¿Qué fuerza impulsa un zapateado?¿De dónde sale la energía que provoca el movimiento? ¿En qué lugar del cuerpo se esconde el duende? A estas y a otras preguntas ha respondido este martes la bailaora cordobesa Mercedes de Córdoba, junto a la periodista Sara Arguijo y el guitarrista Juan Campallo, a través de la conferencia ilustrada El cuerpo interrogante, que se ofreció dentro del programa de la Cátedra de Flamencología de la Universidad de Córdoba. Con esta charla también se ha hecho un repaso a la trayectoria de Mercedes de Córdoba, «una de las bailaoras más poderosas y yo diría que auténticas del flamenco actual, y una de las coreógrafas más reclamadas por sus compañeras de profesión», ha señalado durante la presentación de la conferencia Sara Arquijo, que ha reconocido que siempre le llamó la atención «su furia, esa manera de conectar con el espectador y transmitir sensaciones».  

Además de repasar la trayectoria de la bailaora, compartir sus inquietudes y su visión del flamenco y de la danza, los tres protagonistas han mantenido un diálogo cruzado en el que han indagado en los procesos de creación artística, la soledad del estudio, la importancia de la colocación del cuerpo y la construcción de la identidad flamenca que envuelve esta danza, centrándose especialmente en el porqué de crear y del movimiento.

«El cuerpo es el vehículo que tenemos para transmitir y canalizar sentimientos y energía sin la palabra», ha explicado la bailaora cordobesa, que ha participado por primera vez en la parte docente de la Cátedra volcando su experiencia y dando respuesta a estos interrogantes.

De esta forma, la bailaora y la periodista han ahondado en los desafíos, los roles, los códigos y las exigencias que impone lo jondo y han mostrado, gracias a la participación de Juan Campallo, uno de los guitarristas con más proyección, cómo un eco, un palo, un cambio de guitarra o un estado de ánimo condiciona una propuesta. «No es lo mismo el carácter de una alegría que el de una soleá» ha dicho la bailaora, que también ha aludido a las voces que le acompañan en sus distintos espectáculos, asegurando que «no puedo moverme de la misma manera si me canta Enrique El Extremeño, con esa voz tan potente, tan profunda, que cuando lo hago con Jesús Corbacho o Pepe de Pura porque mi cuerpo reacciona a las diferentes tonalidades y registros de voz».

Por su parte, David Pino, director de la Cátedra de Flamencología, ha mostrado su satisfacción al contar con «una figura de tanto prestigio que está haciendo carrera por todos los teatros del mundo», asegurando que ha sido un «privilegio» tener a Mercedes de Córdoba en las actividades de la Cátedra. Por último, Pino ha recordado que todas las actividades de la Cátedra «deben tener un componente didáctico, sobre todo con personas de relevancia artística como esta bailaora cordobesa», intentando así dar cobertura a todas las disciplinas del flamenco.