Antonio Agredano y el fútbol van indisolublemente unidos, y ahora esta pasión la vuelca en su primera novela, Prórroga, que protagoniza Julián Bellón, un portero retirado al que le queda el partido más difícil: el que todos jugamos contra nosotros mismos. Sobre el vacío después del fútbol va esta obra, que tiene a Córdoba como parte de sus escenarios y saldrá a la venta el próximo 16 de junio, publicada por Revista Panenka, que también se atreve por primera vez con este género. «Me ha costado mucho», pero «ha sido un proceso muy bonito», dice el autor, que advierte a los lectores alejados del deporte rey de que no se asusten ni huyan de este libro porque «no es una novela en torno al fútbol, sino de emociones, de familia y de la tristeza que, a veces, nos toca vivir». Prórroga es un tiempo extra, esperanza, «y yo espero que esta sea la lectura final del libro», dice el escritor y poeta.

Primera novela y también la primera que publica la editorial. Esto debe hacer muy especial a ‘Prórroga’.

Así es. Panenka es una editorial que surge de una revista especializada en fútbol y se ha decidido por publicar mi primera novela. Es un camino nuevo para los dos.

La novela es el relato vital de un exfutbolista que ha caído en la depresión. De nuevo el fútbol para hablar de otras muchas cosas de la vida. ¿Por qué le apasiona tanto de este deporte?

El fútbol lo tiene todo. Tiene tragedia, casualidad... El fútbol es impredecible, y si hay algo que hace especial la vida es, precisamente, lo impredecible que nos resulta. Este deporte tiene la capacidad de hacer impredecible lo que creemos controlado y me parece que es un trasunto de la vida, es una herramienta muy útil y, además, me gusta como aficionado.

Parece que este deporte ha marcado su vida.

Sí. Yo empecé a escribir porque tenía ganas de compartir cosas relacionadas con el fútbol, para hablar de este deporte. Comencé con un blog, y a partir de escribir de fútbol vino el resto.

No hay muchas novelas sobre el mundo del fútbol. ¿Lo es esta?

Creo que no hay una gran novela en la que el protagonista sea un futbolista, ya sea presente o pasado. Siempre pongo el ejemplo del boxeo, que ha dado magníficas películas, pero no las hay sobre el fútbol. Parece que, al ser un deporte colectivo, el héroe se disipa, y no es tan literario. Prórroga no va a ser la gran novela del fútbol, más bien es una novela en la ausencia de fútbol, porque el protagonista huye de él, no quiere saber nada más, es algo que le ha decepcionado y no ha sabido controlar.

Ha elegido a un personaje insatisfecho. ¿Es una historia triste?

Creo que sí, es una novela melancólica, triste, árida. En realidad, es un monólogo, una reflexión que hace. Echa de menos lo que tuvo, no tiene expectativas. Aunque como en todas las ficciones, hay un camino que tiene su luz. Me considero un escritor melancólico, bastante tristón, aunque también hay humor. En general, mi literatura está cómoda en esa nostalgia.

¿Conoce a algún Julián Bellón o todo es pura imaginación?

Es absolutamente inventado, he volcado mi imaginación en el personaje. Yo he sido portero de fútbol, pero todo es ficción. No me gusta tanto estar apegado a la realidad como despertar cierto sentimiento en el lector.

¿Por qué ha elegido la primera persona para narrar esta historia?

Me ha resultado más cómodo. Es mi primera novela y tenía muchas dudas. Ha sido un trabajo complejo y me salía con más fluidez. Lo que he hecho es meter a una narración mi tono, que es más confesional. Porque el protagonista se confiesa, explica cómo ha sido una parte de su vida, qué echa de menos y a lo que aspira.

Como dice, usted es portero y Bellón también, ¿qué más cosas tienen en común?

No es una novela autobiográfica. Aunque, al final, uno escribe de lo que vive. Y yo no quiero disimular. Cuando alguien escribe de lo que no es, se ven muy pronto las costuras. Y yo animo al lector a que fantasee con eso, con cuánto hay de mí en el personaje.

¿Qué reflejo de Córdoba y su equipo de fútbol hay en la novela?

Julián Bellón juega en el Córdoba CF durante una parte de su carrera. Córdoba es su ciudad y buena parte de Prórroga sucede en Córdoba.

¿Cómo lleva este momento del equipo?

Con mucha pena, somos un equipo hundido, algo que ya se veía venir viendo la gestión de los últimos presidentes que hemos tenido. Era una tragedia anunciada. Yo creo que el equipo no merece estar donde está. Como aficionado, estoy desolado, ha sido la temporada más triste para mí, sobre todo porque no he podido ir al sepelio. Apenas hemos podido ir al campo ni despedir con dignidad al equipo. Ha habido un expolio, pero si algo nos ha explicado el fútbol es que unas veces uno está abajo y otras, arriba.

¿Es ‘Prórroga’ asequible a quien no entienda nada ni le guste este deporte?

Por supuesto. A esas personas les diría que no tengan miedo de leerla, porque no es un artilugio en torno al fútbol, va de personajes reconocibles. Que no le asuste. Es una novela de emociones, de familia y de la tristeza que, a veces, nos toca vivir. Prórroga es un tiempo extra y el protagonista necesita esa prórroga, porque es esperanza, y espero que sea la lectura final del libro.

¿Ha visto la serie ‘Reyes de la noche’? ¿Qué le ha parecido?

No la he visto y me da pereza verla. No he sido mucho de radio nocturna ni de esos periodistas. En esa época, me interesaba más la música que el periodismo deportivo. Me aficioné después.

¿Sobre qué quiere hacer pensar a los lectores con esta historia? ¿Qué poso le gustaría dejar?

Mis grandes temas, y espero escribir siempre de ellos, son la familia, el fútbol y de este tipo de tristeza que uno tiene sin saber porqué. Eso de que las circunstancias te pasen por encima me parece un tema muy de mi generación. Yo no hablaría de depresión, sino de tristeza.

¿Qué hay de poesía en la novela?

Todo el tono. No puedo huir de la poesía, para mí es una herramienta, pero la poesía no es solo el poema, sino una visión del mundo que va más allá de lo que vemos y lo interpreta.