De qué me sirve esta juventud, se preguntaba la poeta y dramaturga mallorquina Carla Nyman en Elegías para un avión común, poemario galardonado con el Gloria Fuertes de Poesía Joven. La autora acaba de aterrizar en Cosmopoética, donde esta tarde recitará los versos de Movernos en la sed, premio Valparaíso de poesía, junto al poeta cordobés Eduardo Chivite, y esa pregunta inquietante continúa en el aire.

"Es un verso que voy a llevar siempre conmigo, junto con la duda y el cuestionamiento, porque la poesía genera muchos interrogantes y si pudiera resolverlos no escribiría, así que no se ha resuelto todavía de qué me sirve esta juventud", explica Nyman, ilusionada de formar parte de esta cita literaria, que considera "imponente", por el "vértigo" que le provoca la idea de subirse al escenario de Orive, aunque esa sensación "bonita" facilite también la democratización de la poesía "que solemos tener en un altar", aunque en realidad sea "algo que nos pertenece a todos", declara.

Una creadora con prácticamente la totalidad de sus obras poéticas y dramatúrgicas premiadas, a excepción del premio Adonais, que se le escapó por poco, podría estar acostumbrada al vaivén emocional de los reconocimientos, aunque en el caso de Nyman la emoción viene del acto mismo creativo, y de compartirlo, como hará junto a Chivite en el escenario de Orive.

"Me hace mucha ilusión recitar con Chivite porque a penas conozco su obra, así que para mí va a ser una sorpresa tremenda el poder celebrar este acto a su lado, poder acompañarle y descubrir su poesía en directo", aclara, y alaba la capacidad de Cosmopoética de "dar a conocer otras voces poéticas que no están en el núcleo", ya que "hay una endogamia muy fuerte en la poesía, sobre todo en la joven, y el festival apuesta por voces periféricas y por la pluralidad".

Este no es el primer contacto de la poeta con el escenario literario cordobés, ya que en 2018 Nyman fue parte de los jóvenes artistas en residencia de la fundación Antonio Gala, y Elegías para un avión común cuenta con el prólogo de Pablo García Casado; sin olvidar su paso sutil por el Festival literario en una edición anterior, cuyas actividades ha frecuentado en varias ocasiones. Estar aquí como poeta invitada, ponerse el sombrero negro, seña de identidad del Festival, interiorizar su estética de baldosas portuguesas, marca una nueva etapa de su conexión con la ciudad.

La poeta Carla Nyman en la rueda de prensa de Cosmopoética CÓRDOBA

Conexión entre poesía y teatro

En sus dos facetas creativas, Nyman establece un "trasvase del teatro a la poesía y viceversa". "No creo mucho en los géneros literarios tajantes, sino más bien en la hibridación", cuenta, ya que para ella la poesía "ya no es una cuestión del verso, sino que quizá tiene que ver con un hombre paseando un carricoche por la calle"; se refiere a que la poesía puede salirse del papel, encontrarse en "algo más figurativo, más pictórico o escénico".

La poeta siente una especial atracción por las obsesiones humanas y en su etapa vital y creativa actual, la obsesión que mueve sus obras es el deseo femenino, parte central de Movernos en la sed y de su obra teatral El cuerpo no sabe que se publicará en diciembre en formato online.

"El deseo del hombre siempre ha estado más potenciado, la mujer ha terminado siendo el objeto de deseo, tanto en la literatura como en el cine, así que me interesaba el concepto del cuerpo activo de la mujer deseando, fuerte, con potencia, que siempre ha estado presente, pero sin voz", cuenta la artista.

El efecto de la pandemia

Carla Nyman es de esas voces poéticas que, pese a lo horrible del contexto, encontró un remanso de paz en el paréntesis de la pandemia, que le dio "tiempo para pensar y poner la importancia en zonas a las que no se daba prioridad" y que en el caso de la poeta tiene que ver con, además del deseo femenino, el vacío y la soledad. "La pandemia supuso el caldo de cultivo perfecto para tratar estos temas de forma más pausada", explica, "es una realidad muy brusca, irreal, que nos hace ver que los temas que manejamos que nos parecen ficciones de pronto no lo son tanto".

Una voz poética joven y fuerte que emerge decidida, aunque suave, dulce, como una caricia que se expande por los espacios múltiples de la poesía, de Córdoba y del Festival.