Ráfagas es el título de un tema de Los Bólidos «y quizá una de los cinco mejores temas que se hicieron en los años ochenta», pero aquel grupo se quedó en el camino, como tantos otros en aquella década, ya que «la Movida se compuso de muchos héroes anónimos que contribuyeron con su talento a que aquello se hiciera una gran bola». Es por eso que el productor discográfico cordobés Paco Martín ha optado por titular igual que esa canción el libro en el que vuelca su visión personal de aquel poderoso movimiento cultural que se extendió desde la música a todas las artes.

Como si de una reunión de amigos se tratara se planteó ayer en la Sala Orive la presentación de esta obra, en la que arroparon a Martín los periodistas y locutores musicales José Miguel López (Discópolis, Radio 3) y Santiago Alcanda (Como lo oyes, Radio 3), testigos y cómplices de tan prolífica época musical, además de componentes de bandas cordobesas a las que Martín produjo algún disco, como Jesús Astorga, de Religión, o Ramón Medina, que formó parte Corazones estrangulados, dos de esos grupos que tuvieron un gran éxito con esas canciones, pero no terminaron de cuajar.

«Religión me pareció un grupo diferente, hizo un álbum magnífico, pero esto es como los matrimonios, funcionan o no funcionan», señaló Martín, que aseguró que triunfar en la música «depende de muchos factores». «Yo soy una de las personas que más discos de oro ha producido, unos 130, pero nadie sabe que tengo más de 1.500 fracasos», señaló el productor.

Se ha escrito mucho sobre este movimiento, pero Martín lo hace desde sus entrañas y no precisamente de oídas, ya que fue uno de sus indiscutibles protagonistas e impulsores. Y de eso sabe mucho el periodista Santiago Alcanda, cuya trayectoria profesional ha ido en paralelo a la del cordobés. «Ráfagas en la movida madrileña de Paco Martín», subrayó el periodista, que añadió que el productor vivió esos años desde puestos muy importantes, tanto desde compañías multinacionales como desde los sellos independientes que creó, apoyando a Antonio Vega o Los Secretos cuando nadie apostaba por ellos, sacando adelante a Hombre G , de quienes decían que no valían para nada. Paco Martín es, sobre todo, un descubridor».

En efecto, desde su despacho en distintos sellos, Martín extendió la creación musical a otras facetas artísticas, mostrando a través de las portadas de los discos que producía creaciones de Ouka Leele, Miquel Barceló, los Costus, El Hortelano, García Alís o Ceesepe cuando empezaban y nadie les conocía. Por otro lado, «vio crecer y apoyó a Pedro Almodóvar y Mc Namara» y el libro está escrito «sin pelos en la lengua» y desde el punto de vista del protagonista, prosiguió Alcanda, que también destacó las fotografías que ilustran la obra, entre ellas un Antonio Vega con tan solo 16 años tocando la guitarra.

Martín confesó haber hecho un ejercicio de nostalgia y «lagrimeo» con este libro al recordar a los que ya no están, entre ellos su ojito derecho, Antonio Vega, «un artista superlativo y quizá el músico más importante del siglo», reconociendo que su relación tuvo sus «altos y bajos». «Nos conocimos muy jóvenes y tuvimos una relación muy especial y, sobre todo, muy intensa, de la que surgieron muchos chispazos», continuó el productor, que también se refirió en este sentido a la ausencia de Enrique Urquijo, del grupo Los Secretos.

Alcanda también se hizo eco a la pasión por Córdoba que siente Martín, a la que siempre volvía y donde quiso, de alguna manera, «traer todo lo que vivía en Madrid, removerla para darle vida musical, transmitir lo absorbido, extenderlo y expandirlo, a veces con más éxito y otras con menos» .

También participaron en esta presentación el músico, compositor y productor Ricardo Texidó, nacido en Córdoba pero que ha desarrollado toda su carrera artística y musical en Málaga, siendo miembro fundador y batería de la banda Danza Invisible en 1981, y Javier Astudillo, editor de fanzines, musicólogo y coleccionista, además de autor del prólogo de la esta publicación.

«La lectura del libro es como el visionado de una película, a base de ráfajas», volvió a aludir el título su autor, que aseguró que la canción de Los Bólidos merece ese privilegio porque «no todos fueron Alaska, Nacha Pop o Radio Futura, hubo gente que tenía mucho talento y no tuvo la suerte de triunfar, pero la vida es así».