Hoy se cumplen cuarenta años del estreno en España de El crimen de Cuenca, una cinta que permaneció casi dos años secuestrada por las autoridades de la recién estrenada democracia española, con la directora Pilar Miró procesada, y que se convirtió en la más taquillera de su época. «Querían enterrar la película y consiguieron todo lo contrario porque fue la más taquillera de ese año, superando producciones norteamericanas. Al prohibirla, lograron el efecto rebote y que una película tan dura y complicada se convirtiera en un éxito», cuenta el documentalista Víctor Matellano.

¡El 17 de agosto de 1981, el Cine Proyecciones de Madrid estrenaba la cinta de Pilar Miró. «Se hizo esa fecha porque esperaban -equivocadamente- que no fuera nadie», explica el autor del documental Regresa El Cepa (2019). En el estreno, añade, había decenas de policías para evitar que hubiera incidentes y que los grupos de extrema derecha pudieran realizar alguna acción violenta. «No pasó nada. Fue una gran lección de los españoles de que no pasaba nada por ver una película», apunta Matellano.

Desde niño, El crimen de Cuenca estuvo muy presente en el universo cinematográfico de Matellano. «Yo era muy pequeño cuando se estrenó, pero recuerdo perfectamente el morbo, el escándalo de la época», explica. Por eso, cuando hace unos años coincidió con el actor Guillermo Montesinos (que interpreta a El Cepa en la película) en un proyecto, decidió profundizar en el tema y convertir en documental los recuerdos de quienes participaron en la cinta, cuatro décadas después.

«Para mí el mensaje de lo sucedido es el gran poder del cine, porque es una película que al final acaba cambiando cosas, cambiando leyes. Es la película de la Transición que más ha aportado a nivel de derechos sociales y uno de los casos que contribuyó al cambio del código de justicia militar», asegura Matellano. En ello concuerda el doctor en Comunicación e Historia Contemporánea y autor del libro Golpe a la Transición. El secuestro de El crimen de Cuenca, Emeterio Díez Puertas. «Es la película más importante de la Transición. Aunque está ambientada al comienzos del siglo XX, sí refleja muy bien el mundo de la transición política, de la violencia política en aquel momento», apunta

La cinta de Miró (fallecida en 1997) se transporta a 1910, a un suceso acontecido en Osa de la Vega (Cuenca), tras la desaparición del pastor José María Grimaldos El Cepa. Sin prueba alguna, su madre acusa a dos compañeros, Gregorio Valero y León Sánchez, de haberlo matado para robarle y tras meses de insistencia consigue que el juzgado de Belmonte abra el caso y los procese. Tras duras torturas por parte de la Guardia Civil se consigue su falsa confesión y son condenados a 18 años de cárcel. Después de once años ambos logran la libertad condicional y dos años después reaparece en el pueblo El Cepa, que no estaba muerto, sino que había decidido irse sin avisar «por un barrunto», como cuenta en la cinta. Pero aquellas torturas a dos pastores fueron inmediatamente conectadas por las autoridades con lo que estaba sucediendo en el presente, donde se estaban denunciando torturas a terroristas y otros detenidos.