La Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico de la Junta de Andalucía ha puesto en marcha un programa de rutas con autores de las diferentes provincias, los cuales se han reunido este sábado con los lectores para recorrer varias librerías de sus respectivas ciudades. En el caso de Córdoba, la tarea ha recaído en la poeta y escritora Estefanía Cabello, graduada en Filología; ganadora del Premio Internacional de Poesía Gloria Fuertes, en 2017, por 13 segundos para escapar; premio Valencia Nova Poesía en Castellano, en 2018, por La teoría de los autómatas; dos veces finalista del premio Adonais y participante de Cosmopoética por segundo año consecutivo.

Cuando le propusieron estar a cargo de la actividad, Estefanía reconoce que le encantó la idea por «no tener ni idea de qué clase de lectores asistirán», explicaba la escritora a este diario. El aforo estaba pensado para un número aproximado de treina personas, que días antes de la ruta literaria estaba prácticamente al completo. «Me parece una iniciativa muy interesante y sana, por el hecho de que se van a juntar personas de rangos de edades muy distintos», comentaba Cabello. «Igual coincide una persona de cincuenta años con un niño de dieciséis, así que es estupendo para unir a personas de la ciudad en torno a una misma inquietud».

En torno a una hora y media, Estefanía Cabello ha enfilado al grupo de lectores hacia librerías del centro que guardan un lugar especial en su trayectoria como escritora y lectora. La primera de estas paradas fue La República de las Letras. Acto seguido, los lectores se dirigieron a la Librería Luque, donde la poeta presentó por primera vez el poemario La Teoría de los Autómatas. Entonces llegó el turno de la antigua librería Anaquel, ya desaparecida, en cuyo espacio vacío la poeta quiso hacer un «homenaje a las ausencias». «Iniciaré un coloquio sobre la antigua librería Anaquel y la importancia que tuvo para personas de dos generaciones anteriores a la mía, como Nacho Montoto o Pablo García Baena», explica Cabello, quien ha llevado consigo una bolsa llena de poemas de autores fallecidos para que los asistentes sacasen uno de estos textos al azar y así leerlos en alto a modo de homenaje.

Participantes en el paseo literario durante la parada en la Librería Luque. ÓSCAR BARRIONUEVO

La siguiente parada ha sido en La Palabrería, en La Corredera por ser, según la escritora, «un lugar muy particular con un librero muy activo, de gran conocimiento de libros», al que conoció a través de los ciclos de lectura que se organizaban en este espacio. «Quería que los lectores se acercasen a este otro concepto de librería, al modo de disfrutar de los libros de segunda mano». Aunque finalmente no fue posible porque Miguel Marzo, el librero, se marchó de vacaciones un tiempo antes de la actividad.

Casualidades poéticas aparte, el grupo se ha dirigido a la librería de rarezas y antiguedades El Laberinto, situada en la Ribera, como última parada del itinerario. El encargado, Daniel Rodríguez Cebrián tiene, según Estefanía, «un gran conocimiento sobre el fondo local de Córdoba». Así que el grupo, por iniciativa de la escritora, ha podido hacer preguntas al librero a cerca del universo de los libros antiguos y de segunda mano, de ese olor rancio que desprende el Laberinto, un espacio amarillento y marrón, como solían ser antes las librerías, más que el despliegue de arcoíris brillantes que las caracteriza en la actualidad. Aunque la esencia de las mismas siga intacta.