Tras más de un año alejado de los escenarios por la pandemia, el pianista James Rhodes actuará este martes en el Festival Jardines Pedralbes, en el primero de una serie de conciertos en los que busca "calidez" y alejarse de las polémicas que ha levantado su implicación en la llamada ley Rhodes.

Durante el último año, el músico británico afincado en España ha estado más presente que nunca en los medios de comunicación españoles, a pesar de que todos sus conciertos quedaron anulados por las restricciones de la covid-19.

La Ley de Protección de la Infancia, en cuya aprobación se ha implicado personalmente, ha sido la causa de esta intensa exposición pública, de la que confiesa que ha acabado "muy cansado".

"Esta ley ha sido lo mejor que he hecho en mi vida, pero también lo más difícil -ha dicho en una entrevista con Efe-. No me podía imaginar que trabajar contra el maltrato infantil se iba a convertir en una lucha entre izquierdas y derechas en la que yo iba a ser la diana de insultos horribles".

"A pesar de las amenazas de muerte que he recibido y de las cosas tan feas que he tenido que oír de gente a la que no le ha importado utilizar que me violaron de niño para atacarme, a pesar de todo ha valido la pena -ha asegurado-, porque finalmente se ha aprobado la ley en el Congreso y España es pionera en protección de la infancia".

"Pero ahora quiero descansar de todo esto, no quiero seguir hablando con políticos ni hablar de VOX -ha aclarado-, solo quiero enfocarme en cosas bonitas y creativas como la música, el piano, mi prometida, la fotografía, la comida española, la buena gente que hay aquí y lo hermoso que es este país".

Por eso dice que le hace tanta ilusión el recital de este martes, el primero desde que en marzo de 2020 se decretara el confinamiento y se anularan todos los espectáculos en vivo.

"Ha sido una época muy rara, en la que he echado mucho de menos los conciertos, y tengo ganas de reencontrarme con el público en Pedralbes, al aire libre, con las estrellas sobre nuestras cabezas. ¡Va a ser tan romántico!", ha augurado.

"El otro día fui al concierto de un amigo -ha contado- y me di cuenta de que mi perspectiva ha cambiado. Las cosas que antes me parecían normales, como los conciertos, ahora son un lujo, un don. Me gusta esta perspectiva y no quiero olvidarla".

Con este espíritu y con el deseo de que "la gente cierre los ojos y se aleje de las prisas y del ruido durante una hora y quince minutos", Rhodes ofrecerá en Barcelona una selección de temas de Brahms, Chopin y Beethoven, con sus habituales comentarios que ayudan a poner en contexto las piezas y a acercar la música clásica al gran público.

"Interpretaré muchas piezas de Beethoven porque el año pasado fue el 250 aniversario de su nacimiento y no pudimos celebrarlo, así que lo vamos a celebrar ahora", ha añadido.

Un bálsamo para un músico que ha sido "muy atacado por la prensa de derechas" y que ha tenido que escuchar y leer "muchas mentiras".

"Sigo amando a España como el día que decidí venir a vivir aquí, pero he descubierto que hay prensa española que no tiene integridad", ha denunciado.

"En Reino Unido también hay prensa amarilla y cosas feas, pero por lo menos hay límites legales que no se pueden saltar -ha puntualizado-, algo que en España no pasa".

Rhodes ha cerrado su cuenta de Twitter y ahora pretende mantener "un perfil bajo" en las redes sociales, que le permita seguir en contacto con la gente que le aprecia sin tener que hacerlo con la que le detesta.

"Voy a centrarme en lo bueno, porque mi vida es buenísima, ¡me caso en agosto!", ha anunciado con una sonrisa que su contacto con la parte más oscura de la política no ha logrado borrar.