Imanol Arias, dirigido por el argentino Rubén Szuchmacher y acompañado en el reparto por su hijo Jon, ha subido este sábado el telón del Gran Teatro de Córdoba con el clásico de Arthur Miller ‘Muerte de un viajante’, en la que el autor cuestionó el sueño americano con su reflexión sobre el ser humano.

La adaptación del texto, un clásico de la dramaturgia, realizada por Natalio Grueso cobró vida en el escenario del Gran Teatro cordobés a través del reparto encabezado por el conocido actor en el papel de Willy Loman, el viajante. Arias definió en su día a su personaje como “un hombre equivocado que perdura”. “Tiene --añade- una especie de obsesión por no encajar lo que aprende”. Y de eso habla esta obra universal, del fracaso, de la falta de autenticidad, temas que no han perdido vigencia desde su estreno en 1949, dirigida por el gran cineasta Elia Kazán.