que también es riquísima, y decidí tirar por ahí al descubrir que en Córdoba van sucediendo cosas en ese periodo que son interesantísimas, que apenas se conocen y que, además, dieron una importancia vital a Córdoba en aquellos años, siendo una de las ciudades más importantes del territorio romano. Al tirar del hilo fueron saltando nombres propios y me pregunté qué hacer con todo lo que tenía entre las manos. Sé que es muy ambicioso escribir una novela histórica, pero por qué no probar.  

¿Qué le atrajo de la historia de esta saga familiar que recrea?

La saga familiar es ficticia, el personaje real es Marco Claudio Marcelo y todo lo que le sucede en la novela es histórico. Tampoco había demasiada información sobre él, y esas lagunas las he cubierto creando una familia, ya que el título de la novela, El olivo de los Claudio, hace referencia a una saga familiar que ha cuidado siempre de ese olivo. 

¿Qué va a encontrar el lector?

Me gusta definir esta novela como una historia romántica, pero no desde el punto de vista del amor, sino por todo lo que cuenta, porque narra la vida de un personaje desde sus entrañas más íntimas que cuenta en primera persona sus amores, las batallas o lo mal y lo bien que lo pasó. Por otro lado, también hay tramas secundarias en las que el lector encontrará conspiraciones, asesinatos, traiciones, amores infortunados y amistades inquebrantables. Se toca un poco todo para dar una visión lo más completa posible del personaje y que el lector pueda empatizar con él. Ese ha sido mi gran reto, quiero que el lector empatice con el personaje y viva con alegría sus momentos felices y con tristeza las cosas malas que le suceden.  

¿A qué fuentes ha acudido para documentarse?

Sobre todo, a fuentes clásicas, pero hay un libro, las actas de un congreso sobre Julio César y Munda, donde encontré muchos nombres propios de investigadores contemporáneos y me ha servido para conocer lo que sucedió en nuestra tierra en esos años. También he leído a grandes autores de toda la vida, como Indro Montanelli, en los que me he basado para conocer un poco las figuras de César y Augusto.  

¿Ha descubierto algo que le sorprendiera?

Sí, entre otras cosas, que Córdoba fue mucho más importante en esa época de lo que nos pensamos. Y también que Julio César, un personaje archiconocido, no solo viajó a Córdoba en varias ocasiones, sino que estuvo viviendo aquí largas temporadas y gracias a eso pasaron las cosas que pasaron aquí. Y eso sí me ha sorprendido, porque sabía que había estado aquí, pero no que había vivido y convivido con los cordobeses.  

¿Es Córdoba una ciudad novelesca?

Absolutamente. Córdoba es una fuente inagotable de recursos literarios para sacar petróleo de cualquier detalle.  

¿Qué ha significado ver en los anaqueles de una librería su primera novela?

No lo puedo explicar. Quien puede contarlo es Javier Luque, que vio la cara de tonta que puse cuando vi mi libro en las estanterías de su librería, además, colocado entre José Calvo Poyato y Jesús Sánchez Adalid. No me lo podía creer. Sentí una ilusión infantil a la vez que una responsabilidad enorme.  

¿Tiene en mente su segunda obra?

Sí. Y será otra novela histórica. De hecho, ya he comenzado. Creo que he encontrado mi sitio, sé que es muy complicado, que requiere de una dosis extra de trabajo, que es la investigación y el estudio, pero a mí no me importa.