El ecléctico festival internacional de literatura Cosmopoética cerró este sábado su edición de 2021, cerca de cumplir los veinte años, con la demostración de que es posible aunar voces de distinto carácter y procedencia en un mismo objetivo; el de dar a las letras el espacio que se merecen y cuando más necesarias son.

El encuentro con el novelista Sergio Ramírez, primer nicaragüense ganador del Premio Cervantes en 2017, compartió con el público los temas de Tongolele no sabía bailar, su último libro, cuya crítica al gobierno de Daniel Ortega le ha obligado a exiliarse por segunda vez; en esta ocasión en Madrid, donde reside temporalmente con su mujer. La primera vez que se vio obligado a abandonar Nicaragüa rondaba los treinta. Entonces formaba parte de la revolución sandinista que terminó por derrocar al régimen de Somoza. Sergio Ramírez entró luego a formar parte del gobierno de Daniel Ortega, de modo que ejerció de vicepresidente de Nicaragua hasta retirarse de la política en el 96 para dedicarse a su verdadera pasión, la creación literaria. De esa etapa surgió la obra Adiós Muchachos. Paradojas de la vida. A sus 79 años, el escritor se ve obligado a repetir la historia.

Pese a las circunstancias, Sergio Ramírez no duda ni un momento que seguirá escribiendo desde el exilio aunque tenga que «mover de lugar el ordenador», porque «para la escritura no hay edad, y uno escribe hasta el último de sus días», explicó. Por ello manifiestó su solidaridad con todo artista represaliado. «Donde hay una tiranía hay un escritor perseguido», declaró. «Siempre me he solidarizado con los escritores exiliados y en las cárceles» y puso como ejemplo la brutalidad del régimen de Bielorrusia. El novelista no piensa dejar que silencien sus palabras. Próximamente viajará a la Feria del Libro de Guadalajara, aunque en su paso por Córdoba se mostró «agradecido» con el público del Festival y con la organización. Ante la que se reconoció «un narrador», pese a sentirse «a gusto entre poetas» pues, como «gran lector de poesía clásica», considera que «la prosa no está despojada de sentido poético y si no tiene ritmo no existe como tal». El compromiso del autor nicaragüense recordó al público asistente la fragilidad de la libertad, personal y creativa, así como la importancia de protegerlas.

La voz contemporánea del autor de Trainspotting supuso, a continuación, un contraste con respecto a la reivindicación política. Irvine Welsh había sido invitado en anteriores ediciones a este festival, y las circunstancias han propiciado que su agenda le permita hacerlo cuando presenta su última novela, El artista de la cuchilla, continuación de esa voz cruda contemporánea capaz de poner al lector contra la pared, atado de brazos por los problemas culturales de su época. La acidez, la intensidad, fueron los matices con los que cerró el ciclo Cosmoacordes en Orive, donde el grupo cordobés de screamo Viva Belgrado presentó la intensidad poética y sonora de su último trabajo, Bellavista, un despliegue de versos desencantados con la labor poética y musical, con el desgarro al que el vocalista Cándido Gálvez tiene acostumbrado a su público, fiel pese a la lluvia de este sábado. 

Dyso y José Flowing Dj ofrecieron una sesión en Orive. A.J. GONZÁLEZ

La lluvia propicia sesiones matutinas de diyeis en Orive

Estaba previsto que el espectáculo Circo Luso, compuesto por Dani Orviz, Dyso, Gustavo Giménez, José Flowing y el proyecto musical Le Voyeur, coronasen el ciclo ‘Cosmociudad’, durante la mañana del sábado, en el ambiente del cine Fuenseca. No obstante, la lluvia obligó a cancelar la programación, que fue sustituida por tres sesiones consecutivas de música electrónica en la sala Orive.

Dyso y José Flowing abrieron las sesiones a las 12.00 horas, seguidos, a las 13.00 horas, por Dani Ortiz y la pinchada de Jesús Ge, a las 14.00 horas. Mientras se ofrecían las sesiones electrónicas, terminaba de gestarse el proyecto DIYLab, que viene gestándose durante todas las ediciones de Cosmopoética, y al que cualquier poeta anónimo de la ciudad puede sumarse para elaborar, con la ayuda, en este caso, del poeta Javier Fernández un laboratorio poético, que finalmente ha resultado en un poemario. 

Durante la jornada del pasado sábado 13 de noviembre, los participantes se reunieron con Fernández en Casa Góngora para gestar sus creaciones en torno a los conceptos de lejanía y cercanía, que resultaron en poemas repletos de recuerdos de ciudadades y lugares significativos visitados, o todavía por visitar. Un recorrido literario con la mira puesta, como no, en la influencia de Portugal como país invitado. El resultado, un poemario editado especialmente para que los versos de los dieciséis poetas implicados queden inmortalizados. Esta iniciativa es una de las más demandadas de la cita literaria en todas sus ediciones, lo que demuestra una evidente repercusión de la programación en lo que a inspiración del público participante se refiere. Cosmopoética cerró este nuevo ciclo con «gran éxito de visitas», com confirmó el director literario Antonio Agredano, y una muestra visible de la vivacidad con la que la literatura, en todas sus manifestaciones, responde a la complejidad cultural de la actualidad. El espíritu de Portugal permanece en Córdoba, hasta el año que viene.