Pablo García Baena (Córdoba, 1921-2018) fue, afortunadamente, reconocido en vida como una de las voces más significativas de la poesía española del siglo XX. Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 1984, el caudal de su obra poética se reúne ahora en dos volúmenes coeditados por la editorial Renacimiento y la Universidad de Córdoba, bajo la dirección del poeta y escritor malagueño Rafael Inglada y con el título de Poesía completa. Este amigo y experto en la obra del autor cordobés ha querido rendirle un homenaje en el centenario de su nacimiento, que se cumple este mes, reuniendo algo más que los versos ya conocidos de este autor. Pero este tributo no acaba aquí, ya que muy pronto saldrán a la luz otros tres volúmenes que aglutinan la prosa de García Baena, además de un anexo cronológico de su vida.

Según Inglada, que reconoce con satisfacción haber «saldado una deuda» con este miembro del Grupo Cántico, el primer volumen recoge todos los libros que el poeta publicó en vida, reuniendo las diez obras editadas por este, desde Rumor oculto (1946) hasta Los Campos Elíseos (2006), sesenta años de versos condensados en estas páginas que ahora ven la luz por vez primera con el aliciente de la revisión de sus primeras ediciones y, gracias a sus herederos, de sus manuscritos. En este sentido, Inglada se muestra muy «agradecido» a la familia de García Baena por haberle permitido bucear en todo este material, sin el que no habría podido hallar algunos versos y trabajos inéditos del poeta cordobés.

Y es en el segundo tomo donde el lector encontrará «cosas que han aparecido posteriormente, versiones de sus propios poemas o versos inéditos», lo que constituye el Pablo García Baena más desconocido, incluso para los especialistas, continúa Inglada, que asegura que «las versiones de sus poemas los hacen completamente distintos, incluso en sus finales, lo que también los hacen desconocidos». «En este tipo de obras se refleja el laboratorio del poeta, cómo trabaja en la poesía antes de dejarla concluida», prosigue el autor malagueño, que asegura que «al trabajar varias veces en el mismo poema, a veces, surgían muchos hasta que él elegía uno y rechazaba los demás».

De este modo, esta publicación supone una revisión de toda su obra a través de dos vías. La primera, mediante las ediciones de sus propios libros y, por otro lado, gracias a los manuscritos y documentación del autor, que, a juicio de Inglada, «ha sido muy reconocido en vida y la prueba es la cantidad de antologías que se han publicado de su obra a lo largo de su vida».

Fiel a su poesía

Para el escritor malagueño, lo más importante de García Baena es la propia personalidad de su obra poética y el haber nadado a contracorriente de las escuelas de entonces. «Yo creo que esto le marcó un camino poético que no dejó el resto de su vida, fue fiel a su propia poesía», señala Inglada, que asegura que hablar de García Baena es también hablar de Cántico, «una revista completamente incomprendida, ya que el grupo literario del mismo nombre también se negó a seguir la estética al uso en la España de finales de los años cuarenta, por lo que su reconocimiento fue muy posterior».

Tres miembros de este grupo celebrarían este año su centenario y tan solo uno, Ginés Liébana, sigue vivo. A juicio de Inglada, los tres merecen un homenaje, aunque considera que Julio Aumente «será el más olvidado, lo que tampoco es extraño porque siempre fue así, pero sería muy interesante que su ciudad natal le rindiera un tributo». Sea como sea, el escritor malagueño presentará en Córdoba en octubre, mes del nacimiento de este poeta, un cuaderno en el que recopila sus versos como homenaje. Mientras tanto, ya se puede disfrutar de toda la poesía de Pablo García Baena, la conocida y la desconocida.