Nada más comenzar la cinta, como viene siendo habitual últimamente, se avisa de que está basada en hechos reales. Es como si fuese necesario hacerlo constar por lo increíble que pueda parecer la historia de este vendedor que encarna maravillosamente Benedict Cumberbatch, un tipo de lo más normal que es elegido por los servicios de inteligencia británicos, en colaboración con los norteamericanos, para actuar como mensajero (no olvidemos que el título original es The Courier). El relato se sitúa justo cuando la crisis de los misiles cubanos, en plena Guerra Fría entre Rusia y Estados Unidos. El planeta vivía peligrosamente una posible desestabilización que mueve a los protagonistas, un espía ruso y otro inglés, a intercambiar información siendo conscientes del peligro que corrían sus vidas.

Producción británica dirigida por Dominic Cooke (En la playa de Chesil) con buen tono, sin estridencias, cuidando cada detalle -tanto fotográfico, en bellos tonos fríos bajo la iluminación de Sean Bobbitt, como sonoro, gracias a la banda sonora de Abel Korzeniowski, con cierto aire de vals- y, desde luego, una impecable recreación de la época gracias al equipo de dirección artística, vestuario y peluquería.

Pero lo mejor, sin duda, es la excelente interpretación del protagonista, plena de matices y detalles. Asistimos a cómo este hombre corriente va transformándose y acaba sacrificando, incluso, su relación familiar para entrar en una dinámica que le arrastrará hasta peligrosas situaciones, impensables cuando llevaba una vida de lo más normal. La relación con un antiguo militar ruso (Merab Ninidze), con quien entablará una aparente relación comercial y una inquebrantable amistad, intercambiando documentos y pruebas de los planes soviéticos en relación a inminentes bombardeos con misiles que provocarían una catástrofe mundial. Es posible que la película nos recuerde algo (o bastante) a El puente de los espías (2015), de Steven Spielberg, hay bastantes similitudes en el guión de Tom O’Connor, aunque posee la coartada de estar basada en hechos reales.