Es inevitable relacionarle con aquel chaval de la mítica serie Los Serrano. Y no reniega de ello, aunque desde entonces ha desarrollado una carrera que ha dado muchos frutos en forma de discos, series de televisión, cine y teatro. Después de un tiempo alejado de la música, Fran Perea vuelve con la gira Canciones para salvarme, un concierto acústico en el que «todo está al aire», dice el músico y actor, que hoy, a las 20.00 horas, se sube al escenario de Teatro Avanti, al que invitará a las cantantes y actrices cordobesas Luz Valdenebro, Lourdes Pastor, Chely Capitán y Belén Alarcón.

-Parece que la pandemia por fin permite su actuación en Córdoba.

-Sí, está siendo un año muy difícil para todos, con mucha incertidumbre, muchos cambios. Pero ya empecé la pasada semana con la gira por fin, aunque la idea era haber comenzado en Córdoba.

-Llega con ‘Canciones para salvarme’, su nueva gira. ¿De qué le salva esta vacuna?

-Es un repaso por canciones que, de alguna manera, me han salvado a mí la vida y que también forman parte del imaginario colectivo. De lo que se trata es de poner palabras a emociones, a sentimientos que muchas veces no sabemos cómo llamar y de ofrecer un rato de música en directo que nos ayude a llevar la vida mejor, a salir de la rutina.

-¿En qué consiste el espectáculo?

-Son cuatro bloques de canciones que vienen capitaneadas por los temas del nuevo EP. Voy en un formato acústico a guitarra y voz, y es un concierto muy cercano donde se generan cosas muy bonitas. Es un concierto al desnudo en el que todo está al aire.

-En Avanti cantará junto a cuatro artistas cordobesas. ¿Cómo surgió la idea de estos dúos?

-He estado retirado de la música unos cuantos años, y cuando he vuelto quería, de alguna forma, recuperar a aquel chaval de Málaga que empezó a tocar en garitos. Tiene mucho de ese espíritu, y también de echar un cable a la gente que se dedica a la música o tiene inquietudes musicales para que pisen el escenario. Esas colaboraciones las estoy haciendo durante toda la gira. Yo también me enriquezco mucho con ese contacto.

-Nunca hemos visto cantar a Luz Valdenebro.

-Ella es actriz, pero me lo pidió. A Chely Capitán la he estado siguiendo y me apetecía mucho invitarla, igual que a Belén, que también es actriz y canta muy bien. Con Lourdes también he tenido alguna colaboración.

-La música y el teatro han estado parados. ¿Cómo le ha ido con el cine y la televisión?

-En plena pandemia se estrenó la serie Kosta, y luego he tenido la enorme suerte de incorporarme a la segunda temporada de El vecino, de Netflix, que se estrena el 21 de mayo. Ha sido un regalo, tal y como está la cosa. El audiovisual nos ha dado la posibilidad de trabajar cuando los teatros han estado cerrados.

-¿Cree que se ha sido excesivamente duro con la cultura durante esta pandemia?

-Hemos tenido la mala suerte de cargar con el estigma de lo peligroso. Es verdad que la gente está asustada, por eso tenemos que lanzar el mensaje de que la cultura es segura. De todas formas, cuando viene una crisis, donde primero se recorta es en cultura, lo que es una pena porque, ¿quién protege nuestra alma y emociones? Hay que volver a darle a la cultura el sitio que merece.

-Suele implicarse en causas sociales. ¿Qué problemas le llegan más hondo?

-Por desgracia, muchos. La injusticia social, sobre todo. Por ejemplo, el feminismo es una de las causas que me preocupan y con la que suelo colaborar.

-Su carrera ha evolucionado mucho desde que le conociéramos en ‘Los Serrano’. ¿Qué significó esa serie personal y profesionalmente?

-Fue muy importante. Yo era muy joven y tuve la posibilidad de aprender mucho de este oficio y todo lo que lo rodea. Por otro lado, conocí a gente con una gran trayectoria y también entré en contacto con la popularidad y con su manejo, que es muy complicado.

-¿Le importa que se lo sigan recordando?

-Si esta pregunta me la haces hace diez años, quizá. Pero ahora me siento muy orgulloso y nunca renegaré de ese papel.

-En esencia, ¿ese Fran Perea de entonces se diferencia mucho del actual?

-No, siempre se intenta recuperar esa esencia. Me gusta visitar nuevos mundos, pero también volver a un lugar seguro.