Es un grande del flamenco, un arte que ha llevado por todo el mundo con el nombre de Córdoba por bandera. A sus 65 años, su voz sigue siendo un torrente arrollador y sus ganas de crear y trabajar no tienen límite, asegurando que se encuentra en su mejor momento y lleno de vida, proyectos e ilusiones. Y no es para menos considerando que, por fin, recogerá la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes concedida a finales del 2019 y que incluye al cantaor cordobés en una lista de grandes artistas, además de reconocer 50 años de trayectoria dedicada al cante en los ha aportado mucho a este arte sin miedo al riesgo. El próximo miércoles recibirá este galardón de manos del rey Felipe VI, al que le llevará como regalo uno de sus discos firmados, aunque, señala, el protocolo no le permitirá vestir con su clásica indumentaria con gorra para atrás, que tendrá que sustituir por un clásico traje y corbata. Después de haber cosechado los más importantes premios flamencos, uno de los últimos el Giraldillo a la Maestría de la Bienal de Flamenco de Sevilla, que se ha concedido solo una vez, ahora recibe este galardón «con emoción» y recordando a los muchos «grandes artistas que han muerto sin reconocimiento y aportaron mucho al flamenco».

Por fin llegó el momento y el día 23 recibirá la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes. ¿Le hace especial ilusión este reconocimiento?

Todos los premios tienen su importancia, pero este es el reconocimiento a una trayectoria, a un trabajo de 50 años en los escenarios. Y también a una aportación y una manera de ver el flamenco, que he llevado por todo el mundo, además de arriesgarme y hacer cosas que casi nadie se ha atrevido a hacer. Lo acojo con mucha alegría, con emoción, porque hay muchos grandes artistas que han muerto sin reconocimiento y aportaron mucho al flamenco.

Va a entrar en una lista que incluye a lo mejor del arte español.

Es emocionante. Es una gran ilusión y le llevo un disco firmado de regalo al Rey.

¿Se está valorando más ahora el flamenco?

Sí, se le está dando lo que se merece, sobre todo desde que es Patrimonio de la Humanidad. Y ya era hora. Yo me siento muy orgulloso de este premio porque es para la música en general y los flamencos en particular, y se lo quiero brindar a ellos.

¿Se siente suficientemente recompensado después de más de 50 años en los escenarios?

Es muy difícil sacar a una familia con un cante por soleá, pero lo he conseguido, lo que es un lujo.

¿En qué momento le llega este premio?

Este premio llega en la mejor etapa de mi vida, tanto profesional como personal. Estoy muy contento por haber podido remontar esa mala racha de salud que tuve tan delicada y ahora tengo mucha ilusión con un trabajo que acabo de empezar con grandes compañeros.

«Morente fue un personaje muy grande en la música y quiero hacerle un tema con su familia»

¿En qué consiste ese nuevo proyecto?

Es lo más parecido a una reunión de amigos, tenemos cinco o seis temas y se grabará en un patio de Córdoba. Entre los artistas que participan está el violinista Paco Montalvo y el resultado será un directo, pero pretendemos que sea algo informal, porque surgió todo de manera espontánea, improvisada. A mí las cosas muy serias no me gustan. También hay otro proyecto un poco más elaborado en el que participaría gente como Dorantes, Riqueni y Tomatito. Con ese trabajo quiero rendir un homenaje a Enrique Morente y quiero invitar a sus hijas, Estrella y Soleá. Fue un personaje muy grande en la música y quiero hacerle un tema con su familia.

Parece que su capacidad creativa no para. ¿Qué le queda por hacer?

Me queda mucho por hacer, estoy muy vivo y activo.

¿Sigue estudiando flamenco?

Sí, claro. Pero no solo flamenco. Estudio desde música negra hasta lo que me encuentre, todo lo que sea buena música. Algunas veces, Poveda o Arcángel se extrañan de que todavía siga estudiando.

Empezó a cantar con apenas 15 años. ¿Qué le pesan más, los buenos o los malos recuerdos?

Quiero quedarme con todo lo bueno, con todo lo positivo que me ha pasado en la vida, como haber encontrado a la compañera que tengo, mis hijos, mis nietos maravillosos… Y a nivel profesional, he pasado grandes ratos con muchos artistas, desde David Bowie a Prince, pasando por Camarón, Morente o Quincy Jones. Y todos tienen un sitio en mi vida.

La pandemia ha retrasado la entrega de este premio y ha parado la carrera de muchos artistas. ¿Cómo lo ha vivido usted?

Lo hemos pasado muy mal. Yo, que soy una persona muy activa, he llevado mal haber estado un año sin trabajar, era morirme.

«Quiero quedarme con todo lo bueno, con todo lo positivo que me ha pasado en la vida»

A pesar de todo, parece que el flamenco cordobés está más en alza que nunca. ¿Qué opina de las nuevas generaciones de artistas?

En Córdoba hay algunos artistas que lo están haciendo muy bien, sobre todo mujeres, y algunas cantan muy bien. La guitarra y el baile han evolucionado muy bien en Córdoba. Aquí hay muy buena cantera. Me alegro mucho del éxito de María José Llergo, me encanta. Todo hay que hacerlo con conocimiento y que lo que fusiones no sean confusiones. Yo hago muchos tipos de música, pero hay que tener muy claro lo que se hace para no confundir al aficionado.

¿Tiene que doler el cante?

Sí. Si no duele, es como si te estuvieras afeitando para ir a una reunión.

El Festival de la Guitarra cumple 40 años. ¿Qué recuerdos tiene de esta cita?

Muchos. Ese festival lo inauguramos Paco Peña, Inmaculada Aguilar y yo en la Posada del Potro, y habría estado muy bien habernos reencontrado 40 años después. Sería un momento mágico.

¿Qué le pide a la vida?

Que me deje como estoy. Le pido salud y libertad para los míos y que acabe pronto esta pandemia.

¿Cómo tiene el verano de trabajo?

No me puedo quejar… Yo me conformo con tener para un trozo de pan, porque los tomates los tengo sembrados en mi huerto, que me encanta, es una bendición.